Capítulo 17.

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POV. VANESSA 🥀

- Me vuelves loco, ¿sabes? - dice tras un largo silencio.

Sus palabras me toman desprevenida, haciendo que me atragante con la comida que aun masticaba lentamente. A duras penas logró pasarla y tomo de inmediato un sorbo de mi malteada.

Lo observo y el sigue en esa postura, inmutable, no ríe, no aparta su mirada. Solo me observa, como si esperara una respuesta.

Me vuelves loco... El susurro de sus palabras, envían un escalofrío por todo mi cuerpo.

Estoy congelada, no veo esa sonrisa coqueta que me descoloca o esa sonrisa que me de indicios de que es una broma o sarcasmo. Su semblante es serio, su mirada penetrante y el destello de un brillo que no sé cómo interpretar los adornan y me siento diminuta.

Es una afirmación, una maldita afirmación.

¿Lo... lo vuelvo loco? ¿Qué se supone que significa eso o que haga ahora? su corazón se encogió ante tales pensamientos.

Su intensa mirada sigue clavada sobre mí.

-Y-yo... - logro balbucear - Yo lamento si te he incomodado - sin poder controlar mis palabras, literalmente era como vomito verbal incapaz de detener - sé que puedo llegar hacer demasiado confianzuda y tal vez no sea lo que imaginabas, pero yo...

- Justo a eso, me refiero... - le da otro bocado a su hamburguesa sin apartar la mirada de mi rostro. - y me jode que ni siquiera lo intentes - gruñe con frustración, dando otra mordida.

- ¿Qué? No entiendo nada. - confieso - Bastián... - sé que puede ver mi confusión y vergüenza, realmente no quiero que me malinterprete - Yo no quiero que me tomes por una mal agradecida...

¡Esto no puede estar pasando!

Un sonido bajo pero ronco, llego a mis oídos. Podía sentir como brotaba de su pecho hasta que apareció, ahí estaba... esa maldita sonrisita de suficiencia, adornando sus perfectos labios. Su mirada se suaviza, pero esa voracidad con la que suele mirarme y el brillo maravilloso se posa en esa ardiente oscuridad que me hipnotiza, no desaparece ni un instante, al contrario, se intensifica. Es como si disfrutara el descolocarme y hacerme un manojo de nervios en su presencia.

- Olvídalo. - le resta importancia, alza su hamburguesa - Esto esta delicioso, anda come rápido, se va a enfriar - y en dos bocados más y se termina su comida.

Trague las palabras que quería decirle, pues corto el tema rotundamente. Pero en mi interior ya todo era un caos. Me sentía agobiada, triste, decepcionada.

¿Tal mala compañía era? ¿A qué se refería con que lo volvía loco?

Mi apetito desapareció y el nudo en mi estómago, impidió terminar mi deliciosa hamburguesa y eso me dolió a partes iguales. En casa jamás botamos la comida, pues cuando era más chica, recuerdo que pasamos un tiempo oscuro de escases y tuvimos días sin comer como se debe. No haberla acabado, me hacía sentir doblemente culpable y triste... tenía que irme pronto o esto acabaría conmigo.

La segunda hamburguesa de Bastián llego en seguida, él comía como si no hubiera un mañana.

Pobre realmente debe estar hambriento

Yo solo revolvía mis papas fritas en cátsup, de un lado a otro. Todo estaba relativamente "bien", comida deliciosa, una grata compañía, todo era casi perfecto. Pero esa sensación de incomodidad y tristeza, ya estaba haciendo estragos en mi interior.

TENTACIONES • ʟɪʙʀᴏ ɪ • ᴛʀɪʟᴏɢɪᴀ: ᴇɴᴛʀᴇ ᴍᴀꜰɪᴀꜱ ʏ ᴅᴇᴍᴏɴɪᴏꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora