PRÓLOGO

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Sus dos manos empujaron mi espalda al hueco del volcán, cayendo sobre un líquido negro viscoso que se pegaba a mi cuerpo como si fuese un pegamento

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Sus dos manos empujaron mi espalda al hueco del volcán, cayendo sobre un líquido negro viscoso que se pegaba a mi cuerpo como si fuese un pegamento. Luché por salir del agujero, arañando las paredes, pero ese líquido se adhería a mi por si solo, bajandome al suelo para comenzar a envolverme.

Intenté gritar mientras veía hacia arriba como sus sonrisas se agrandaban, mientras me sentía ahogada por aquel líquido negro que me envolvía de pies a cabeza. Todos mis miedos parecían espectros esqueléticos que comenzaban a arañarme el cuerpo, hostigarme y romper mi piel. 

Gritaba mientras sus dedos arrancaban cada pedazo de mi y escamas negras tomaban el lugar donde antes había piel. Mi grito se transformó en un gruñido tormentoso, parecido a un trueno enorme, y lo que antes era, se había quedado dormida. 

El líquido negro salió disparado por todas partes cuando mis alas negras se desplegaron hacia los costados. Era enorme. Más grande que los demás dragones y tenía hambre, apetito de sangre… 

EMERY: Sangre de fuego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora