Capítulo 9: Como un sueño adolescente

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El pasillo se llenó de chicos, entre deportistas, porristas y de los que pasaban desapercibidos para los populares. Su cuerpo fue empujado hacia delante logrando que su par de anteojos cayera estrepitosamente al piso y solo ella escuchara el "crack" que el sonido de vidrio al romperse hizo.

Apenas se encorvó lo tomó y, cuando se incorporó, uno del equipo de fútbol le lanzó aquella bebida helada. Esta vez de color naranja.

Sin limpiarse o si quiera hacer el intento, guardó sus lentes en su maletín y se aferró a él cual naufrago a un trozo de madera. Casi corriendo, llegó hasta su auto y con rapidez quitó las llaves de su chaqueta. Necesitaba salir de allí lo antes posible.

- Bonito auto- escuchó una voz masculina y luego unas risas rodearla. Observó a su alrededor velozmente, había como seis chicos con chaquetas del equipo de fútbol. Ella apretó el juego de llaves en su mano derecha e iba a abrir cuando se las arrebataron-

- Miss Kwong… este Instituto no es para personas como usted- escuchó ella pero con su vista fija en las llaves que iban pasando de mano en mano. Estiró su mano para tomarla pero uno de los chicos la guardo dentro de su pantalón- Por aquí nunca ha venido una profesora tan linda ¿verdad, Chet?- preguntó el chico y ella vió como otro asentía y la miraba de arriba abajo-

- Devuélvanme las llaves, por favor- pidió con al voz seca debido a los nervios y al miedo a que no lo hicieran ¿Qué problema tenían allí con su auto?-

- Oh, que bonita voz… y sexy… Miss… ¿a nosotros no nos dará clases?- preguntó uno de los chicos dándole un pequeño empujón que terminó golpeándola contra la puerta del conductor-

- Si entrara cinco minutos en nuestro salón, la pasaría genial. Nunca más querría irse- escuchó a ese tal Chet y lo sintió acercarse. Con una mueca de asco, ella intentó alejarse pero un brazo rodeó su cintura e inmediatamente su cuerpo se detuvo detrás de otro-

- ¿Qué demonios están haciendo?

- ¿Orm?- preguntó ella al sentir aún la mano de la chica en su espalda de manera protectora. Sin saber porque, llevó su brazo izquierdo al hombro de la rubia y acercó su rostro al oído de su alumna- Deja, no te metas en problemas-

- Devuélvele sus llaves, Chet- ordenó Orm y estiró su mano esperando recibirlas- Ahora, ¿o eres idiota?

- Kornnaphat, no te metas ¿Quieres volver al fondo?- El corazón de Ling comenzó a bombear con rapidez al ver como dos de los chicos se paraban frente a Orm hasta lograr intimidarla. Si antes temía por si misma, ahora solo lo hacía por la rubia.

Quiso dar un paso pero Orm se lo impidió reteniéndola con más fuerza-

- Chet, cierra la boca- escuchó a su alumna e inconscientemente se pegó mas a ella- ¡Devuélvele las malditas llaves!

- Está bien, está bien. Toma- arrojó el chico las llaves que cayeron sobre el capó del auto y junto con su grupo comenzó a alejarse- ¡Pero algún día tendré mi oportunidad, Kornnaphat! – escucharon ambas al verlos desaparecer nuevamente hacia el interior del Instituto.

- Tome- su mirada fue a parar a las manos de Orm que le tendían su juego de llaves y le regalaba una calida sonrisa- que tenga buen viaje- dijo la rubia antes de dejarle un beso en la mejilla y lograr sonrojarla. Antes de que Orm se alejara, la llamó y la rubia volvió sobre sus pasos caminando de una manera casi arrogante. Como a ella le gustaba-

- Ve a casa esta noche- fue lo ultimo que le dijo antes de subir a su auto y dejar a la rubia allí parada. Observándola irse con una sonrisa aun más grande.

Mientras manejaba, estiró su mano hasta el asiento pasajero al escuchar el tono de llamada tan particular que utilizaba para una única persona.

Apretó el botón verde y colocó el altavoz rápidamente.

Lenguaje del amor - Lingorm Donde viven las historias. Descúbrelo ahora