04 Zee 04

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Zee realmente debería irse

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Zee realmente debería irse. Ya mismo.

Había estado tan cerca de matar a ese hombre. Ni siquiera al morderlo o alimentarse de él, sino simplemente por sacarle la vida a golpes. Pero la voz de NuNew de alguna manera había atravesado la niebla asesina, su demonio se había sintonizado con el chico tembloroso más que con la presa frente a ellos.

Eso en sí mismo era una revelación.

El lado humano racional de él era consciente de que estaba en problemas; que tenía los colmillos completamente afuera, que su demonio se mostraba en sus ojos, y que en cualquier momento, NuNew comenzaría a gritar y correría hacia las colinas.

Pero su lado humano racional definitivamente no estaba a cargo en este momento.

Dulce. Miel dulce. Nuestro, nuestro, nuestro.

El chico estaba sangrando, y… ese olor. Era el olor rico, cobrizo y tentador de la sangre fresca, pero también el olor de NuNew, un aroma embriagador de leche y miel. Y aparentemente su demonio estaba tan cautivado por el olor de NuNew como con el resto de él. Apenas había registrado al atacante escabulléndose en la oscuridad, demasiado concentrado en el chico en sí mismo, en tenerlo a la vista.

El muchacho que actualmente estaba mirando a Zee, con los ojos muy abiertos, luciendo un poco temeroso pero sobre todo en estado de shock.

—¿Qué… qué es lo que acaba de suceder? —La voz de NuNew era apenas más que un susurro.

Zee dijo lo único que podía y lo único que importaba. —Él te estaba lastimando.

Antes de que Zee supiera lo que estaba haciendo, alcanzó el cuello de la camisa de NuNew, tirando de la tela hacia abajo y hacia un lado para revelar el corte sangrante en el hombro del chico. Y entonces no pudo detener el gruñido que salió de él, su demonio y él estaban furiosos porque alguien había lastimado a su niño encantador.

Esperó nuevamente a que su demonio exigiera perseguir, matar, terminar lo que habían comenzado con el atacante del muchacho, o que NuNew gritara y lo empujara. Pero nada sucedió. El chico seguía mirándolo con los ojos muy abiertos, y el demonio de Zee estaba concentrado en el corte.

Proteger, calmar, lamer, sanar.

Zee podría tal vez, solo tal vez, luchar contra ese impulso. Dar un paso atrás y dejar que NuNew huyera de ellos. Pero no podía encontrar en sí mismo siquiera el desear eso. Él y su demonio estaban de acuerdo en eso.

Cedió.

Antes de darse cuenta, se inclinó y lamió el corte de NuNew, dejando que su saliva curara la herida, y el sabor más dulce que jamás había conocido llenó su boca.

Acercó a NuNew a él, y su demonio gruñía tan bajo que prácticamente ronroneaba, presionando al niño contra sí mismo mientras lamía cualquier rastro de sangre en le piel demasiado pálida. La herida superficial se curó en unos momentos.

Destino - ZeeNuNew 🩸1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora