su cuerpo estaba en la cena familiar con sus padres pero su mente aún en aquella noche, anhelaba tanto volver a sentir esa sensación de tranquila que tuvo con aquella hermosa mujer.
Un golpe en la mesa lo saco de sus tranquilos recuerdos.
-tu madre te acaba de hacer una pregunta-su padre lo reprendió de mal humor.
-perdon, no escuché.-se disculpo muy apenado.
-la novia Cooper, ¿cuando piensas en presentarme una nuera?-esa misma pregunta de siempre. Su madre era ajena a saber que era una persona muy tímida, aún más con las mujeres quien no era muy bueno cuando se trataba de conquistar.
-por el momento me estoy concentrando en el trabajo, madre.-respondio con tranquilidad.
-mientras no seas un maricon todo en orden.-su padre, el señor Edward se burló de el antes de meterse un bocado de carne a su boca.
Su madre puso una cara de disgusto tomando de su frente.
-por dios Cooper tu no.-ella dijo indignada.
-no, madre. Simplemente aún no estoy listo para una relación.-aclaro de inmediato.
-aun es joven, tienes tiempo de sobra para buscar una buena mujer que este a tu altura y de buena familia.-dijo su padre.
-escucha bien, Cooper. elige bien, yo no quiero una ramera sentada en mi mesa.
-o una fracasada que sea nadie.-su padre agregó.
Exigencias y exigencias eso era lo que el siempre había escuchado de ellos, nunca una felicitación por sus logros, solo críticas y órdenes. Aún con veintiocho años sus padres mantenían un cierto poder sobre su vida.
le tenía cierto miedo a su padre, y su madre, bueno nunca estuvo ahí para el como toda madre.
Guardo silencio dándole la razón a ellos, como siempre lo hacía. Una persona reservada y tranquila la cual querías los problemas a kilómetros de distancia.
Su amigo elevó su voz llamando su atención sacándolo de su trance.
-¿hombre que te sucede?, te veo en la luna te hablo y no me dices nada.-nicholas se quejo.
-perdon, me distraje un momento.-contesto enderezando su cuerpo.
-lo se, nececito que me ayudes con una pequeño préstamo, te lo pagaré lo antes posible.
-si, por supuesto dime cuánto.
-treinta mil.
Tomo un cheque y lo firmo bajo la mirada de su amigo quien estaba recostado en el sillón bebiéndo champaña.
-gracias hermano, me salvaste, en cuanto mi madre se ablande conmigo te lo pagaré.-prometio tomando el papel.
-esta bien para eso estamos.-el dijo despreocupado.
-tienes toda la razón.-hablo sirviendose más de la bebida.
-nick.-el dijo después de varios segundos de silencio.
-mjm.
-¿te acuerdas de la mujer que tú contratase para mí?
-¿quien, la prostituta?
-jennifer, ese es su nombre.-dijo algo indignado por como se refieior a ella.
-da igual, después de todo solo es una ramera.-dijo hundiéndose de brazos.
Cooper frunció sus labios mirando a otro lado.
-¿y, que pasa con ella?
-solo, me pareció muy agradable y.