CAP 8

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Continuación.

-Felix...

susurró Hyunjin, incapaz de creer lo que estaba viendo

- ¿Qué estás haciendo aquí?

Felix avanzó, con el corazón en la garganta, pero sin dejar que el miedo lo controlara. Cada paso que daba lo acercaba más a Hyunjin, hasta que quedaron a unos metros el uno del otro.

-Hyunjin, no puedo dejar que hagas esto

dijo Felix, su voz firme pero llena de emoción

-. No puedes casarte con alguien que no amas. No puedes casarte con ella, cuando sé que en el fondo, tú no quieres.

Hyunjin lo miró en silencio, sintiendo cómo una mezcla de alivio y desesperación lo invadía. Sabía que Felix tenía razón, pero había pasado tanto tiempo convenciéndose de que debía seguir adelante, de que no había otra opción.

-Felix... no es tan simple. Mi familia... las expectativas. No sé cómo salir de esto

dijo, su voz temblorosa.

Felix se acercó más, sus ojos brillando con determinación.

- Tienes una opción, Hyunjin. Siempre la has tenido. Lo único que te detiene es el miedo. Miedo a decepcionar a los demás, miedo a perderlo todo. Pero ¿qué pasa con lo que tú quieres?

Felix hizo una pausa, su voz suave ahora

- ¿Qué pasa con nosotros?

Las lágrimas comenzaron a acumularse en los ojos de Hyunjin, quien ya no podía seguir negando lo que sentía. Felix tenía razón. Toda su vida había sido controlada por las expectativas de otros, y esta era su última oportunidad para romper ese ciclo.

-Felix...

susurró Hyunjin, su voz quebrándose

- lo que más quiero... eres tú.

Sin más palabras, Felix lo abrazó, apretándolo contra su pecho, como si al hacerlo pudiera sellar todo el dolor y la confusión que habían sentido. Hyunjin, temblando, lo abrazó de vuelta, sabiendo que en ese momento, estaba tomando la decisión más importante de su vida.

-Vámonos de aquí

dijo Felix suavemente, mientras los dos se miraban a los ojos. Hyunjin asintió, sabiendo que el amor que compartían valía más que cualquier tradición o expectativa.

Y sin mirar atrás, ambos dejaron el lugar, dispuestos a construir una vida que fuera solo suya, lejos de las imposiciones de los demás, y llenos de un amor que, por fin, había ganado.

Momentos después.

El auto avanzaba por la carretera, dejando atrás el salón de la boda, las expectativas familiares, y todo lo que había atado a Hyunjin durante tanto tiempo. Las luces de la ciudad se mezclaban con el cielo nocturno, creando un brillo suave que iluminaba el camino frente a ellos. Ambos estaban en silencio, pero no era un silencio incómodo. Era un silencio lleno de paz, la tranquilidad de saber que, a pesar de todo, habían hecho lo correcto.

Hyunjin miraba por la ventana, sus pensamientos aún dando vueltas en su cabeza. Sabía que el camino no sería fácil. Tendría que enfrentar a su familia, las preguntas, la presión. Pero con Felix a su lado, ya no sentía miedo. Por primera vez, se permitía imaginar un futuro que fuera suyo, uno donde no estuviera atado a los deseos de los demás.

Felix, por su parte, sentía una alegría tranquila crecer en su pecho. Habían pasado por tanto, y aunque las heridas aún no estaban completamente curadas, el amor que sentía por Hyunjin lo hacía sentir más fuerte que nunca. Había pasado de la desesperación y el dolor a este momento de libertad compartida, y sabía que, sin importar lo que viniera después, no lo enfrentaría solo.

De repente, Felix se desvió de la carretera principal, tomando un desvío hacia un pequeño mirador que conocía bien. Aparcó el auto en un lugar tranquilo, con una vista espectacular de la ciudad. Las luces titilaban a lo lejos, como pequeñas estrellas en la tierra.

-¿Dónde estamos?

preguntó Hyunjin, mirando a su alrededor.

