VENDAJES || BSD [DAZAI X MALE READER]

Chapter special: Halloween

Halloween en la Port Mafia

La noche en Yokohama estaba cubierta por una niebla espesa, oscura como la tinta, envolviendo a la ciudad en un manto de misterio. Para muchos, Halloween era solo una excusa para disfrazarse y pedir dulces, pero para aquellos en la Port Mafia, las cosas eran diferentes.

En la sede, una antigua mansión que parecía haber sido olvidada por el tiempo, se escuchaban murmullos de una presencia oscura, algo que solo despertaba una vez al año.

- ¿Sientes eso, Chuuya? - preguntó Dazai, su sonrisa burlona adornando su rostro mientras caminaba por los pasillos oscuros de la mansión.

Chuuya, con su ceño fruncido, lanzó una mirada de disgusto a su compañero. - ¿Otra de tus bromas, Dazai? No estoy de humor para tus tonterías esta noche.

-¡Ay, Chuuya! - se quejó Dazai, fingiendo indignación mientras balanceaba las manos detrás de su cabeza. - ¿Por qué siempre tienes que ser tan serio? Solo quería saber si sentías el ambiente... ¿Sabes? Como si alguien estuviera vigilándonos.

Konran, que caminaba junto a ellos, dejó escapar una risita juguetona. - Dazai tiene razón esta vez, Chuuya. Algo se siente raro aquí. No es solo la brisa fría de otoño, hay algo más...

Chuuya bufó, irritado, y se detuvo, mirando hacia el enorme espejo en el salón principal de la sede de la Port Mafia. - Déjense de tonterías. Si algo pasa aquí, será porque Dazai lo provocó. Como siempre.

Dazai se encogió de hombros, aparentando inocencia. - ¿Yo? ¿Provocar algo? Qué mal concepto tienes de mí, Chuuya...

Los tres estaban ahí por órdenes del jefe, pero la verdadera razón por la que habían sido enviados no les había quedado clara. Algo en la mansión necesitaba ser vigilado esa noche. Konran, con su expresión coqueta y curiosa, fue el primero en acercarse al espejo, observando su propio reflejo. A pesar de todo, una sonrisa traviesa cruzó su rostro.

- ¿Nunca se han preguntado qué es lo que guarda este espejo? - preguntó el, pasando sus dedos sobre el marco antiguo y polvoriento. - Siempre me ha dado escalofríos, pero esta noche... es diferente.

Dazai, siempre el provocador, caminó hacia ella, con una mezcla de seriedad e infantilismo en su mirada. - ¡____! ¿Acaso crees que hay fantasmas? - dijo con una sonrisa astuta mientras se inclinaba hacia ella, sus ojos brillando bajo la tenue luz.

Chuuya, con el ceño aún más fruncido, se cruzó de brazos. - Si siguen jugando con ese maldito espejo, algo malo va a pasar. Y no seré yo el que se haga responsable de sus estupideces.

Pero justo cuando Chuuya terminaba de hablar, el espejo tembló. Los tres retrocedieron instintivamente, sorprendidos por el movimiento. La superficie brillante del espejo comenzó a oscurecerse, como si algo detrás de él estuviera tomando forma, y de repente, su reflejo desapareció. En su lugar, una oscuridad profunda los miraba de vuelta.