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En el corazón de la antigua Alemania, donde las sombras de la historia parecen cobrar vida, se erguía un castillo olvidado, testimonio de una época pasada. El Castillo de Schwarzenberg, nombre que evocaba temor y respeto en los lugareños, había sido durante siglos el hogar de una familia noble y respetada. Sin embargo, la tragedia y la desgracia habían caído sobre sus muros, dejando una estela de dolor y sufrimiento que parecía persistir en el tiempo.

Había sido en el siglo XVIII cuando los ancianos, el barón y la baronesa von Schwarzenberg, habían habitado el castillo, rodeados de lujo y opulencia. Su vida había sido una de felicidad y armonía, hasta que la muerte les arrebató a su único hijo, un joven de apenas 13 años, cuya vida había sido cortada de raíz por una enfermedad cruel. Desde entonces, se decía que el alma del joven penaba por los corredores del castillo, buscando paz y descanso.

Con el paso de los años, la familia von Schwarzenberg se extinguió, dejando atrás solo recuerdos y leyendas. El castillo quedó abandonado, un monumento a la tristeza y la desolación. Sin embargo, la historia no había terminado aún.

En un lejano rincón de Estados Unidos, un joven llamado Jimin había crecido sin conocer su verdadera herencia. Hijo de un hombre que había emigrado de Alemania en busca de una vida mejor, Jimin había siempre sentido una conexión misteriosa con su pasado, una sensación de que había algo más allá de su vida cotidiana.

Y entonces, llegó la noticia. Un abogado alemán se presentó en su puerta, portando un testamento que cambiaría su vida para siempre. El padre de Jimin, el último descendiente del hermano del barón von Schwarzenberg, había fallecido, dejando en herencia el Castillo de Schwarzenberg y todas sus propiedades.

La condición era clara: Jimin debía vivir en el castillo durante un año, para demostrar su derecho a la herencia. Un año en un lugar embrujado, rodeado de sombras y secretos. Un año en el que debería enfrentar su pasado y su futuro.

Jimin se sintió atraído por la aventura, por la posibilidad de descubrir su verdadera identidad y su conexión con la historia de su familia. Pero también sentía miedo, miedo de lo desconocido, de lo que podía encontrar en aquel castillo olvidado.

Y así, con una mezcla de emociones, Jimin se embarcó en un viaje que lo llevaría a enfrentar su destino, a descubrir los secretos del Castillo de Schwarzenberg y a encontrar la paz que había eludido a su familia durante siglos.

Al llegar en un auto que alquilo al bajarse del avión , jimin decidió explorar .

A medida que Jimin se acercaba al Castillo de Schwarzenberg, sentía una sensación creciente de inquietud. El paisaje a su alrededor era sombrío y oscuro, con árboles que parecían extender sus ramas como dedos esqueléticos hacia el cielo. El castillo mismo se erguía ante él, una estructura imponente de piedra gris que parecía haber sido tallada directamente de la montaña.

La puerta principal del castillo estaba cubierta de hiedra y musgo, y parecía no haber sido abierta en años. Jimin se estremeció al pensar en la cantidad de polvo y suciedad que debía haber acumulado dentro. Sin embargo, cuando empujó la puerta, esta se abrió con un chirrido, revelando un vestíbulo oscuro y silencioso.

El aire dentro del castillo estaba viciado y olía a moho y decadencia. Jimin se cubrió la nariz con la mano y miró a su alrededor, intentando ajustar su vista a la oscuridad. El vestíbulo estaba lleno de retratos antiguos y tapices descoloridos, y en el centro había una gran escalera de mármol que parecía conducir directamente al cielo.

De repente, Jimin escuchó un ruido detrás de él. Se giró, pero no vio nada. El ruido se repitió, esta vez más fuerte, y Jimin se dio cuenta de que era el sonido de sus propios pasos resonando en el silencio del castillo.

DICE LA LEYENDA ( YOONMIN ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora