Capítulo 2 -Lodovica-

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Mi vida era monótona desde que vivo aquí, hace tres años. De mi casa al trabajo y del trabajo a mi casa. No salía con amigas, no conocía personas, no me divertía. Tan solo me quedé encerrada en mis problemas, mis responsabilidades y obligaciones. Tenía una vida aburrida y sin colores, sin amor aunque he salido con dos chicos-Lucas y Davide- con ellos solo pasé un poco de diversión, intentando en verdad olvidar a Diego. 

Diego... ¿que será de él? 
Desde que estoy aquí no se de su vida. ¿Tendrá novia? ¿Estará casado? ¿Me habrá olvidado? Esas preguntas me las hacía siempre con el temor de saber las respuestas. 
Se estarán preguntando si alguna vez tuve ganas de tomar el primer vuelo a Buenos Aires que encontrara  para solo verlo a él. La verdad es que sí, pero nunca tuve el valor suficiente para enfrentarme a él. 

Me levanté de la cama y fui hacia el baño. Cepillé mis dientes y mi cabello. Me miré al espejo durante unos segundos y empecé a maquillarme para no dejar ver esas horribles ojeras, producto de una noche de películas con mi amiga Lucía -una española que conocí en el trabajo y que llegamos a ser muy amigas-. 
Bajé y fui a la cocina con la intención para preparar un café ya que hacía frío. 

–¡Hola hija!–Lancé un pequeño gritito porque me había tomado por sorpresa. Mamá se encontraba de espalda preparando el desayuno.–Lo siento por haberte asustado, ven siéntate– señaló la silla. 

–¿Mamá que haces aquí tan temprano y cómo entraste?– contesté para luego sentarme dispuesta a tomar el desayuno 

–Oh lo que pasa es que te extrañaba,quería verte y no te olvides que tengo las llaves. Además que venía a avisarte que hoy cenaremos juntos. Ya sabes, tu padre, Ilaria, Loris y Mia– Me miró. 

–Vale, gracias por la invitación pero la próxima trata de no hacerme llevar un susto así–Rió. 

Luego de despedirme de mamá fui al trabajo. En día transcurrió normal. al medio día tuve un receso para ir a almorzar en donde le conté a Lucía sobre que iré a comer con mi familia y ella me contó que conoció a un chico y estaba muy entusiasmada por él. 
Luego de eso seguí trabajando hasta salir. 

Por la noche la cena pasó entre risas, novedades, berrinches por parte de Mia la cual tenía 2 años y enojos de Ilaria pero fué una noche divertida. Extrañaba mucho los momentos juntos. 

Llegué a mi casa cansada, eran las 23:00 y mi único objetivo era dormir y recuperar energías para no dormirme en el trabajo -cosa que pasó un vez y espero que no vuelva a pasar-.
Me saqué mis zapatos y mi vestido negro. me puse mi pijama y me metí en mi cama dejándo el celular sobre la mesa al lado de la cama. 

02:36 am y el sonido de mi celular me despertó de golpe. 

Aún dormida lo tomé y vi la pantalla, número desconocido. 

–¿Hola?–Dije pero nadie contestó–Hola ¿quien eres?–Pero otra vez no contestaron, solo recibí un suspiro por parte de la otra persona y luego un sonido avisando que habían cortado. 

'Que extraño' pensé. 'Es muy tarde, seguro fue alguien que marcó mal y justo llamó a mi número... o simplemente querían hacer una broma. Debo dormir'. Cerré los ojos y me dejé caer en las redes de morfeo. 

Al día siguiente fuí a trabajar y le conté a Lucía lo de la extraña llamada aunque sacó las mismas conclusiones que yo -se habrían equivocado o quisieron hacer una broma- pero a mi me seguía pareciendo extraño. Continué con mi trabajo normalmente cuando noté que alguien se paró detras de mí. Moví la cabeza hacia un costado y pude ver a Alessandro, uno de mis nuevos compañeros de trabajo. 

–¿Alessandro que haces ahí?–Me giré hacia él. 

–Oh lo siento Lodovica, no quise molestarte... es que te veias muy consentrada y yo no...–Lo interrumpí

–Tranquilo, está bien ¿Puedo ayudarte en algo?–

–No... o tal vez sí... es decir–hizo una pausa y suspiró–¿Quisieras ir a almorzar conmigo? 

–¡Claro! me encantaría. Entonces... cuando termines vienes y vamos al restaurante que está a dos calles. ¿Te parece bien?–Le dije y sonreí para que se tranquilizara. La verdad es que él era demasiado tímido y se que yo le atraigo. 

Alessandro es muy  guapo, es joven -dos años mayor que yo- responsable y buen compañero pero a mi no me atraía y no podía verlo con otros ojos. A mi me gustaban los hombres decididos, fuertes y arriesgados pero a la vez dulces y con un toque romántico como Diego... ¡Diego! ¡O Dios, Lodovica ya estás pensando de nuevo en él! 
Alejé esos pensamientos y me dispuse a terminar mi trabajo para llegar a tiempo a la hora del almuerzo.

Holaa! ya se que el capítulo es muy corto y tendría que hacerlo más largo porque recíen está empezando pero estoy tratando de escribir y la verdad es que me cuesta mucho por el colegio asi que los capítulos más largos los voy a subir recien mañana por dos semanas ya que acá en Argentina comienzan las vacaciones de invierno.  
Me ayudaría mucho que comenten y voten. 
Gracias! 





Decir adiós-DievicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora