Capítulo 6⛓️🖤

31 5 7
                                    

"Lo que parece una simple oferta puede ser el principio de un abismo."

— Edgar Allan Poe

Niara

Años atrás

Podía oler el frío metálico del lugar, el eco de los gritos apagados por las paredes gruesas. Nos metieron a varios en una sala oscura, solo iluminada por una bombilla que parpadeaba, como si estuviera a punto de apagarse.

Había otros niños, todos con miradas de terror, las manos temblando. Yo también tenía miedo, pero no podía mostrarlo. No sabía sus nombres, ni siquiera me importaban. Lo único que sentía era miedo, un miedo que se arrastraba como una serpiente por mi espalda. Observé cada esquina, cada rostro, y sentí algo raro en mi pecho.

Entonces, la puerta se abrió y entró él, un hombre alto y corpulento, se acercó a nosotros con una mirada fría.

—Solo los fuertes viven aquí. Los débiles no merecen respirar—. Su voz era dura, cortante como el acero. Y mientras lo decía, sentí sus ojos sobre mí, como si estuviera desafiándome a ceder ante el miedo también.

—Tú—, me dijo. —Ven.

Caminé a su dirección, y me detuve a unos centímetros de él. Era demasiado alto a comparación mía.

—Nombre—, no respondí. —Nombre—. volvió a mencionar nuevamente sin obtener respuesta.

El impacto seco en mi mejilla fue lo siguiente, un sabor metálico llenó mi boca. Sólo me limite a ahogar el dolor dentro de mí.

Me mantuve en pie. Apreté los puños tan fuertes que las uñas se clavaron en la piel, y prometí en ese momento que nunca volvería a sentirme pequeña. Levanté la cabeza.

A mi alrededor, los otros niños estaban en silencio, demasiado aterrados para llorar, como si entendieran que cualquier signo de debilidad significaba el final.

—Nombre—. Insistió una última vez.

—Niara...—, mencioné, cuando el sabor metálico pasó por mi garganta. —Niara Moretti.

Sus labios se curvaron en una sonrisa torcida. Me sentía como un animal marcado para el sacrificio.

Pero esa fue la primera lección.

Aquí no había espacio para el miedo. O te consumía o lo consumías tú.

Y yo, yo estaba decidida a devorar el mío.

🖤⛓️

Actualidad

El olor a pólvora siempre me había calmado. El eco de los disparos retumbando en la sala de entrenamiento era como una sinfonía que bloqueaba mis pensamientos. Ajusté la mira, mis manos firmes sobre el frío metal de la pistola, mientras la imagen de Alessandro Rossi volvía a golpearme con la misma intensidad que cada bala que disparaba.

—Bastardo... —murmuré entre dientes, apretando el gatillo.

El blanco, a diez metros, tembló cuando la bala impactó en el centro. Mi respiración era irregular, pero el ritmo constante del disparo me mantenía en control. Me moví hacia otro blanco, esta vez uno más pequeño, y cambié de arma. La escopeta descansaba en mis hombros como si fuera una extensión de mi cuerpo, pero todo lo que podía sentir era el peso del odio.

Los Rossi. Su condenada familia.

El sonido del disparo me trajo de vuelta al presente. Un trozo del blanco voló por los aires y, por un momento, el vacío volvió a apoderarse de mi mente. Solo por un instante, logré olvidarme de ellos, de todo lo que significan para mí. Pero no duró. Nunca dura.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Hermosa Venganza ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora