Pasaron un par de meses de lo anterior; estamos a mediados de Julio, casi mi cumpleaños. Mi mamá me dio el mejor regalo que pude haber querido, me dejó cambiarme de escuela.
El día de hoy estábamos viendo opciones pero tristemente no podía meterme a ninguna por mi bajo promedio en calificaciones, hasta que decidimos pedir varias entrevistas para ver si alguna me aceptaba.
Después de un largo recorrido por toda la ciudad encontramos al muy nombrado "Colegio Carlos Guzmán Méndez". Cuando entré me sorprendí de lo hermosa que era; tenía una cafetería de ensueño, plantas por los letreros, sillones que a la vista eran muy cómodos, ventanas gigantes y colores que combinaban entre sí.
Seguimos el camino hasta llegar a la dirección donde me esperaba la Licenciada Carla lista con hojas de exámenes y una libreta en mano, me senté al lado de mi mamá esperando a una señal de vida de la licenciada y, cuando por fin volteó solo observé como me lanzó una feroz mirada de desaprobación.
Estaba convencida de que definitivamente no podría quedarme en esa escuela, estaba pensando en que otra escuela me podría meter cuando sentí como mi mamá me pateo por debajo del escritorio para responderle algo a la Lic, ahora ¿como le respondía si no le estaba prestando atención?, que bonita primera impresión Karol.
Empecé a sonreír y decir la respuesta más genérica de todas las preguntas, "sí". Nuestra querida Licenciada no dejaba de verme con esa mirada tan particular, por lo cual no pude evitar ponerme nerviosa y empecé a responder todas sus preguntas de la manera más amable que pude. Pasado un rato me dejaron completando dos cuestionarios, no respondí nada, ya que no sabía nada.
- Karol, ya paso el tiempo para completar tus exámenes, por favor sal a la sala de espera.- No sé si agradecerle a Dios por sacarme de ahí o ponerme a llorar por lo idiota que era. Después de aproximados veinticinco minutos por fin pude irme de ese ambiente tan incómodo y regresar con mi mamá a nuestra casa.
- Y bien ¿que te dijo de mi?, ¿será que si podré quedarme?
-Karol, me dijeron que tienes una mentalidad de una niña de cinco años y que urge que te metas a terapia.
¿Qué?, vieja maldita, no actué como una niña, solo trate de darle una buena impresión tratándola amablemente, culpa mía no es que en su escuelucha tenga a puros escuincles maleducados. Y sí, me ofendí bastante.
- ¿QUÉ? ¡¿a qué se refiere con mentalidad de cinco años?!, ¡solo traté de ser amable!
- Si Karol, pero... tal vez tenga razón, digo, llevas mucho tiempo sin hablar con gente de tu edad. Mira el lado bueno, me dijo que si quedas en la lista de nuevo ingreso nos lo harán saber mañana.
- O sea, ¿que si tengo una oportunidad?- Bueno, eso sí no me lo esperaba, después de todo, lo único que me importaba era no volver a mi escuela.

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Aristóteles.
RomansaHistoria para mi corazón. Fly me to the moon- Frank Sinatra Si tú me quisieras- Mon Laferte