Flufftober - Jaewoo

Día de gala 👔

Jaehyun miraba fijamente el traje colgado frente a él, era de color blanco y estaba pulcramente planchado, sonrió con amplitud hasta que llamaron a la puerta y su madre entro regañandolo por no haberse comenzado a alistar, se vistió sintiendo la emoción burbujear en su pecho con cada prenda, al llegar a la corbata su madre lo ayudo y una vez listo aliso su traje, sus ojos se llenaron de lágrimas y le sonrió a su hijo mientras con una mano acaricio su mejilla.

- apenas ayer eras mi niño pequeño y ahora estás a punto de desposar a una persona increíble 

- no llores, hoy es un día para celebrar

- no lloro por tristeza, me da felicidad saber que estás realizando tu vida, además me has hecho ganar a un hijo maravilloso 

- a veces creo que lo quieres más que a mi - su madre rió y se hizo aire para evitar llorar, no iba a arruinar su maquillaje, al menos no tan pronto 

- puede ser, pero no lo sabrás, ahora termina de arreglarte y vámonos o llegaremos tarde 

Jaehyun se quedó solo en la habitación, miró a su alrededor hasta encontrar sus gemelos, los habían mandado a hacer solo para su boda, eran de color plateado, tenían un bonito diseño y en el centro tenía grabadas sus iniciales “JJ”, después de ponerlos se coloco algo de perfume y se miro al espejo, realmente iba a casarse, sonrio y tomo la caja que contenía lo más importante para la ceremonía, la guardo dentro de su saco y salio para encontrarse con sus padres y sus amigos más cercanos, todos vitorearon al verlo dandole cumplidos, después del buen momento el automóvil que habían alquilado llegó, por esa ocasión se permitieron ser un poco extravagantes y rentaron una limosina, durante el trayecto comieron botanas y bebieron un poco, nada que lo pusiera si quiera un poco borracho. Al llegar al lugar sintió su corazón retumbar en su pecho, salió y se dirigió a la sala donde aguardaría a que llegara el momento, sus amigos se despidieron para ir a acomodarse a sus asientos y Jaehyun tuvo un momento a solas donde se permitió rememorar los momentos que lo llevaron hasta ese lugar, había conocido a Jungwoo por casualidad, tenía diecisiete años cuando su madre lo envió a la tintorería a dejar unas camisas de su padre, se había negado pero al final terminó yendo, un chico lindo lo atendió, al parecer estaba ayudando a sus padres ese día ya que no era habitual encontrarlo allí, desde aquel momento supo que era el indicado y sin pensar demasiado comenzó a gastar sus ahorros en visitas a la tintorería hasta que se atrevió a invitarlo a salir, su respuesta fue lo que le dijo que realmente era él “creí que jamás lo harías, te habrías ahorrado mucho dinero si lo hubieras hecho desde el primer día”, ambos tenían una conexión indescriptible, pero no por eso significaba que no hubieran peleas o desacuerdos, los habían por su puesto, pero siempre los resolvían sin llegara mayores, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando su madre le indico que era hora, inhalo hondo, se miro una vez más en el espejo y aguardo a que la puerta se abriera, una vez que lo hizo pudo ver a la persona que lo acompañaría por el resto de su vida, sintio la emoción recorrerele el cuerpo y sus ojos escocieron un poco pero intento no ponerse a llorar, camino a paso firme hasta que se encontraron al centro, Jungwoo lucía precioso con su traje a juego, la unica diferencía era la tonalidad pues el de Jungwoo era un poco más beige que blanco, le pidio su mano y la acerco a sus labios para dejar un beso sobre ella, después entrelazo sus brazos y caminaron juntos hasta el altar donde se llevo a cabo la ceremonia, escucharon atentamente el sermón mientras sostenían sus manos, recitaron sus votos cuando fue el momento y entonces Jaehyun realmente no pudo evitar llorar, ¿cómo podría? estaba desposando al amor de su vida, Jungwoo había sonreído enternecido y cuando se acercaron para sellar la promesa con un beso susurro “perdiste” antes de permitir que el otro lo besara con ganas, todos en el lugar celebraron, cuando se separaron se tomaron de la mano y caminaron por el pasillo sonriendo con amplitud, su vida estaba unida a partir de ese momento y sabían que lo estaría hasta dar su último suspiro.