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Tenía que ser honesto conmigo mismo, si me hubieran dicho que estaría en un viaje con Isabella Swan hace meses, me habría burlado de la idea. No habría sido más que una broma. No tuve ninguna experiencia real de estar confinado en un vehículo con humanos aparte de las excursiones en las que tuve que participar mientras estaba en la escuela secundaria e hice todo lo posible por salir de la mayoría de ellas. En los que no podía evitar, simplemente me aseguraba de tener las ventanas abiertas, sin importarme si eso molestaba a esos humanos. Debido a esto, una pequeña parte de mí todavía esperaba conducir a toda velocidad con las ventanillas bajadas en este viaje sólo para no tener que oler su deliciosa sangre o escuchar los latidos de su corazón, incluso con todo lo que hemos pasado. hasta ahora. Para mi sorpresa y alivio, no fue así en absoluto. Su olor a sangre estaba ahí pero no estuve tentado a drenarla. Solo habían pasado unas horas desde ese incidente de motocicleta en el que sellé la herida de su pierna y todavía podía saborearla en mi lengua, dulce y tan Isabella; era algo que nunca quise olvidar pero de ninguna manera me sentí tentado a tener más de lo que me dieron. Una vez más agradecí mi memoria férrea porque era algo que nunca quise olvidar.
Hasta ahora, estar de viaje por algunos estados con Isabella fue diferente a todo lo que había experimentado hasta ahora. Fue reconfortante saber que no teníamos que pasar cada minuto hablando. Ella no me volvía loco, hablando constantemente de cosas que no me interesaban como solía hacerlo mi ex esposa; realmente no me importaba la historia de Coco Chanel o las diferencias entre el rococó y el barroco. Solía pensar que Alice prefería hablar de absolutamente todo y de nada sólo para que yo no tuviera la oportunidad de escuchar mi música y disfrutar del silencio. Isabella disfrutaba escuchar música tanto como yo y cuando hablábamos, era fácil. Me sorprendió un poco que quisiera saber más sobre mí, específicamente, mi vida con los Cullen. Me sorprendió y me consoló al mismo tiempo sentir lo herida que estaba por cómo me trataron. Nunca esperé eso de ella, pero al mismo tiempo, me sentí muy bien sabiendo que estaba indignada por el hecho de que no siempre me consideraron digno de confianza.
Si me sorprendí entonces, lo estuve aún más cuando ella quiso saber lo que realmente sentían por ella. Sabía que algunas cosas podrían resultar dolorosas de escuchar, pero mi valiente niña quería la verdad y se lo dije. Ella apreciaba la brutal honestidad, pero al mismo tiempo, nada parecía sorprenderla como yo pensaba, siempre pensé que era bastante observadora para ser humana y no me equivocaba, especialmente cuando hablé de cómo pensaban Esme y Emmett. ella más de niña que de adulta joven.
