Un día, mientras paseabas por el puerto, sentiste una extraña perturbación en el aire, como un leve zumbido que vibraba en tu pecho. Tus sentidos, ahora agudizados por el vínculo con Zhongli, captaban algo que no podías entender del todo. Una energía oscura, desconocida, se estaba extendiendo lentamente por el horizonte. Las nubes se oscurecieron, y un viento inusualmente frío comenzó a soplar.
Zhongli apareció a tu lado, su rostro solemne, sus ojos fijos en el horizonte.
—Lo sientes, ¿verdad? —preguntó, sin apartar la vista—. Algo se está acercando. El equilibrio del mundo siempre ha sido delicado, y con cada cambio importante, hay fuerzas que buscan alterar ese equilibrio.
Te giraste hacia él, sintiendo una mezcla de curiosidad y preocupación.
— ¿Qué es eso? —preguntaste, mientras la energía oscura parecía acercarse.
—Hay antiguos seres y entidades que han estado dormidos durante siglos, esperando el momento oportuno para despertarse. Ahora que hemos creado este pacto, este vínculo entre un dios y su familiar, podríamos haber llamado su atención.
Su voz era tranquila, pero sabías que lo que estaba diciendo era serio. El pacto que habías formado con él había alterado algo en el equilibrio natural del mundo, y ahora, fuerzas oscuras que antes no te afectaban estaban comenzando a notarlo.
—No tienes que enfrentarlo solo —dijo, volviéndose hacia ti—. Estaré a tu lado, pero ahora que compartimos esta inmortalidad, también tienes un poder dentro de ti que debes aprender a usar.
Zhongli extendió una mano, y sintió una suave corriente de energía fluir hacia ti, como si te estuviera guiando a explorar la conexión que compartían. Era como una chispa, una semilla de poder que se había plantado en tu alma.
—El tiempo y el mundo no son lo que solían ser para ti. Tu vínculo conmigo te dará acceso a energías que antes no podías percibir, pero con ese poder viene la responsabilidad de proteger este equilibrio.
Sabías que no sería fácil. Habías deseado estar con él para siempre, pero nunca habías pensado en las consecuencias más profundas de ese pacto. Ahora, no solo compartías su inmortalidad, sino también el peso de mantener el equilibrio del mundo.
Los días que siguieron te dedicabas a entrenar, a entender los nuevos poderes que empezabas a sentir. Zhongli te guiaba pacientemente, enseñándote sobre las fuerzas del mundo que no habías conocido antes. Pero siempre en el horizonte, esa presencia oscura crecía, esperando el momento adecuado para desafiarte.
El destino ahora no solo te unía a Zhongli, sino que también te había colocado en un nuevo camino, donde el equilibrio del mundo dependía de tu fuerza y tu unión. La eternidad se abriría ante ti, pero no sería un sendero fácil.
Con tu nuevo poder, sentías el pulso del mundo de una manera completamente diferente. Era como si una nueva dimensión se hubiera abierto ante ti, y ahora podías percibir todo tipo de energías que antes te eran invisibles. Las personas a tu alrededor brillaban con auras de diferentes colores, cada una mostrando la esencia de sus emociones, pensamientos y estados de ánimo. Los animales, con su energía pura y vibrante, se movían a tu alrededor como si fueran parte de un flujo constante con la naturaleza. Incluso las plantas, en su aparente quietud, irradiaban una energía sutil, conectada a la tierra.
Los edificios y monumentos que habían sido testigos de guerras, magia y siglos de historia también emanaban una energía única. Podías sentir las cicatrices que el tiempo había dejado en ellos, susurros de antiguos enfrentamientos y momentos cargados de profundas emociones. Todo en el mundo parecía latir con una vida propia, como si el mismo tiempo dejara su huella en cada piedra, cada rincón de Liyue.
Pero lo más impactante fue lo que ocurrió un día mientras estabas en las ruinas de un antiguo templo, explorando esa conexión que sentías con el mundo. Mientras tocabas las piedras del templo, sintiendo la historia que había quedado atrapada en ellas, una visión se manifestó ante ti. No era algo que nadie más pudiera ver; era una visión que te pertenecía exclusivamente.
De repente, el mundo a tu alrededor pareció detenerse, y una luz suave y cálida llenó tu campo de visión. Era como si el sol mismo hubiera descendido para envolverte en su abrazo, pero no te cegaba. En esa luz, pudiste ver algo mucho más allá de lo físico: una visión de pura energía, de sanación y restauración. En tus manos apareció una pequeña esfera de luz, tan brillante y hermosa que te dejó sin aliento. No era una simple manifestación de poder; Era algo más profundo.
— ¿Qué es esto? —preguntaste en un susurro, mirando la esfera de luz en tus manos.
Zhongli, quien te había estado observando a lo lejos, se acercó lentamente, su mirada calmada pero sorprendida. Él también sentía la energía, aunque no podía ver la visión tal como tú la experimentabas.
—Es tu poder único —dijo en voz baja, mirándote con una mezcla de asombro y respeto—. Una visión de luz que no tiene igual. Ha despertado algo que no había visto en siglos. Esta luz... no solo puede curar el cuerpo, sino también el alma.
Te quedaste en silencio, mirando la esfera de luz en tus manos. Sentías su poder correr a través de ti, un poder suave pero inmensamente poderoso. Era como si pudieras sentir las heridas de los demás, no solo físicas, sino las que yacían más profundas en sus corazones y almas. Y con esa luz, sabías que podías curarlas.
—Esta es la habilidad que has desarrollado para tu conexión con el mundo —continuó Zhongli, sus ojos dorados brillando con admiración—. Pocos pueden percibir la esencia misma del alma, y aún menos pueden sanarla. Eres capaz de algo que va más allá de la simple magia o la curación física. Esta luz puede restaurar lo que se ha perdido en el interior de una persona, puede curar las cicatrices invisibles que la vida deja atrás.
Te sentiste abrumado, no por el poder en sí, sino por la responsabilidad que traía consigo. La visión en tus manos pulsaba suavemente, como si te estuvieras recordando que ahora tenías la capacidad de aliviar el sufrimiento de los demás, no solo de manera física, sino espiritual.
—Es hermoso... pero también... —titubeaste, sin saber cómo expresar el peso de lo que sentías.
Zhongli asintió suavemente.
—Sí, es un gran poder. Y con él, viene una gran responsabilidad. Sanar las almas puede ser más difícil que sanar los cuerpos, porque el dolor más profundo es aquel que las personas esconden. Sin embargo, confío en que podrás manejarlo. Ya has demostrado tener la fuerza para enfrentar desafíos más allá de lo mortal.
Te quedaste mirando la esfera de luz por un momento más antes de que lentamente se desvaneciera, absorbiéndose en ti. Aún podías sentir su presencia, latiendo suavemente dentro de ti, como un recordatorio constante de lo que ahora eras capaz de hacer.
Este poder no solo era un reflejo de tu conexión con Zhongli, sino también de la nueva relación que tenías con el mundo y las energías que lo conformaban. Habías sido elegido, no solo para estar a su lado, sino para cuidar de las almas que, como tú en tantas vidas anteriores, habían sufrido y buscaban sanación.
Con este nuevo don, sabías que tu vida había cambiado para siempre. Ya no eras solo su familiar inmortal, eras también un faro de luz para aquellos que lo necesitaban.
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ENCUENTROS A TRAVES DEL TIEMPO (ZHONGLI)
Fantasia-Encuéntrame de nuevo en mi próxima vida. Esas palabras resonaban en la mente de Zhongli mientras tu último aliento se desvanecía