Niña mala 6
Después de subir de nivel, con el pique que mantenía con mi tía, baje a la ducha. Mientras me desvestía, se abrió la puerta y entró mi madre con su cara de pegarme la bronca.
-¿Qué pasa con tu tía? ¿no tienes chicas en el pueblo?. - me dijo con los brazos cruzados, y su cara de enfadada, como siempre que me pega la bronca por algo serio.
-Si, claro que tengo, pero la pobre va necesitada. Habla con ella, pero no os vayáis a pelear por unos polvos.- le dije sacándole una sonrisa.
-¡Buuff! debía haberlo imaginado, pero bueno, nada olvídalo. Pero dale caña, que de pequeñas era mala conmigo.- me soltó, riendo los dos y yéndose.
Las pelotas me bajaron de la garganta a su sitio, y resoplé aun riendo de su reacción. Ya imaginaba una buena bronca entre hermanas, que me acabaría salpicando con alguna hostia de mi padre. Pero me duché aliviado y contento, de no tener que ocultar lo mío con mi tía si mi madre estaba delante.
Todos estaban en sus sitios mañaneros con sus respectivas resacas, salvo mi tía y mi prima, que charlaban con María al sol con sus batidos de frutas, con hielo granizado.
-Buenos días bombones.- les dije frotándole el pelo a María al pasar a mi hamaca en la sombra.
Todas me saludaron también con piropos y risas, menos mi prima claro. Me tomé el segundo café, esta vez con hielo, y mi cigarro sin mirarlas. Mi polla aún reposaba contenta con la muy buena sesión con mi tía.
Las dos gacelas se fueron a su sitio junto a la piscina, y María me enseño el bote de crema para el sol con cara de vicio. Me levanté, fui a su encuentro viendo su sonrisa maliciosa, y me senté sobre sus muslos, entre mis piernas. Con mi polla despertando, solo de verla brillante al sol, con ese cuerpazo lleno de curvas de perdición.
-¿Cómo va la caza? Espero que en la ciudad no se te de igual.- le dije burlón a mi prima, riendo María y yo.
-Ja, ja, que gracioso. No tengo prisa, aún queda casi una semana. - me dijo bastante fastidiada, pero viéndome como le miraba descarado tras sus gafas de sol y le mandaba un beso.
-A la tarde te presento a Carlos, es muy buen tío.- le dijo María, y las dos reían en voz baja como brujas.
Le puse como una moto con mi prima viendo como le sobaba el culo y colaba mis manos bajo el bikini dejándoselo como un tanga y tirando de el hacia arriba. María se mordía los labios sin delatarse, acariciando mi pierna agradecida de mi dedicación. Subía por su espalda y le chafaba la polla entre los cachetes tirando un poco de sus hombros para que se acordara de los pollazos que le daba, y los que le iba a dar. Mi prima nos recordaba, y apretaba los labios con su coñito también empapándose, hasta que cogió el móvil para no mirarnos más.
Me dejé caer de lado en el césped, y contuvieron lo que pudieron las risas, pero al final estallaron las dos como gallinas, con mi polla empujando el bañador.
-¿Tu de que te ríes? Ven tonta, que te falta por aquí.- le dije a mi prima avanzando a cuatro patas hacia ella sobre la hamaca.
-¡No, no, no! ¡jajaja!.- me dijo riendo las dos, viendo cómo me subía sobre ella.
-Si, que luego quedan marcas, déjame que soy un experto ¿a que sí?. - le explicaba, preguntándole a María, pero no podían parar de reír.
Mi prima se dejó embadurnar por los muslos, notando como subía y tiraba de su bikini con fuerza hacia arriba, y las dos reían al ver mi descaro. Se subió más en la hamaca escapando, y se dio la vuelta cuando vio que subía más fuerte el bikini, clavándoselo en el coñito empapado, camino a sus pechos y volviéndola loca.
ESTÁS LEYENDO
Niña mala
RomanceUn joven soporta la infancia con su prima cruel y déspota. Hasta que crecen, y el joven ya es un artista "creando obras" con las mujeres que consiguen soportarlo. Y al verla después de varios años, ve en ella su "mejor obra" y entiende muchas cosas.