EXTRA

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(Alerta de delulu)





El diamante representa la prosperidad y el equilibrio del reino de Quackity, lo que lo convierte en un símbolo de estabilidad y paz. Quizás su poder podría ser mágico, capaz de bendecir las tierras con fertilidad y abundancia, o mantener una barrera protectora invisible que mantiene al reino seguro de ataques. Sin el diamante, el reino podría volverse vulnerable a la sequía, el caos o la invasión.


Recuperación del diamante robado

La luna llena bañaba el castillo de Dream con un resplandor fantasmal. Los pasos sigilosos de Quackity e Spreen resonaban en los estrechos pasillos de piedra. Habían viajado en secreto, disfrazados, para no despertar sospechas, pero la misión que les esperaba era peligrosa. En las profundidades del castillo de Dream, oculto tras una red de trampas, se encontraba el diamante que aseguraba el futuro de su reino.

"Debemos movernos rápido, antes de que los guardias cambien su turno", susurró Spreen, su mano aferrándose a la espada en su cinto. Quackity, con la mirada fija en el oscuro corredor frente a ellos, asintió. Sabía que cada segundo contaba. El peso de la responsabilidad recaía sobre él; sin el diamante, su reino se debilitaba con cada día que pasaba.

Al llegar a la cámara donde el diamante había sido escondido, una densa niebla parecía envolver la habitación. El aire estaba cargado de una energía que erizaba la piel de ambos príncipes. En el centro, sobre un pedestal de mármol oscuro, el diamante resplandecía con una luz etérea, como si estuviera vivo. La codicia de Dream lo había llevado a encerrarlo en una trampa mágica, pero Quackity e Spreen estaban decididos a no marcharse sin él.

Spreen dio un paso adelante, su mirada fija en las runas talladas en el suelo. --Es una trampa... Si tocamos el diamante sin desactivar el sello, todo este castillo podría venirse abajo o peor aún, quedar atrapados en una ilusión sin fin

Quackity recordó los antiguos textos que había leído sobre el poder del diamante. Sólo alguien con sangre real de su linaje podría tocarlo sin consecuencias. --Yo lo haré --dijo con determinación, avanzando lentamente hacia el pedestal.

El aire se tensó cuando sus dedos rozaron la superficie del diamante. Durante un momento, todo quedó en silencio, como si el tiempo mismo se hubiese detenido. El corazón de Quackity latía con fuerza, pero su linaje, la conexión con la piedra, fue lo que rompió el encantamiento.

De repente, se escucharon pasos apresurados en el pasillo exterior. --¡Los guardias vienen! --alertó Spreen, desenvainando su espada. Quackity guardó el diamante bajo su capa y se preparó para lo peor, pero entonces, en lugar de los guardias de Dream, el sonido de cornetas familiares llenó el aire.

--¡Nuestros hombres están aquí! --exclamó Quackity con alivio.

Los guardias de los reinos de Quackity e Spreen irrumpieron en la sala, liderados por los capitanes de sus ejércitos, cubriendo la retaguardia de los príncipes. Los hombres de Dream, sorprendidos por el ataque repentino, no tuvieron tiempo de reaccionar adecuadamente.

"¡Proteged a sus Altezas!" gritó uno de los capitanes mientras los guardias formaban un escudo defensivo alrededor de Quackity e Spreen.

Una feroz batalla estalló en la sala, pero con la ayuda de sus tropas, Quackity e Spreen no necesitaban pelear solos. Las espadas chocaban, y el eco del combate llenaba la cámara. Quackity, sosteniendo el diamante con firmeza, sintió cómo la energía del cristal vibraba en sus manos, como si supiera que pronto volvería a su hogar.

Drram, al enterarse del ataque, apareció en la puerta, furioso. --¡Ese diamante me pertenece ahora! --gritó mientras intentaba abrirse paso hacia los príncipes. Sin embargo, los soldados de ambos reinos se interpusieron en su camino. Spreen, con una mirada desafiante, caminó hacia Dream, su espada desenvainada.

--No es tuyo, Dream. Nunca lo fue. Has traicionado la confianza de nuestro reino y pagarás por ello --dijo Spreen, su voz llena de autoridad.

Antes de que Dream pudiera responder, sus guardias fueron finalmente derrotados, y los capitanes de Quackity e Spreen lo rodearon. "Ríndete, Dream. Este castillo está bajo nuestro control", ordenó uno de los capitanes.

