2.¿Que podría salir mal?

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VALENTINA

-No.

-¿Cómo que no?

-Pues que no me voy a mudar a casa de tu hermana.

Mariana está tan confusa que entrecierra los ojos.

-¿Por qué?

-A ver, déjame que lo piense... Porque es una locura. -Irme a vivir con la hermana de mi mejor amiga suena a argumento de una de mis novelas románticas preferidas. Por no mencionar que la hermana en cuestión es Juliana Valdés , la superestrella del baloncesto, y parece recién salida de uno de mis sueños húmedos y oscuros..Pero sobre todo...-. Porque me odia.

-Detesta a casi todo el mundo -argumenta ella encogiéndose de hombros, pero hay algo en el tono desenfadado con el que habla que hace que me salten las alarmas.

-Me la estás vendiendo, ¿eh, chica?, parece como si me la ofrecieras en bandeja de plata.

Mariana se sienta en el sofá de la habitación mientras yo termino de prepararme el desayuno en la cocina de un solo quemador. Mi salchicha vegetariana parece cualquier cosa menos algo comestible, esto gracias a la espantosa sartén que me ha facilitado el hotel.

«Delicioso», pienso para mis adentros, aunque confío en poder aguantar un poco más aquí.

-Ya sé que Juliana es mi hermana, así que es muy probable que no sea imparcial, pero te aseguro que es genial. Puede parecer fria porque no expresa emociones, pero es una buena chica. Yo te quiero y eres mi mejor amiga. Juliana y yo compartimos el mismo ADN, lo que significa que ella también acabará queriéndote.

-Me encanta tu lógica, Mari.

-Pura ciencia.

Como no le sigo la conversación con una respuesta, sigue hablando:

-Las dos tienen que viajar tanto por trabajo que apenas se cruzaran. Además, no sale con nadie, así que no tienes que preocuparte de que haya chicas entrando y saliendo del apartamento.

Levanto una ceja.

-Que no salga con nadie no significa que no tenga rollos de una noche.¿Tú has visto lo buena que está esa chica?

-No quiero pensar en eso, gracias -dice con un poco de cara de asco-. Lo único que digo es que nunca se llevaba a nadie a casa y estuve viviendo allí casi un año,

A lo mejor deja los lios amorosos para los viajes. Muy astuta.Y, por una vez, estaría bien no tener que encontrarme otras chicas en mi casa, además de mi roomie.

-Te he ofrecido que te vengas con nosotros, pero tampoco quieres. A Nico le sobran dos dormitorios -continúa.

-Mari... -suspiro-. Lo último que quiero es hacer de violín ,no me gustaria ni un poco tener que oirlos dale que te pego como dos conejos cada vez que lleguemos de un viaje. No pasa nada, de verdad. -Me siento en el sofa cerca de la mesa del café con el desayuno en la mano-. Mira estos pisos. -Le paso por la mesa un fajo de folletos de anuncios con la esperanza de que mi futuro hogar esté entre ellos, pues son los únicos que me puedo permitir.

Cuanto más los hojea Mariana, más le cuesta ocultar su incredulidad.

-No, Valentina . No puedes vivir en ninguno de estos sitios. Algunos me dan mala espina. Mira este. -Se pone a leer una de las descripciones-:

«Hombre de cincuenta y tantos años busca compañera de piso de veintitantos».

-¡Yo tengo veintitantos y ese sitio solo cuesta quinientos dólares al mes!-Me meto en la boca un trozo de salchicha vegetariana, pero está tan chamuscada que la escupo en el plato.

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