La gema del caos

Capitulo 5: La "belleza" de Tredidia

—¿Alguna vez has estado aquí, Mely? —Pregunté con incertidumbre, ya que supuse que nunca había salido de Valdrun.

Mely se sentó junto a mi y se quitó la capa que llevaba puesta debido al fuerte calor que hacía.
—Nunca he estado aquí, jamás salí de Valdrun.

—¿Nunca lo hiciste por miedo, o por qué?

El rostro de Mely cambió completamente. Su expresión era de tristeza, que me hacía poner triste a mi.
—Siempre tuve miedo de que algo malo me pasara. Por eso desde siempre quise volver a Lúmina, ya que no me sentía segura en Valdrun desde que murieron mis padres. Pero bueno, ya pasó y no quiero volver a recordar momentos oscuros. —Dijo mientras se levantaba del suelo y agarraba su capa. -Debemos seguir, ya estamos a un paso de llegar a tu destino.

Me levanté y agarré mi mochila. —¿Y qué hacemos con Darian? —Dije con una expresión de preocupación.

—No te preocupes por él. —Mely cerró los ojos, algo fluía por sus venas, era algo espectacular. Me quedé impresionada con lo que ví, ella había hecho una carreta de energía que parecía demasiado real.

Mis ojos se abrieron de par en par mientras observaba lo que había hecho. —¡Que espectacular lo que acabas de hacer! —Exclamé sorprendida. Corrí hacia Darian y lo coloqué en la carretilla.

Emprendimos el viaje hacia Morteflora. Una pequeña ciudad en Tredidia, era un paraíso escondido. La luz se filtraba a través de las ramas, llenando el aire con una calidez dorada. El aroma de flores exóticas era casi embriagador, y cada pétalo parecía reflejar la vida misma. Al caminar, sentía cómo la suave brisa nos envolvía, y los sonidos de pequeños arroyos y susurros de hojas creaban una melodía tranquila, como si la ciudad misma nos diera la bienvenida.

Seguimos caminando por unos veinte minutos. El aburrimiento me invadía por cada segundos que pasaba, pero para que no lo hiciera, sólo hablaba.

—Oye Mely, cuando todo esto se arregle te llevaré a Morwindor para que conozcas mi castillo y lo hermoso que es.

Mely sonrió y me frotó la espalda. -Muchas gracias, aceptaré con gusto tu invitación cuando todo esté bien.

Le devolví una cálida sonrisa, pero detrás de esa sonrisa había tristeza y pensamientos que me invadían sin parar, pensamientos sobre el futuro de Morwindor y la destrucción que está sucediendo en este momento.

Paramos en un lugar, ya estábamos llegando a Morteflora, y se veía hermoso.

Estaba fascinada con lo que veía, todo era hermoso, una ciudad llena de vegetación y personas que se veían agradables.

—Busquemos una "Gema resonante" tal vez podamos comunicarnos con Morwindor y saber lo que está sucediendo ahora. —Dije preocupada.

Mely asintió. Los tres entramos a la ciudad, dónde toda persona que veíamos, nos saludaba con una amabilidad nunca antes vista.

Estabamos distraídas con toda la belleza que veíamos, nunca habíamos visto un lugar así de bello.

—¡Mira, una "Gema resonante"! —Exclamó Mely con felicidad.

—¡Que suerte tenemos! —Dije corriendo hacia el aparato. Entré a la cabina y marqué las coordenadas de Morwindor. La máquina no reaccionaba, parecía averiada. Intenté varias veces más hasta que por fin atendieron, pero era una voz familiar... Una voz demasiado familiar.

Pregunté con miedo. —¿Quién habla?. Un respiro agitado entraba por mis oídos desde el aparato, hasta que alguien respondió con una voz ronca casi susurrando: —El fin se acerca... Ya no hay tiempo, Lyra.