—"Son veintitrés baht en total", dijo la cajera de turno después de escanear los productos en el mostrador: una caja de leche y un bolígrafo. La empleada sonrió ampliamente con una actitud amistosa, y el cliente habitual le devolvió una pequeña sonrisa antes de entregarle el dinero por los productos al vendedor.
—"¿Hoy compraste un bolígrafo?"
—"Oh... sí, el anterior se quedó sin tinta."
Respondió tal como le preguntaron. Ayer había planeado comprar uno en la papelería, pero se le olvidó. Ya que estaba comprando leche, decidió llevar también un bolígrafo. Mientras estaba a punto de salir de la tienda, le hicieron otra pregunta, pero no se molestó.
—"¿Te gustaría comprar unos bollos o dumplings?"
Y él respondió lo mismo, riendo suavemente para sí mismo.
—"No, gracias."
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—"¡Ey! ¡Tú, Nom! ¿Otra vez bebiendo leche simple?", él levantó la mirada de su cuaderno al escuchar, que lo llamaban, mientras sorbía una pajilla de la caja de leche.
—"Haa..."
—"¿No comes otra cosa? Cada mañana bebes solo leche simple. ¿De dónde sacas los nutrientes suficientes?"
—"Es que siempre he comido así, ya estoy acostumbrado", respondió, con voz entrecortada la persona que bebe leche todas las mañana.
—"¡Vaya! Qué cosa más rara: te llamas 'Nom Chueat' (Leche insípida), y encima te gusta beber leche simple todos los días", dijo su amigo, quejándose mientras dejaba su mochila sobre la mesa.
—"¿Cuando eras niño tu madre nunca te dio leche dulce, de fresa o de chocolate?"Él asintió con la cabeza. En su casa, su madre solo le daba leche sin azúcar... y él se acostumbró.
Algunas personas dicen que la leche sin azúcar tiene un sabor raro, pero para él era indiferente.
—"Sí, mi madre solo me daba leche sin azúcar."
—"¡Bah! ¿Me estás tomando el pelo bastardo, Nom?"
¿Tomándole el pelo? No entendía por qué. Él solo estaba diciendo la verdad.
—"Para nada, no estoy bromeando contigo", respondió. Y su amigo
se masajeó el ceño antes de levantar la mano para detenerlo.
—"Ya, ya. Vigílame la mochila un momento... voy a comprar algo de arroz para comer."—"Ahhh", Nom Chueat asintió y luego se inclinó para terminar la leche que quedaba en la caja, pero no soltó la caja. Mordisqueó la pajilla mientras seguía ojeando sus apuntes. Después de un rato, su amigo alto y delgado regresó con un tazón de sopa de sangre de cerdo.
Nom Chueat observó a su amigo. Un amigo con el que, de repente, se había vuelto cercano por casualidad, ya que les había tocado trabajar juntos en pareja. Y no era una pareja que hubieran elegido, sino que el profesor los había emparejado de acuerdo con sus números de matrícula. Así que son el complemento perfecto.
La primera vez que Nom Chueat vio a Pom Prap en clase, su amigo parpadeó varias veces.
—"¿Tú... estudias en esta clase también?", preguntó con una expresión de asombro. Llevaban meses asistiendo a esa asignatura, y Pom Prap estaba seguro de que nunca antes,...
había visto a esa persona.Era alguien tan... apagado. Todo en él era insípido: su cara, su tono de piel, tan pálido que se le veían las venas. Incluso su ropa era aburrida. Todo en él parecía... desabrido.