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Maldito Max

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Maldito Max

El auto estaba en silencio. NuNew, quién normalmente era tan hablador, no había dicho ni una sola palabra tras el saludo inicial de Zee  cuando lo recogió en el trabajo. Siempre intuitivo, parecía sentir que Zee  necesitaba pensar, y en cambio, le sostenía la mano libre con firmeza. El contacto con su compañero calmaba la furia inquieta que el demonio de Zee estaba agitando dentro de él, pero apenas…

Maldito Max

Aparentemente, la policía había recibido un aviso sobre algunos hombres sospechosos que merodeaban por el hospital. Con los ataques recientes en la ciudad, se habían tomado la pista en serio y aparecieron con toda su fuerza.

James y Zee  habían ejercido con éxito la compulsión sobre los oficiales de policía, convenciéndolos de que el dúo era solamente un par de transeúntes inocentes. Habían evitado ser interrogados e incluso evitaron dar información de contacto para el seguimiento. Zee  era consciente de que, sin James, podría haber tenido más dificultades para hacerlo. No era tan hábil en la compulsión como su amigo.

Max no había matado al hombre después de todo. Un pequeño milagro. Zee  pensó que tal vez no había tenido tiempo de drenar completamente al humano y a la vez hacer una salida limpia. Seguramente estaba siendo cuidadoso de no enfrentarse a Zee y a James a la vez.

Una ambulancia había llegado poco después de los coches de policía para llevarse al hombre inconsciente. Zee  acababa de darse cuenta de que su compañero podría haberlo visto cuando lo llevaban al hospital, incluso

Podría haber tomado parte en los cuidados del individuo.

Miró al chico que estaba a su lado, cabello castaño despeinado y ojos marrones cansados, aun así, se veía tan encantador como siempre y consideró preguntarle al respecto, pero al final se quedó en silencio. Ese hombre no era nada.

Pero NuNew… NuNew lo era todo.

Max tenía que haber sabido que su pequeña trampa improvisada no los retendría por mucho tiempo, probablemente solo había estado buscando detenerlos para poder escapar. Lo que aún dejaba la pregunta de cuáles serían sus grandes planes para ellos.

Zee  estacionó el auto en el camino de entrada de NuNew, soltando de mala gana la mano de su compañero para salir del vehículo. Solo ese simple acto de renunciar al contacto, hizo que su demonio volviera a enfurecerse.

Tan pronto como NuNew estuvo fuera del auto, Zee  se apresuró a tomar su mano nuevamente y lo arrastró hacia la casa, todavía sin decir una palabra. Sabía que estaba siendo un bruto, pero no le importaba realmente.

Su demonio estaba latiendo dentro de él. Con necesidad de tocar. Necesidad de proteger. Necesidad de reclamar.

Nuestro. Nuestro. Nuestro.

Mientras tiraba de NuNew hacia las escaleras, pasaron junto a James en la cocina.

—Zee  tenemos que hablar.

Destino - ZeeNuNew 🩸1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora