capitulo 8: Confesiones y rumores

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Ramiro se dirigió hacia la sala de maestros con el corazón hecho un puño y una expresión un tanto frustrada, no entendía las acciones de Mateo, todo es tan confuso que ya ni siquiera sabe que es verdad, solo sabe que sigue enojado con él y más por lo que acaba de pasar.

No podía evitar haberse sentido observado y un sentimiento de inquietud lo embargo ¿y si alguien nos vio? Esa pregunta se repetía en su mente sin cesar y las posibles consecuencias haciendo un tornado dentro de él. Al llegar a la sala de maestros, tomó sus cosas y estaba dispuesto a salir cuando Calisa lo detuvo.

—¿Estas bien? Te ves un poco más pálido de lo normal. -Calisa lo miró con expresión de preocupación y pasó un mechón de su cabello ondulado por detrás de su oreja. Creía saber el porqué de que él estuviera así.

-Pensé que ya te habías ido…-La miró con el ceño ligeramente fruncido, en su mente lo único que aparecía era su beso con Mateo, algo que él siempre espero pero fue en un momento inoportuno.

-Te estaba esperando, quedamos que te iba a pasar a dejar a tu casa ¿no? -Calisa ladeó la cabeza y dio un paso hacia el.

Ramiro abrió ligeramente más los ojos, cayendo en cuenta de lo que le estaba hablando.-Cierto, cierto… Lo siento.

-No te preocupes.-Se encogió de hombros y dio un ligero golpecito en su entrecejo que seguía ligeramente fruncido.-Vámonos.

-Ouch.-Ramiro fingió fulminarla con la mirada y después le sonrió. Mientras la seguía a la salida, no podía dejar de pensar en un montón de cosas, tenía que decírselo a alguien o iba a explotar.

Una vez en el coche de Calisa, Ramiro tomó varias respiraciones profundas y recargó su cabeza en el respaldo. ¿Y si salía mal? ¿Qué tal si ella le contaba a alguien?¿Y si…? Detuvo sus pensamientos, debía dejar de dudar de ella ya que que ella había demostrado ser alguien bastante confiable y se podría decir que ahora era como su mejor amiga.

-Mateo me beso.-Soltó sin más, reteniendo la respiración mientras observaba la reacción de Calisa.

La boca de Calisa se abrió en una pequeña “o”, no esperaba que se lo dijera tan abruptamente de hecho pensó que ni siquiera se lo diría y claro ella no le insistiría pero aquí están, ambos en el mismo coche y procesando aquello. Era algo totalmente diferente a lo que había pensado Calisa pero era aún mejor.

-¿Y qué pasó? -Ella no sabía la historia entre Mateo y Ramiro, pero siempre los había emparejado, de hecho alguna vez llegó a pensar que si eran pareja.

-Me enoje, no era algo que esperaba….-Suspiró frustrado y pasó sus manos por su rostro.-Han pasado tantas cosas con el…

-¿Quieres ir al café de siempre…? Ahí me podrás hablar sobre Mateo con más calma.-El tono de Calisa era suave, casi tranquilizante.

Tras dudar un poco, Ramiro aceptó y ambos se dirigieron al café que se había convertido en un lugar seguro para ambos. Esa tarde en medio de tazas de café y rebanadas de pastel Ramiro le contó a Calisa todo lo que había pasado con Mateo incluyendo los sentimientos que tenía hacia él.

Al día siguiente en medio de algunas bromas y pequeños regaños Mateo se dedicaba a dar clases con su singular carisma. El querer resolver las cosas con Ramiro hacía que perdiera sus noches pensando en posibles soluciones y ahora más, ya que complicó las cosas con el beso, que a pesar de ser fugaz estuvo lleno de emociones contenidas.

Sabía que no sería fácil arreglar la confianza que rompió con Ramiro, las cosas se habían complicado más y le frustraba no saber qué hacer. Quería volver a estar con él, al menos tan siquiera como amigos…

-Profe…-Una niña se acercó al escritorio cuando todos sus compañeros salieron al recreo, tenía ojos grandes y con un brillo peculiar, parecía ansiosa por decirle algo.

-Mande.-Mateo volteó su mirada hacia ella, tratando de desvanecer sus pensamientos y colocar su atención en la niña, lo cual era muy difícil ya que lo único que últimamente abarcaba su mente era Ramiro, quien ya vivía ahí 24/7 y sin pagar renta, que era lo peor.

La pequeña se acercó a él y bajó el tono de su voz, como si lo que le tuviera que decir fuera un secreto de estado, tras dudar un poco soltó la pregunta así, sin más.- ¿Usted y el profesor Ramiro son novios?

Mateo lo miró sorprendido por su pregunta y después rió suavemente.
Qué más quisiera yo, pensó.

-No, no lo somos.-Dijo suavemente mientras le sonreía a la niña, la cual hizo un sonido de decepción la cual también se reflejaba en sus ojos.-¿Porqué preguntas?

-Es que… se corrió el rumor de que ustedes se habían besado..-Dijo después de mirar a todos lados, verificando que nadie escuchara. Al escuchar eso el corazón de Mateo dio un vuelco, no por él, sino por Ramiro. Sabía que a él le importaba su reputación y si ese rumor se había corrido por toda la escuela….

Mientras Mateo se enteraba de aquel rumor por parte de la pequeña, Ramiro se enteraba de una forma no muy diferente:

Un grupo de niñas de secundaria murmuraban cosas durante la clase Ramiro, miradas de reojo y algunas risitas se escapan mientras que Ramiro les llamaba una y otra vez la atención. Al final de la clase, Ramiro les dejo tarea a las niñas que a pesar de que intento no hacerlo, tuvo que.

-¿Ya esparciste el rumor Alía? -Una niña murmuró no tan alto y por lo visto Ramiro alcanzó a escuchar, una sensación incómoda como un peso invisible se asentó en su pecho, una intuición que se arrastra por su mente inquietando sus pensamientos.

Unos segundos después todos salieron del salón para ir a receso a excepción de Ramiro quien guardaba sus cosas en su mochila y un grupo de niñas, quienes parecían discutir algo importante.

-Profesor…-Una niña se acercó, con dos más detrás de ella, lucían algo nerviosas aunque trataban de ocultarlo con sonrisas tímidas.-Usted sabe que nos gusta mucho su clase… y que no nos gustaría que se fuera de la escuela…

La expresión de Ramiro se tornó a una cautelosa.-¿Por qué lo dicen?

-Es que, se esparció un rumor que tal vez si llega a oídos de la directora puede que tenga ciertos problemas…-Hablo una de las de atrás.

-¿Cómo..?-Esa sensación regresó, una advertencia sigilosa en Ramiro.

-Dicen que se besó con el profesor Mateo.-Soltó sin más quien se había quedado callada hasta ese momento, no pudiendo controlar su necesidad de decirle.

Por un momento Ramiro sintió como si su mundo se derrumbase y con ello la buena reputación que había construido con tanto esfuerzo en el colegio.

Nota del autor:
Llevo haciendo el capítulo desde hace como un mes y no lo terminaba por cierto taller de escritura que se robaba mi imaginación. 🤗🤗

Atte:  @Mzpaann_lv

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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