Los días siguientes fueron una extraña mezcla de normalidad y tensión insoportable. Harry no podía ir a ninguna parte sin sentir la conexión mágica con Draco tirando de él. No era una atracción física, pero sí una constante presencia en su mente, una sutil presión que le recordaba que Draco estaba cerca, que ambos estaban atados.
El Ministerio no había intervenido, dado que el hechizo era legal. Antiguo, pero legal. Hermione había pasado días revisando libros y registros para encontrar alguna forma de deshacerlo, pero incluso ella tuvo que admitir que el juramento era inquebrantable.
—Podemos encontrar una forma de vivir con esto —dijo Hermione una tarde mientras repasaban más textos en la biblioteca del Ministerio—. Pero no hay manera de romper el hechizo sin consecuencias graves para ambos. La magia antigua es peligrosa.
Harry apretó los dientes. No podía creer que estaba atrapado en esta situación. Y lo peor de todo era que Draco, a pesar de todo, no parecía tener intenciones de revertir lo que había hecho. En su lugar, lo observaba desde la distancia, como un depredador esperando a que su presa finalmente se rindiera.
Sin embargo, algo había cambiado. Draco no era abiertamente hostil como lo había sido en Hogwarts. No intentaba provocarlo ni humillarlo. En su lugar, parecía estar luchando con sus propios demonios, aunque lo hacía en silencio. Harry comenzó a notar los pequeños detalles: las miradas furtivas, los gestos tensos, las noches en las que Draco parecía ausente, perdido en sus propios pensamientos.
Finalmente, Harry decidió que no podía seguir así. Necesitaba confrontarlo, obtener respuestas. Quería saber por qué Draco había llegado a tales extremos, y si había alguna forma de deshacer el desastre que había creado.
Una noche, Harry fue a la mansión Malfoy, donde Draco había estado viviendo solo desde la guerra. Cuando Draco abrió la puerta, se sorprendió al ver a Harry allí, pero lo dejó entrar sin protestar.
—Necesitamos hablar —dijo Harry, sin rodeos.
Draco lo observó en silencio por un momento antes de asentir.
—Supongo que es inevitable —respondió con un suspiro.
Harry lo siguió hasta una sala lujosa y se sentó frente a Draco. Los dos se quedaron en silencio durante lo que parecieron largos minutos. Finalmente, Harry rompió el hielo.
—¿Por qué hiciste esto? —preguntó Harry con calma, pero sin dejar de ser directo—. Ya no estamos en Hogwarts. No tiene sentido seguir con esta rivalidad. ¿Qué esperabas lograr con este hechizo?
Draco miró hacia otro lado, evitando el contacto visual por primera vez desde que Harry lo conocía. Finalmente, murmuró, casi para sí mismo:
—No se trataba de derrotarte… se trataba de que dejaras de ignorarme.
Harry lo miró sorprendido. Draco se giró hacia él, con una expresión que mezclaba frustración, dolor y algo más profundo.
—Toda mi vida he estado a la sombra de alguien. Mi padre, el Señor Tenebroso, incluso tú. Siempre he estado buscando mi lugar, y lo único que siempre ha sido constante es que, de alguna manera, tú siempre estabas allí. Quería que me vieras, que me reconocieras. Y cuando te rechacé en el primer año… —Su voz se rompió por un instante—. Todo fue cuesta abajo desde ahí.
Harry se quedó en silencio, procesando las palabras de Draco. ¿Había sido esto siempre una cuestión de atención? ¿De reconocimiento? Las palabras de Draco hicieron eco en su mente, y por primera vez, Harry empezó a ver las cosas desde una nueva perspectiva.
—No tenías que hacer esto —dijo Harry en voz baja—. Siempre te vi, Malfoy. Solo que no de la manera en que querías.
Draco lo miró, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y algo más, algo que Harry no pudo descifrar por completo.
El hechizo los había unido de manera mágica e irrevocable, pero tal vez, solo tal vez, había una forma de construir algo diferente a partir de las cenizas de su vieja rivalidad.

ESTÁS LEYENDO
El juramento de Malfoy
خيال (فانتازيا)Draco Malfoy, impulsado por una antigua magia y una mezcla de rivalidad y deseo, realiza un juramento un hechizo que lo une irrevocablemente a Harry Potter. Lo que empieza como una obligación mágica inesperada, toma un giro sorprendente