Felix sonrió, apagando el motor y saliendo del auto. Hyunjin lo siguió, intrigado. Subieron juntos una pequeña colina, hasta que finalmente llegaron al mirador, donde la vista se desplegaba ante ellos en todo su esplendor.

-Este es uno de mis lugares favoritos

dijo Felix, con una sonrisa suave

- Siempre vengo aquí cuando necesito pensar o cuando quiero recordar lo grande que es el mundo, lo llenos de posibilidades que están nuestros caminos. Quería compartirlo contigo.

Hyunjin miró la vista en silencio por un momento, absorbiendo la paz del lugar. El aire era fresco, y todo parecía tan vasto, como si de repente el mundo se hubiera abierto ante ellos, lleno de oportunidades.

-Es hermoso

susurró, volviendo la mirada hacia Felix

- Gracias por traerme aquí.

Felix lo miró con una ternura profunda en los ojos. El viento movía suavemente el cabello de Hyunjin, y bajo las luces del cielo, Felix sintió que estaba viendo a la persona más importante de su vida. El peso de todo lo que habían pasado estaba presente, pero al mismo tiempo, lo que importaba ahora era el presente. Estaban juntos.

-Hyunjin...

Felix comenzó, su voz suave pero cargada de emoción

- quiero que sepas algo. No importa lo que pase después, no importa lo difícil que sea enfrentarse a lo que venga. Estoy contigo. Y siempre lo estaré. Porque... te amo. Te amo más de lo que jamás creí posible.

Hyunjin sintió cómo su corazón se aceleraba al escuchar esas palabras. Había esperado tanto tiempo para oírlas, y ahora, allí, bajo ese cielo inmenso, todo encajaba perfectamente.

-Yo también te amo, Felix

respondió Hyunjin, su voz llena de una verdad profunda

- Siempre te he amado, y aunque me tomó tiempo darme cuenta de lo que realmente quería, sé que tú eres mi verdadero hogar. Contigo, puedo ser yo mismo. No necesito nada más.

Se quedaron en silencio por un momento, mirando la ciudad ante ellos. Pero ahora, el silencio estaba lleno de promesas, de un futuro que, aunque incierto, les pertenecía a los dos. No era el final de su historia; era solo el principio.

Felix, con una sonrisa juguetona, tomó la mano de Hyunjin y lo giró suavemente hacia él.

-¿Sabes? Siempre quise hacer algo así

dijo, con una risa suave.

-¿Qué?

preguntó Hyunjin, con una sonrisa curiosa.

Felix lo atrajo hacia sí y, sin previo aviso, comenzó a bailar con él bajo las estrellas. No había música, solo el sonido del viento y el latido de sus corazones sincronizados. Hyunjin rió, sorprendido, pero pronto se dejó llevar, envolviendo sus brazos alrededor de Felix y dejándose guiar en ese baile improvisado.

No necesitaban más que eso: el momento, el uno al otro, y el amor que los unía. En ese instante, bajo el cielo abierto y las luces de la ciudad, el peso del mundo desapareció. Todo lo que importaba era que estaban juntos, finalmente libres para ser quienes realmente eran, sin miedo, sin ataduras.

-Felix

susurró Hyunjin mientras se movían lentamente

- te prometo que, pase lo que pase, siempre elegiré estar a tu lado.

Felix lo miró, sus ojos brillando con emoción.

-Y yo prometo que siempre estaré aquí, luchando por nosotros, por este amor.

El viento sopló suavemente a su alrededor, y mientras seguían bailando, parecía que el universo entero conspiraba para darles ese momento. No sabían qué les deparaba el futuro, pero estaban listos para enfrentarlo juntos. Y en ese baile bajo las estrellas, con las manos entrelazadas y el corazón lleno de amor, sabían que ese sería el principio de una historia maravillosa. Una historia que, sin importar los desafíos, sería escrita por ellos mismos.

Felix y Hyunjin, dos corazones que, contra todo pronóstico, habían encontrado su lugar en el mundo. Juntos. Para siempre.

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