Advertencias: esto es un what if...? comisionado por faaaaaaaa7, ¡gracias por la confianza y paciencia!
Esto, como dice el título, es un What If, por lo tanto, NO ES CANON. Queda en ustedes si leerlo o no (son dos capítulos), así que proceden bajo su responsabilidad.
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La segunda ecografía fue tan emocionante como la primera, a pesar de que Hoseok todavía no podía saber el sexo del bebé. Sin embargo, el hecho de que su cachorrito estuviera creciendo significaba todo para él, en especial con las palabras del doctor.
―En la próxima podremos saber si es niño o niña ―le dijo el doctor Hwang―, y veo que está creciendo bien a pesar de todo. ¿Quieren una fotografía?
―Sí ―tanto Yoongi como Hoseok hablaron al mismo tiempo y compartieron una mirada antes de desviarla, la tensión creciendo entre ellos.
Para suerte de ambos, el doctor Hwang no dijo nada y comentó que iría a imprimirla, así que salió del cuarto un instante. Hoseok fingió que en la pared había algo interesante, mientras que Yoongi se puso a revisar su teléfono.
―¿Vas a ir a la cena de invierno? ―preguntó Yoongi de pronto, como si así quisiera que la tensión en el aire desapareciera.
La cena de invierno era un evento al que se invitaban a las familias más importantes de Seúl para compartir e incentivar las uniones. Yoongi y Hoseok se habían conocido oficialmente en una cena a la que fueron, cuando Hoseok estaba a punto de cumplir los dieciocho años.
―No ―contestó Hoseok, pues les había llegado la invitación a sus padres y, por extensión, a él―, odio esa cena. Nunca me gustaba ir contigo.
―Mmmm ―Yoongi asintió con la cabeza―, recuerdo tus quejas, sí. Pero al final...
―Era lo que debía hacer como tu esposo ―de manera inevitable, Hoseok miró hacia su mano, donde ya no había ningún anillo―, así que ahora, no iré más.
El aire rígido entre ellos volvió a aparecer por las palabras de Hoseok, con Yoongi apretando su mandíbula y volviendo su vista al teléfono. Hoseok pensó en ellos dos, firmando el divorcio sólo una semana atrás.
Había sido... triste y angustioso. Hoseok no planeaba que hubiera sido tan caótico, no obstante, Yoongi no se la hizo fácil tampoco porque había estado visitándolo prácticamente todos los días para convencerlo de cambiar de opinión. Hoseok era amable, demasiado para su propio gusto, así que jamás le cerraba la puerta en la cara y escuchaba todas sus palabras con una expresión inescrutable.
Sus padres le insistían en que no era necesario aceptar a Yoongi en su hogar, pero Hoseok quería escucharlo por algún motivo extraño. Tal vez fue cruel de su parte, pues parecía que le daba alguna ilusión a Yoongi, no obstante, Hoseok sentía que quería escucharlo.
―Construimos una vida juntos ―le dijo Yoongi uno de esos días―, Hobi, por favor... Podemos darle una familia a nuestro cachorro.
―Tendrá una familia ―razonó Hoseok―, con dos padres que están separados, pero se respetan. El bebé no sabrá lo que me hiciste, Yoongi.
Vergüenza pintó el rostro de Yoongi, que desvió la vista unos segundos.
―Además ―añadió Hoseok―, una vida como tal juntos, no lo creo, Yoongi. Los dos nos acostumbramos a la monotonía, a que todo fuera igual, pienso que no es suficiente para regresar. Si decidiste engañarme con Suran, supongo que viste en ella algo que yo nunca pude darte.