ENCUENTROS A TRAVES DEL TIEMPO (ZHONGLI)

CAPITULO 11

El abrazo de Zhongli era firme, cálido y lleno de una vulnerabilidad que rara vez mostraba. Durante un largo momento, ambos permanecieron así, envueltos en una calma que no necesitaba palabras. Habías logrado algo que antes parecía imposible: sanar una parte del dolor que él había acumulado durante siglos. Pero sabías que no todo se resolvería de inmediato; El camino por delante aún tendría desafíos, pero esta vez lo enfrentarían juntos.

Zhongli fue el primero en romper el abrazo, aunque sin soltarte del todo. Sus ojos dorados te miraban con una ternura que solo ahora podías entender completamente.

—Es curioso —dijo suavemente—, siempre he sido quien protege y cuida de los demás. Pero contigo... siento que puedo bajar la guardia.

—No tienes que ser el guardián todo el tiempo —respondiste—. Ahora compartimos esto, no solo la inmortalidad, sino el peso que viene con ella. Yo estoy aquí para ti, como tú siempre has estado para mí.

Zhongli se movió lentamente, y luego miró al horizonte, donde la luz del amanecer empezaba a teñir el cielo de tonos cálidos. Su expresión cambió, volviéndose más seria.

—Aunque hemos encontrado este equilibrio entre nosotros, no debemos olvidar lo que se avecina. —Su mirada se volvió más aguda. 

Esa energía oscura que ambos sienten no ha desaparecido, solo está esperando. Tu corazón se apretó al recordar esa presencia oscura que habías sentido días atrás. Sabías que lo que él decía era cierto; aunque habías logrado sanar parte de su dolor, había algo más en el horizonte, algo que no podrías ignorar. Zhongli permaneció en silencio un momento, como si estuviera buscando las palabras correctas.

—Algunos de ellos son enemigos del equilibrio que hemos protegido durante tanto tiempo. Este pacto que hemos hecho ha traído un cambio, uno que no pasará desapercibido para ellos. Nos buscarán, y cuando lo hagan, necesitaremos estar preparados.

Te estremeciste ligeramente al escuchar sus palabras, pero también sabías que no estabas solo. Tenías a Zhongli, y ahora, con tu nuevo poder, tenías la fuerza para enfrentar lo que viniera. Habías elegido esta vida inmortal a su lado, y con ella, venían desafíos que ambos tendrían que enfrentar juntos.

—Entonces los enfrentaremos —dijiste con determinación—. No importa qué fuerzas despierten, no permitiré que destruyan lo que hemos construido. No te perderé de nuevo, y no dejaré que el equilibrio del mundo se rompa.

Zhongli te miró, sus ojos brillando con una mezcla de orgullo y tranquilidad.

—Tu coraje es admirable —dijo con una pequeña sonrisa—. Y con tu poder, no tengo duda de que podemos proteger lo que es importante para ambos.

El viento sopló suavemente a través de las ruinas del templo, y por un momento, todo parecía estar en calma. Pero sabías que esa calma no duraría para siempre. La energía oscura estaba al acecho, y pronto tendrían que enfrentarse a lo que fuera que estaba emergiendo del pasado.

—Debemos prepararnos —dijo Zhongli finalmente—. Este poder que tienes, esta luz que puede curar las almas, será crucial. Pero debes aprender a controlarlo completamente. Necesitarás más que solo instinto. Si vamos a enfrentar lo que viene, tu habilidad para sanar deberá estar a la altura de la batalla que se aproxima.

Asentiste, sabiendo que aún te quedaba mucho por aprender. Sentías la luz dentro de ti, pero sabías que controlarla y usarla en su máximo potencial requeriría tiempo, esfuerzo y entrenamiento.

—Estoy lista para lo que sea que venga —respondió tu voz, llena de convicción—. Aprenderé a dominar esta luz, y juntos, enfrentaremos lo que vengaremos.

Zhongli te dio un último vistazo lleno de calma, y ​​con ese entendimiento mutuo, ambos sabían que los días que se avecinaban estarían llenos de retos. Pero ahora, nada podría separarlos.

Caminaste a su lado mientras el sol ascendía en el cielo. El futuro estaba lleno de incertidumbres, pero también estaba lleno de promesas, y sabías que, pase lo que pase, tú y Zhongli lo enfrentarían, juntos.