PARTE 2

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No fue tan difícil deducir de quién se trataba, después de todo, tienen los mismos ojos y supuse que vendría a verme.

Para un padre de verdad, sin importar la edad que tenga una hija y por regla general masculina, siempre juzgarán al chico que esté cerca de su hija. Pero, fingí no tener idea de lo que estaba pasando.

Le pregunté quién era y qué se le ofrecía. No dudó en responderme y con paso firme dijo que era el padre de Jacqueline y quería tener una charla conmigo.

Hablamos solo de cosas triviales: Edad, profesión, pasatiempos, etc.

Solo hablábamos en ruso, él dominaba 2 idiomas: su idioma natal y el inglés.

Pero opté por hablar en ruso.

Podíamos encajar en algo, eso es en la literatura.

Mi literatura nunca ha sido destruida incluso sino tuviera libros reales. Y aunque se me hubieran perdido, sus contenidos permanecerían en mi memoria. Si los recitaba, podía familiarizarme a mi mismo con las ricas historias y nostálgicas palabras.

Comenté que al al hacerlo, algunos que compartían mis intereses se acercaban, escuchaban y debatían entre sí. No solo mis compañeros compatriotas, sino también gente de otros países que conocía por internet y tenían amor por la literatura.

ÉL se convirtió en un tutor para Jacqueline, enseñándole todo lo que necesitaba saber sobre el mundo exterior y las precauciones que debía tener, influenciado por su padre quien era un fan de la literatura.

Para mí, todo lo que me daba a entender este señor cuando terminó de hablar. Me daba la impresión de tener a Jacqueline presa en este país.

Después de intercambiar despedidas y me confiara a su hija, quiso que un día lo acompañe a comer y seguir hablando. Entonces accedí.

Intercambiamos números y dijo que me avisaría luego porque estaba ocupado.

Latidos de mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora