Perseguir.

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— No sabemos donde está, Yuuji. — Shoko habló con el menor. Itadori había aparecido repentinamente muy histérico y oliendo algo extraño. Shoko no dijo al ver los pantalones mojados de Itadori y el olor de la orina.

— Pero aquí estaba Gojo sensei y actuaba extraño. — Yuuji se quedó en su habitación mientras Shoko se iba a encargarse de otros asuntos.

Yuuji miró su habitación, su cama, el último lugar donde dejó a Gojo. Las sábanas seguían mojadas y aunque olían algo saladas y a orina, Yuuji también percibía otro olor algo agradable.

"¿Me he vuelto un pervertido?" Pensó el muchacho.

Golpes resonaron, Yuuji se golpeó las mejillas y despejó su mente. Empezó a ordenar su habitación en caso de que Gojo regresara ahí. Sacó las sabanas sucias y las dejó en el cesto de ropa, luego se acercó a su armario para reemplazar las nuevas cobijas.

— ¡No está! – Gritó el pelirrosa, cuando vio que no había nada de su ropa en el armario, corrió a su cesto de ropa sucia, no había nada tampoco. — ¿Qué pasó? ¿Así se sienten las mujeres cuando les roban la ropa? — Esa situación le recordaba a los acosadores de los que Nobara le había dicho una vez.

El chico soltó un gran suspiro, su mirada se concentró en las sabanas sucias.

— Ni modo, iré a visitar a Fushiguro. — Luego de la repentina aparición de Gojo en su forma de lobo, las cosas habían sido resueltas rápidamente aún así se sentían un poco extrañas.

Yuuji empezó a pensar en los cambios que hubo. Primero, Fushiguro fue vencido, mejor dicho Sukuna fue vencido, aún no despertaba, esperaba que la espada de Higuruma no le hubiera hecho daño a su amigo. Segundo, estaba gratamente sorprendido de que Kugisaki estuviera con vida, aunque ahora parecía una pirata. Tercero, aunque no estaba seguro, hubo una reunión entre los sobrevivientes, a la cual llegó a interrumpir en busca de Shoko, podía notar las caras tensas y ansiosas de todos ahí presentes.

Yuuji se sentía un poco agridulce, había escuchado los regaños y las acusaciones a su profesor Gojo.

Solo suspiró, recordar eso lo haría enfadarse y no quería que Fushiguro se preocupara de más.

Al llegar al lugar, el chico aún estaba inconsciente. Nobara estaba a su lado leyendo.

— ¿Estás leyendo? — Itador la miró confundido, como si Nobara hubiese sido intercambiada por un extraterrestre.

– ¿Y esa cara? A diferencia tuya, yo sí leo, idiota. —

— Mira quien habla, tienes casi el mismo promedio que yo. —Yuuji no pudo esquivar el golpe de Kugisaki. Aún así ambos sonrieron.

— Te extrañé Kugisaki. —

— Por su puesto, soy la única mujer del grupo y linda, agradeceme idiota. —

— Ha, ha, ha. Por supuesto. —

Ambos amigos se quedaron quietos y en silencio luego de eso.

— Y .... — Itadori miró a Kugisaki, atento a la siguiente plática que le hiciera. — ¿A dónde te fuiste con Shoko? ¿Mh? Siempre supe que te gustaban mayores ha, ha, ha, ha. —- Yuuji se sonrojó y negó fervientemente.

– ¿Qué? ¡No! ¡Necesitaba que Shoko viera el estado de Gojo sensei! —

— Pues, ¿que le pasó al idiota? –

— Hey, no le digas así. — Kugisaki rodó los ojos en blanco al ver como Yuuji actuaba al mencionar al albino. — Y... Gojo sensei estaba actuando algo extraño, parecía sentir dolor... — Yuuji no estaba seguro de mencionar lo demás, le daba vergüenza de cierto modo.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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