CELO

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Era la antigua habitación de Yuuji en la escuela de hechicería, no pensó que aquel lugar siguiera en pie.

–¿Qué hacemos aquí sensei? – preguntó el menor luego de echar un vistazo a su cuarto. Vio como Gojo, que aún seguía en su forma lobuna daba saltitos de alegría. –¿Sensei? – El mayor rodó sobre su cuerpo mostrando su pancita, se veía tan tierno. Si Yuuji supiese lo que eso significaba, tendría un golpe de vergüenza y timidez muy grande.

El lobo, al ver que el menor no se acercaba a acariciarlo, se volvió sobre sus cuatro patitas y dio ladridos amistosos, saltando de un lado a otro.

Yuuji sonrió al ver a su maestro de esa manera.

La sonrisa del muchacho, alertó a las orejitas de Gojo, haciendo que el lobo hiciera un gorgoteo de felicidad para luego subirse a la cama del chico, dar unas vueltas y acostarse.

– Gojo sensei, nos fuimos tan de repente de la pelea, aunque tal vez ya ganamos, ¿no? – Yuuji se acercó al lobo y se sentó a su lado, acarició el pelaje del lobito, recibiendo unos ronroneos como respuesta. – Gojo sensei, ¿puede volver a su forma real para hablar? – Gojo alzó su cabeza y dio un ladrido negativo. – Oh, ¡Sensei! Tenemos mucho que hablar, fue una sorpresa verte como un lobo. – Gojo volteó su cabeza, no era la primera vez que Yuuji lo veía en esa forma. – ¡No quiero ser el único hablando sensei! –

Gojo lo observó, era cierto que el mayor no podía oler al menor, pero su marca estaba ahí, si el menor hubiese muerto esa marca estaría desvaneciéndose o al menos tendría algo de dolor, pero no era así. El chico estaba ahí, aunque no podía oler completamente a Yuuji, aún podía sentir su característica fragancia, su nariz era de las mejores después de todo, a pesar de ser defectuoso.

–¿Sensei? – Yuuji preguntó preocupado, Gojo estaba soltando quejidos lastimeros y aullando de dolor. – ¿Qué pasa sensei? ¿Te duele algo? ¿Qué hago? – Yuuji estaba muy preocupado sin saber que hacer mientras Gojo aullaba y aullaba.

El mayor sentía como su cuerpo se quemaba, era el celo, era su lobo reaccionando a su pareja, pero Yuuji estaba delante suyo. La marca le indicaba cuánto estaba sufriendo el menor, ¡pero el chico estaba bien! ¡No era solo el celo! Algo pasaba con Yuuji.

El menor vio como los ojos de Gojo cambiaban entre azul y amarillos, era... fascinante. Yuuji se dio una cachetada, no era momento de distraerse en la belleza de Gojo, se levantó en busca de Shoko. ¡Demonios tardaría el llegar a ella! ¡No tenía un celular a la mano!

Los gemidos lastimeros seguían saliendo de Gojo, solo aumentaron cuando el mayor vio a Yuuji levantarse.

Yuuji sintió rápidamente como el lobo subía su cuerpo. Parecía pedir que no se fuera. –¿Qué pasa sensei? Debemos buscar un doctor. ¡Está sufriendo! – El lobo negó con la cabeza, para luego empujar a Yuuji hacia la cama. – ¿Eh? – el menor parpadeó confuso Gojo le estaba lamiendo la cara y el cuello, siendo para Yuuji como un gran perro. El aroma de algo dulce y fresco apareció de nuevo, un poco más fuerte, también sintió como algo líquido y caliente se derramaba por sus piernas. Alzó la cabeza entre los lamidos y gemidos del lobo y vio algo que lo traumó.

"¿Sensei se está orinando? En mi cama.... ¡Mi cama!" El menor se sentó rápidamente y bajó al lobo. – ¡No, sensei! – Yuuji no cedió a los gemidos lastimeros del lobo.

Gojo se paró sobre sus dos patas traseras, sus otras patitas las puso sobre los hombros de Yuuji. El menor notó como los ojos de sus sensei estaban amarillos.

Lo que sea que el mayor quisiera, Yuuji negó.

– No, espera aquí pacientemente, iré a buscar a la doctora Shoko, todo esto es muy extraño. – Gojo lamió el cuello de Yuuji, al ver todavía la negativa del chico, gimió lastimeramente. – Sensei, quédate aquí. – Gojo estaba perdiendo la paciencia y el orgullo, su lobo haría una cosa que se arrepentiría luego cuando recuperara el control, pero sentía en verdad mucho dolor, quería que Yuuji se sintiera bien, lo quería bien, mucho.

Yuuji no supo qué pensar cuando vio que el lobo se alejaba. Primero suspiró más tranquilo. Pero cuando vio como el lobo se agachaba sobre sus patas traseras y levantaba la cola, se traumó más.

El lobo tenía la parte trasera de su cuerpo en alto con la cola al aire. Su orificio dejaba salir líquido y líquido, una invitación atrevida por la que cualquier otro hechicero mataría y haría a su orgullo sobresalir y estar en la cúspide.

Tener a Gojo satoru rogando por ellos.

Lástima para ellos, solo Yuuji tenía ese privilegio, que mal que su Yuuji no fuera el primero en verlo así, aunque Gojo no tenía idea aún, estaba cegado por el celo.

Yuuji parpadeó, una, dos veces, tres veces, cuatro veces.

"Ok, basta." Yuuji salió inmediatamente de la habitación en busca de Shoko, corrió lo más rápido posible.

El lobo solo escuchó el sonido y volteó a ver que realmente Yuuji había rechazado su oferta, su lobo gimió lastimero, había sido rechazado.

El dolor del rechazo y del celo era terrible, Gojo aulló tristemente. Yuuji a las lejanías lo escuchó.

– Debo encontrar a Shoko. –

Cuando el menor la trajo consigo, se negó a responder las preguntas de todos, mejor dicho, secuestró a Shoko, aunque la doctora solo se dejó estaba curiosa por ver a Gojo en su forma de lobo de nuevo, era un gran espécimen.

Lamentablemente, cuando Yuuji abrió la puerta de su habitación, Gojo no estaba.

EL lobo estaba en un lugar oscuro y húmedo, llorando y llorando, soportando solo su celo, sintiendo el dolor de su pareja, no entendía nada.



Me dio cringe, verguenza ajena y risa meintras escribía este capítulo jajajja, no estaba haciendo nada y dije, vamos a escribir la otra parte jajaja.

Disculpen si es muy corto, pero ya no podía escribir de la verguenza jajajaj.

¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora