Seo Woo se había marchado. Su ausencia dejó un vacío en la oficina de Han Jisung, un silencio que se extendía como una sombra oscura sobre él. La veía en sus sueños, en la imagen de su sonrisa, en el sonido de su voz. Intentaba concentrarse en su trabajo, en los proyectos, en las reuniones, pero la imagen de Seo Woo seguía apareciendo en su mente, como un fantasma que no podía expulsar.
Cada día, esperaba que volviera. Esperaba que le dijera que todo había sido un error, que no había podido vivir sin él. Pero los días pasaban y el silencio se hacía más profundo.
Sin embargo, la ausencia de Seo Woo no era la única prueba que enfrentaba Han Jisung. Sus socios, sus competidores, todos estaban al tanto de su debilidad. Sabían que la pérdida de Seo Woo lo había afectado profundamente, que ya no era el hombre de acero que todos conocían.
—Señor Han, ¿todo está bien? —Le preguntó su jefe de seguridad, notando su comportamiento inusual.
—Sí, claro. —Él trató de disimular su inquietud, pero la mirada de su jefe no se engañó.
—Le recuerdo que tenemos una reunión con los inversores mañana. —Su tono era suave, pero insinuaba un aviso.
—Lo sé. —Han Jisung se levantó de su asiento, con una determinación que trataba de proyectar, pero no podía ocultar la sombra de tristeza que lo perseguía.
La noche se extendía, y Han Jisung se enfrentó a la soledad de su posición. La oficina, con su decoración minimalista y sus muebles de acero, se había convertido en una jaula de oro que lo aprisionaba.
La imagen de Seo Woo volvió a su mente, y con ella, el dolor de la despedida. La culpa, la impotencia, la frustración... todo se mezclaba en su interior, creando un torbellino de emociones que no podía controlar.
El teléfono sonó, y el sonido le provocó un sobresalto. Era uno de sus socios, informándole de una posible oferta por parte de un competidor. Era una jugada arriesgada, que podía poner en peligro su posición.
—Responda a la oferta. —Su voz, aunque firme, se escuchó más débil que nunca.
—Pero señor, esto podría... —Su socio intentó argumentar, pero Han Jisung lo interrumpió.
—Responda. Y mañana, en la reunión, no habrá errores.
Su voz era fría, como un acero sin alma. Pero por dentro, Han Jisung se sentía roto, desgarrado por el dolor de la ausencia.
La noche se fue, pero el vacío seguía ahí, como un peso que le impedía respirar. La ausencia de Seo Woo se había convertido en un tormento que lo perseguía sin descanso.
Xoxo 💋
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LA SECRETARIA | Han Jisung
Fanfiction↺ Han Jisung, un magnate del mundo empresarial, se ve envuelto en un juego de seducción con Seo Woo, su nueva secretaria. Ella es una mujer inteligente y ambiciosa, con un pasado misterioso que oculta tras su fría fachada. Mientras trabajan juntos...