Carne y huesos, sudor y sangre, estas son mis herramientas para matar, no me importa cuantas veces sea mutilado siempre luchare para matarte y devorarte vivo, por que yo solo soy una bestia que viste de una armadura negra que refleja la oscuridad de...
Odio y rabia es lo que irradiaba mi corazón mientras cargaba un espadón y una espada corta que no reconocía, estaba al frente de un enorme ejercito que me rodeaba, yo luchaba contra todos los soldados que iban contra mi, no sabía por que lo hacía, no sabía por que me atacaban, no sabía que son pero eso no me importaba. Seguía blandiendo mis dos armas con una ira y un odio tan grandes que veía todo rojo, escuchaba sus gritos de dolor y terror, uno de los seres alados me clavo una lanza compuesta de ¿luz? en el corazón pero eso no me hizo nada. Yo lo decapite con la espada para luego arrancare su brazo derecho con mis dientes para devorarlo, el placer de sentir su sangre y carne en mi boca era tan grande que era un sentimiento igual a la lujuria, cuando me iba a abalanzar para devorar a mis enemigos sentí algo que me golpeo con una enorme fuerza
¡BOOM!
Al levantar mi mirada pude ver a dos pelirrojas, cuatro pelinegras, una semi-humana de cabello blanco, una chica peli-azul con un mechón verde, un rubio, un peli-plateado y un pelinegro de ojos rojos, casi todos tenían algo común esa puta y asquerosa sonrisa con unas alas negras parecidas a las de un murciélago
En eso siento como algo sale de mi espalda siendo unas de un dragón blanco con rojo escarlata, yo veía a cada uno de ellos con una mirada llena de odio y rabia para acto seguido lanzarme contra ellos pero al estar frente de ellos vi otras dos figuras para después todo se vuelva negro
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