Dream, derrotado y sin escapatoria, apretó los puños con rabia antes de dejar caer su espada. --Esto no ha terminado --murmuró, pero sabía que no había más que hacer.

Con el diamante finalmente a salvo en manos de Quackity e Spreen, los príncipes abandonaron el castillo, victoriosos. Sus tropas les abrieron camino mientras marchaban de regreso a sus reinos, con la certeza de que, gracias a su unión, la paz y la prosperidad continuarían.








Momento en los jardines del palacio

El sol comenzaba a ocultarse tras las colinas, tiñendo el cielo con tonos dorados y rosados que parecían bailar sobre los árboles del jardín. Quackity, vestido con una sencilla capa, caminaba despacio entre los senderos florales, con el diamante todavía guardado en su cinturón. El aire fresco de la tarde acariciaba su rostro, pero su mente estaba lejos de la reciente victoria. Todo lo que había sucedido desde su matrimonio con Spreen lo hacía reflexionar más profundamente de lo que nunca había imaginado.

Se detuvo frente a una fuente, observando el juego de luces en el agua mientras su mirada se perdía en el horizonte. Años atrás, jamás habría pensado que terminaría casado con Spreen. No después de lo que había ocurrido entre ellos en su juventud. Sus sentimientos, en aquel entonces, habían sido genuinos, pero Spreen… Spreen había jugado con ellos. Quackity había aprendido a endurecer su corazón después de aquello, alejándose de Spreen, construyendo un muro que sólo el tiempo y el destino, en forma de un matrimonio arreglado, pudieron derribar.

--¿Te gusta el atardecer? --la voz profunda de Spreen rompió el silencio, sacando a Quackity de sus pensamientos. Spreen caminaba hacia él, tranquilo, como si ese momento también le perteneciera.

Quackity no volteó de inmediato, pero sonrió con suavidad. --Siempre he pensado que hay algo especial en los atardeceres. Como si el día se despidiera en paz, aun después de todo lo que ha pasado

Spreen se situó a su lado, cruzando los brazos sobre el pecho mientras contemplaba el cielo junto a él. --Me recuerda que las cosas buenas pueden aparecer incluso cuando uno no las espera

Por un momento, solo el canto lejano de los pájaros llenó el aire. Finalmente, Quackity suspiró y habló con un tono más íntimo. --Sabes... nunca pensé que acabaría casándome contigo --su voz tembló ligeramente, como si estuviera destapando algo que había mantenido guardado mucho tiempo. --Después de lo que pasó entre nosotros, cuando éramos jóvenes... creí que te habías ido de mi vida para siempre

Spreen lo miró con una expresión de arrepentimiento sincero. --Lo sé. No me enorgullece lo que hice. Fui un necio, incapaz de entender lo que sentías... lo que yo mismo sentía

Quackity finalmente se giró para mirarlo directamente a los ojos. --Me heriste. Mucho más de lo que llegué a admitir. Me alejé porque no quería sentirme vulnerable otra vez...

Spreen bajó la cabeza, su voz más baja. --Lo entiendo. Y créeme, lo lamento más de lo que puedes imaginar. Pero cuando nos reencontramos... este matrimonio, que al principio parecía solo un acuerdo político, me dio la oportunidad de hacer las cosas bien, de enmendar mis errores

Quackity sonrió suavemente, dejando que el pasado se desvaneciera con la luz del atardecer. --Sabes, de alguna manera, estoy agradecido. Porque al final, todo nos trajo aquí. He podido perdonarte, y a pesar de cómo comenzó todo, ahora estamos bien. Este matrimonio no fue un error... ha sido una bendición

Spreen lo observó con una mezcla de admiración y gratitud. --Nunca pensé que te lo diría, pero... me has dado una segunda oportunidad que no merecía. Prometo que nunca volveré a jugar con tus sentimientos, Quackity

Sin decir más, Spreen tomó la mano de Quackity, entrelazando sus dedos con los suyos. Juntos, se quedaron en silencio, observando cómo el sol finalmente desaparecía tras las colinas, sabiendo que, aunque el día terminaba, el futuro que compartían apenas comenzaba.

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Después de un año hice el extra JAJAJAJAJAJA, perdón la verdad ya ni me acordaba que tenia este fic (y me daba flojera)

Perdón si quedo muy delulu

--Missagui

Matrimonio forzado | spreeckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora