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Las semanas siguientes fueron un toberllino de trabajo para ambos. Seo Woo demostraba ser una secretaria excepcional. Organizaba la agenda de Jisung con una precisión milimétrica, anticipándose a sus necesidades y resolviendo problemas con una eficiencia asombrosa.

Sin embargo, detrás de su profesionalismo, una tensión palpable se  instauraba  en el aire.  Sus miradas se cruzaban  a escondidas,  llenas de un significado que ambos  intentaban  ignorar. La atracción entre ellos  era  innegable,  pero la diferencia de estatus y la necesidad de mantener la fachada profesional  creaban  una barrera invisible que  los  separaba.

En las reuniones de negocios, Seo Woo observaba a Jisung con una mezcla de admiración y desconfianza. Lo veía manipular a sus socios, negociando con una astucia que dejaba a todos en silencio.  Era un líder nato, con un carisma magnético que atraía a todos a su alrededor.

—Buen trabajo, Seo Woo. —Jisung la felicitó en privado después de una negociación exitosa.

Ella simplemente asintió con la cabeza, incapaz de encontrar las palabras para expresar su gratitud. La sonrisa que le dedicó fue breve, pero llena de una intensidad que no pudo evitar.

—Deberías tener una oficina propia —le comentó él, rompiendo el silencio que había entre ellos.

—No es necesario, señor. —La voz de Seo Woo era suave, pero firme.

—Insiste en eso, pero te mereces un espacio propio. —Sus ojos la analizaron con intensidad, buscando una reacción.

Seo Woo no dijo nada, pero un rubor subió a sus mejillas.

—Bien, lo pensaré. —Fue lo único que pudo decir.

Esa noche, mientras Seo Woo revisaba documentos en su pequeño escritorio, la conversación con Jisung seguía rondando en su mente. Él era un hombre con un aura de misterio, que la atraía de una manera que no podía explicar. Su poder, su inteligencia, su carisma... todo en él la fascinaba.

Pero también le aterraba.

¿Qué pasaría si sus vidas se entrelazaban? ¿Podría ella resistir la tentación?

La barrera entre ellos se estaba desvaneciendo poco a poco, y con ella, la línea entre lo profesional y lo personal se volvía cada vez más difusa.

Jisung, por su parte, no podía dejar de pensar en Seo Woo. La veía como un desafío, una conquista que no podía ignorar. En ella encontraba algo que no había encontrado en ninguna otra mujer: una inteligencia que le igualaba, una belleza sutil que lo cautivaba, y un misterio que lo intrigaba.

 En ella encontraba algo que no había encontrado en ninguna otra mujer: una inteligencia que le igualaba, una belleza sutil que lo cautivaba, y un misterio que lo intrigaba

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Xoxo 💋

LA SECRETARIA | Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora