"La Búsqueda de los Fragmentos "

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Capítulo 1: La Ruta de los Fragmentos

A medida que me alejaba del campo desolado, el recuerdo del joven de piel pálida y su búsqueda me acompañaba. Decidí seguir un camino que serpenteaba a través de colinas y valles, con la esperanza de encontrar pistas sobre sus fragmentos perdidos. Mi corazón latía con la promesa de nuevas historias.

El paisaje se transformó a medida que avanzaba; la hierba marchita dio paso a campos de flores silvestres. El aroma fresco y la vibrante paleta de colores me llenaron de energía, recordándome la importancia de la belleza en la vida, tal como el joven había mencionado sobre la flor que tanto apreciaba.

Capítulo 2: La Ciudad de los Recuerdos

Al final de una tarde dorada, llegué a una pequeña ciudad rodeada de murallas antiguas. La gente parecía estar absorta en sus rutinas, pero había un aire de melancolía que envolvía el lugar. Al caminar por sus calles, noté una tienda con un cartel desgastado que decía "Recuerdos". Intrigado, decidí entrar.

Dentro, el ambiente estaba lleno de objetos antiguos: fotografías descoloridas, cartas olvidadas y una variedad de reliquias. Detrás del mostrador, una anciana de cabello plateado me observaba con ojos llenos de sabiduría.

-¿Buscas algo en particular? -preguntó, su voz suave pero firme.

Le conté sobre el joven que había conocido en el campo desolado y su búsqueda de los fragmentos de su ser. La anciana asintió, como si conociera la historia.

-El Olvido es un viajero solitario, pero no está solo en su búsqueda. Cada fragmento tiene un lugar y un propósito, aunque a menudo se pierde en el tiempo -dijo, acariciando un pequeño objeto de cristal en su mano.

-¿Sabes dónde puedo encontrar a esos fragmentos? -le pregunté, esperanzado.

Capítulo 3: Las Pistas del Pasado

La anciana se acercó a una estantería llena de objetos brillantes y comenzó a buscar entre ellos. Finalmente, sacó un pequeño espejo que reflejaba no solo mi imagen, sino también destellos de recuerdos.

-Este espejo es un portal a los ecos del pasado -explicó-. Puede mostrarte lo que fue, pero no te permitirá cambiarlo. Si deseas encontrar a los fragmentos, tendrás que enfrentarte a los recuerdos que han quedado atrás.

Tomé el espejo con cautela, sintiendo su peso en mi mano. Agradecí a la anciana y salí de la tienda, el espejo brillando débilmente bajo la luz del sol. Me dirigí a un claro en el bosque cercano, decidido a explorar lo que el espejo pudiera revelarme.

Capítulo 4: Reflejos de la Verdad

Al llegar al claro, me senté sobre la hierba y sostuve el espejo frente a mí. Con un profundo suspiro, lo giré y la superficie comenzó a vibrar. Imágenes comenzaron a danzar ante mis ojos: un campo lleno de flores, risas y una figura que sonreía. Reconocí a la flor, resplandeciente y vibrante.

A medida que las imágenes cambiaban, vi al joven, rodeado de otros como él, cada uno representando una faceta de su ser. Eran fragmentos felices, pero también fragmentos perdidos, llenos de tristeza.

-Debo encontrar el camino hacia ellos -murmuré, comprendiendo que su búsqueda era también la mía.

Capítulo 5: El Campo de las Flores

Al amanecer, partí hacia el campo descrito en el espejo. La imagen se volvió más clara en mi mente, guiándome a través de valles y colinas. A medida que me acercaba, el aire se volvió más denso, y una sensación de nostalgia me envolvió.

Finalmente, llegué a un campo donde alguna vez hubo flores, pero ahora todo parecía marchito. A lo lejos vi una sombra; una figura estaba sentada mirando al mar. Me acerqué con cuidado y, con una voz un poco quebradiza, le pregunté:

-Amigo, ¿se encuentra bien?

La persona volteó y me miró. Cuando vi sus ojos, me di cuenta de que era el mismo joven del que hablaba el libro, el cuidador de flores. Estaba sorprendido.

-Sí, amigo, no se preocupe -me dijo.

Capítulo 6: La Revelación del Cuidador

-¿Cómo sabes de mí? -pregunté, intrigado.

-Soy uno de esos fragmentos perdidos -respondió. Mi curiosidad creció.

-¿Por qué estás aquí, sentado? ¿Por qué no sigues el camino como los demás? -le pregunté.

Con un susurro apenas audible, me contestó:

-Lo hemos olvidado.

Aquel momento de silencio se llenó de significado. El cuidador se levantó, mirando hacia el mar.

-Sí, tenía que olvidar la separación de todos y todo. Andamos perdidos -dijo con un suspiro.

-¿A quién debemos encontrar? -pregunté, sintiendo una profunda conexión con él.

-No lo sé -respondió con tristeza.

Capítulo 7: La Historia del Cuidador

-¿Tienes alguna historia que contar? -le pregunté. Él sonrió débilmente.

-Éramos uno, un solo fragmento. Pero cada uno tiene su propio camino y, al final, todos somos fragmentos de un mismo ser. Este campo de flores, alguna vez lleno de belleza, ahora es solo un recuerdo.

Comenzó a contarme sobre la flor que siempre había querido tocar, pero que nunca pudo alcanzar.

-La dejábamos ir, y poco a poco olvidamos la belleza que representaba. Y así, el campo comenzó a marchitarse.

Capítulo 8: El Significado del Olvido

Su voz se hizo más baja mientras hablaba de la tristeza de los fragmentos perdidos. Me di cuenta de que el olvido no era solo una pérdida, sino una forma de separación que todos experimentamos.

-Nosotros, como fragmentos, buscamos volver a ser uno. Pero hay algo que nos detiene -dijo, mirando hacia el horizonte.

-¿Y qué es eso? -pregunté.

-No lo sabemos. Solo sabemos que debemos ir a la cueva.

Capítulo 9: El Camino a la Cueva

La tristeza en sus ojos era palpable.

-No sé qué nos espera allí, pero es importante que todos estemos juntos para entrar. Sin embargo, no hemos tenido suerte. Algunos han quedado atrás, y yo solo espero que algún día regresen.

Me sentí impulsado a ayudarlo.

-Voy de viaje hacia el sur. ¿Puedo ayudarte en tu búsqueda?

Él miró con esperanza.

-¿Harías eso por mí? -preguntó.

Capítulo 10: El Regalo del Espejo

Saque el espejo que me había dado la anciana y le dije:

-Este es un regalo para nosotros. Quizás no podamos ver a todos los fragmentos, pero podemos encontrar las sombras de aquellos que están perdidos.

Miró el espejo y vio las sombras, pero notó que faltaban dos.

-Aquí faltan dos -dijo con sorpresa.

-Tal vez en los próximos días logres recordarlos -le respondí.

Capítulo 11: La Despedida

Sin embargo, sabía que debía seguir mi camino.

-Amigo, debo continuar mi viaje. No sé qué me espera, pero espero que algún día todos se reúnan nuevamente.

Me alejé, sintiendo su mirada en mi espalda.

-Suerte, amigo. Espero que encuentres lo que buscas -me gritó.

Con una sonrisa, le respondí:

-Así será. Espero que todos estén juntos de nuevo.

Mientras me alejaba, reflexioné sobre lo grande y pequeño que es el mundo, y sobre cuáles serían mis próximas historias y amigos en este vasto viaje.

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el fragmento del olvido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora