La noche de la traición

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La luna llena brillaba sobre el castillo Marlowe, iluminado las ventanas y las toretes del castillo, Arlin caminaba por los pasillos vacíos lo único que se escucha era su respiración tranquila. Su cabello blanco como la nieve caía sobre sus hombros. Llevaba una capa ligera sobre su vestido de seda, protegiéndola del frío nocturno.

Arlin se detuvo frente a la puerta de su padre, el rey Marlowe, dentro de la habitación escuchó voces distantes. Su corazón latía con ansiedad.

«¿Que estarían discutiendo a estas altas horas de la noche?»

De repente la puerta de abrió. Su madrastra, la reina Cecilia,salió con una sonrisa falsa.

—Arlin,¿Que haces aquí?—
Pregunto Cecilia,su voz dulce como el veneno.

Arlin se enderezó. —Buscó a mi padre, necesito hablar con él.

Cecilia se interponía en su camino.—El rey está ocupado, no puedes interrumpirlo ahora.

Arlin sintió la sangre hirviendo por sus venas. sintió una mano en su hombre, su guardia real, Sr Edward, la guió hacia atrás.

—Con permiso princesa— dijo Sr Edward. —Debemos hablar en privado.

Arlin asintió. Algo no estaba bien.

Arlin siguió a su guardia real, entraron a la biblioteca real, siendo precavidos y sin que nadie más los viera. Subieron las escaleras que los dirigía a la segunda plata, ahí mismo en una esquina el guardia real, sacó tres libros de ahí tocando siente veces. Esta se abrió hacia atrás mostrando un cuarto secreto.

—Ahora si me dirás que está pasando Sr Edward?

Viendo a tres guardias más quienes hacen reverencia al verla entrar.

—Princesa..— guarda silencio Sr Edward.—Tiene que salir del palacio y del reino.

—¿Qué? ¿Qué es lo que tratas de decir Sr Edward?

—Su hermanastro y su madrastra le han dicho al rey que usted está traicionando la corona— toma una pausa —Han dicho que usted trató de matar a su hermanastros el falso heredero a la corona y todo el caos que está pasando en el reino. Que usted, princesa está involucrada con esas personas que están haciendo desastres en el pueblo.

Arlin suelta una risa irónica.—Mi padre no creo que sea tan estúpido para creerles eso— se acomoda un mechón detrás de su oreja izquierda —Ya no puedo esperar nada de él, con todas las desilusiones que me a echo. Y... conociéndolo bien sería capaz de matarme por ellos dos.

—Su dama de compañía ya sacó todo lo importante para usted y lo necesario que necesita para escapar esta noche.— dice unos de los guardias.

—Estamos listos para irnos princesa.

Arlin asiente, sale de la biblioteca con el Sr Edward, caminan por los pasillos hacia la salida trasera del castillo. Mientras se encubran a unos guardias.

•Flashbacks•
•Edad 6 años•

Arlin no sabía lo que estaba pasando en el castillo, un año había pasado desde la muerte de su madre la reina. No entendía porque las doncellas del castillo sacaban las pertenencias de su madre.

Escondida atrás de las piernas de su dama de compañía con su hermano gemelo. Su padre los llama a la sala del castillo.

Se preguntaba quién era esa mujer, quien cargaba en sus brazos a un bebé recién nacido.

Su hermano y ella se miraron entre sí. No sabían lo que estaba pasando. Arlin le pregunto a su dama de compañía cuando ya estaban en su habitación y a solas. ¿De quien era ese bebé? Y ¿Por qué su padre se casaba con aquella mujer.

Su dama de compañía al no tener respuesta de aquel bebé, le dijo, que era de otro hombre. Pues ella tampoco sabía de quien era el padre de aquel bebé.

Fin del Flashbacks

Arlin con el corazón acelerado, y con mil preguntas en su cabeza. No podría estar más decepcionada de su padre, sin ningún remordimiento salen del castillo.

La luna brillando en lo más alto y el viento frío soplando, uno de los guardias le da una capucha a Arlin. Teniendo los caballos listos, se montan en ellos y salen del reino Marlowef.

La espada del rey: El exilio de Arlin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora