Capitulo cuatro

204 51 1
                                    

      4. Que comience el acto

Llegue a la casa de Rosé, no la llame para avisarle que lo haría, pero aun eran las nueve, no era tan tarde, supuse que estaría despierta, cuando llegue a su departamento estaba todo en completa oscuridad, así que envíe un mensaje.

"Estoy afuera de tu casa ¿podemos hablar?" La puerta principal se abrió y ahí estaba, Rosie parecía acabar de despertar, su cabello rubio enmarañado, su pijama estaba manchada de cafe y supongo que leche de los mellizos.

-¿Todo bien?-Pregunto la rubia con su mirada cansada y yo negué, se aparto un poco para dejarme pasar, pase y camine a su habitación, estaba cansada y necesitaba hablar con mi mejor amiga.
-No lo tomaron bien.-Afirmo y yo asentí.

-Si, no les gusto la idea que sea liviana.-Rosé giro un poco la cabeza de lado sin entender lo que decía, era gracioso la definición de mi madre, pero la reacción de Rosé fue adorable.

-¿Liviana?

-Si, mi mamá no sabía que se dice lesbiana.-Rosé soltó una melodiosa carcajeada, mientras se metía en las cobijas, me hizo señas con la mano para que me recostara a su lado y así lo hice.

-¿Le dijiste que estábamos saliendo?-Pregunto con incredulidad.

-Si...-No me atreví a continuar.

-¿Quieres contarme el resto?

-Pues, me imagine que se molestarían porque... ya sabes, tienes a los mellizos, y trabajamos juntas.-Me apenaba mi comentario, no quería que Rosé se sintiera mal.

-¿Pensaste que tu mamá se enojaría por estar con una madre soltera? ¿Y no por el hecho de que fuese una mujer?-Pregunto con gracia, y solo asentí.
-Quédate a dormir, mañana estarás mejor.-Conocía ese tono, Rosé estaba tan cansada que no quería hablar, apago la lampara de noche que tenía a su lado y se giro para dormir.

Solo veía el techo, intentando dormir, y solo tenía una idea en mente, si iba a hacer esto, lo haría bien.
Estaba por fin cayendo en el sueño, cuando escuché un llanto, Rosé apenas se movió, la pobre debía estar muy cansada.

-Yo iré.-Le susurre.
-Seguro solo es un cambio de pañal.-Le dije caminando a la habitación contigua, era Rosen el que se movía incómodo en la cuna, lo tome con cuidado y con miedo de romperlo, lo lleve al cambiador, realmente era un pequeño muy hermoso, sus ojos grandes y color cafe, y el cabello rubio y ligeramente ondulado.
-¿Mejor? Mi pequeña maquina de popo.-Rosen respondió con una risita, supongo que no lo entiende, estaría ofendido de entenderlo, bese su frente y lo arrulle hasta que se quedo dormido, estaba tan cansada que en cuanto toque la cama, caí profundamente dormida.
Desperté con un nuevo llanto, algo me dio cosquillas en el cuello al abrir los ojos, aun no amanecía, pero tenía a Rosé abrazada a mi, su rostro escondido en mi cuello, sentía su relajada respiración, me aleje para ir a revisar a los mellizos, ¿como podían despertar en las noches? ¿No se supone que duermen mucho?
-¿Ahora quien es?-Pregunte a los pequeños, esta vez era Alice la que lloraba, y el olor que emanaba, eran señales de la razón.
-Ustedes son una pequeña gigante fabrica de popos ¿verdad?-Pregunte a la pequeña idéntica a su hermano mientras la cambiaba, esta vez, con mayor rapidez, ya estaba arrullándola, a diferencia de Rosen, Alice solo necesitaba un cambio para descansar, rápidamente cayo dormida, cuando volví a la cama, Rosé parecía estar durmiendo, nuevamente entre a la cama, ¿como lograba parecer tan fresca cada mañana,  es decir, cuidar a dos bebes, alimentarlos, cambiarlos de pañal, ¿a las tres de la mañana?

-¿Donde estabas?-Pregunto Rosé con voz adormilada.

-A cambiarle el pañal a Alice.-Dije con notable cansancio.

-Lo siento, debí hacerlo, no tenias que molestarte.-Sonaba apenada y sonreí.

-Después de todo, también serán mis hijos.-Rosé no respondió, no hizo ningún sonido, quizás no debí decirlo.
-Duerme Rosie, mañana iremos a buscar una linda casa de los suburbios, con una habitación para cada uno, y una habitación de invitados, y un lindo jardín.-Bostece cuando termine la frase y de inmediato sentí como el sueño me vencía.

Préstame a tu familia (chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora