𝓐𝘮𝘢𝘳𝘳𝘦 𝓨𝘯𝘫𝘶𝘴𝘵𝘰

III

La noche había caído sobre el, y Nicolás se sentía más solo que nunca. Su carpa, que una vez había sido un refugio de paz y tranquilidad, ahora parecía una prisión. La oscuridad exterior parecía reflejar el vacío que sentía en su corazón.

Nicolás se levantó de su silla y comenzó a caminar de un lado a otro de la carpa, intentando calmar su mente. Pero no podía sacar a Natael de su cabeza. El joven había sido claro en su amarre al otro, pero Nicolás no podía evitar sentir que había algo más.

Miel, su gato, se acurrucó a sus pies, mirándolo con ojos curiosos. Nicolás se agachó y la acarició, sintiendo una pequeña medida de consuelo.

— "¿Por qué no puedo dejar de pensar en él?", se preguntó en voz alta.

La respuesta, sin embargo, era clara. Nicolás había permitido que sus sentimientos por Natael crecieran, y ahora no sabía cómo detenerlos.

De repente, una brisa suave entró en la carpa, apagando las velas que aún quedaban encendidas. La oscuridad se cerró sobre Nicolás, y él se sintió envuelto en una sensación de vacío y soledad.

Miel maulló suavemente, como si intentara consolarlo. Nicolás se sentó en el suelo, rodeado de sombras, y se preguntó si alguna vez encontraría la luz para salir de su soledad.

La noche se estiró ante él como un abismo sin fondo, y Nicolás se sintió perdido en sus pensamientos. ¿Qué había hecho mal? ¿Por qué Natael no podía ver que estaba allí, que lo amaba?

Las preguntas se repetían en su mente, sin respuesta. Nicolás se sintió como si estuviera en un laberinto sin salida.

Y entonces, recordó las palabras de Natael. "Quiero un amarre. De amor ."

Nicolás se sintió un golpe en el pecho. persona que había captado el corazón de Natael.

¿Por qué no podía ser él? ¿Por qué no podía ser el que Natael amara?

La oscuridad parecía cerrarse sobre él, y Nicolás se sintió como si estuviera ahogándose en sus propios sentimientos.

Pero entonces, algo cambió. Nicolás recordó su propia fuerza, su propia magia. Él era un mago, y no iba a dejar que sus sentimientos lo derrotaran.

Se levantó, y con una nueva determinación, comenzó a caminar hacia la salida de la carpa.

La noche aún era oscura, pero Nicolás sabía que encontraría la luz. Y cuando la encontrara, nada podría detenerlo.

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Nicolás se sentó en su carpa, rodeado de sombras y silencio. La noche había caído sobre el reino, y él se sentía completamente solo.

No había encontrado a Natael ni a Thomas. No había encontrado a nadie.

Se sentía perdido y confundido. Su mente estaba llena de pensamientos y emociones contradictorias.

De repente, comenzó a delirar. Su mente se llenó de imágenes y sonidos que no tenían sentido.

Veía a Natael sonriendo, pero su sonrisa se convertía en una mueca de dolor. Veía a Thomas montando su caballo, pero su caballo se convertía en un dragón que lo perseguía. Solo su imaginación que lo hacía delirar.

Nicolás se sentó en el suelo, intentando calmar su mente. Pero no podía.

Comenzó a hablar solo, intentando encontrar sentido en sus pensamientos.

"¿Por qué no puedo encontrarlo?", se preguntó. "¿Por qué no puedo estar con él?"

Su voz se convirtió en un susurro, y luego en un grito.

Nicolás se levantó y comenzó a caminar de un lado a otro de la carpa. Estaba desesperado.

De repente, se detuvo frente a un espejo. Se miró a sí mismo y vio un rostro demacrado y ojos vacíos.

"¿Quién soy?", se preguntó.

No había respuesta.

Nicolás se sentó en el suelo, rodeado de oscuridad y silencio. Estaba completamente solo.

Su mente comenzó a vagar de nuevo, llenándose de imágenes y sonidos sin sentido.

Veía a Natael y Thomas juntos, sonriendo y felices. Veía a sí mismo solo y abandonado. Cómo siempre acostumbrado al mal trato de demás..

Nicolás se sintió un golpe en el pecho. Estaba perdiendo la cordura.

La noche parecía haberse vuelto interminable, y Nicolás se sentía como si estuviera condenado a vagar por la oscuridad para siempre.

De repente, escuchó un sonido. Un susurro suave, casi imperceptible.

"Nicolás", dijo la voz.

Pero no era una voz real. Era solo su propia mente, hablando consigo mismo?.

Nicolás se sintió un escalofrío. Estaba completamente solo, y su propia mente estaba en contra de él.

¿ Por qué es tan difícil ser de el? No lo conozco pero lo amo,tengo miedo brujos. No vivo sin el

.— Bem, morra..