Prólogo.

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Sicilia, Italia.

13 de Diciembre del 2007. 22:34p.m.

En un mundo lleno de mentiras y rencor, donde solo el más fuerte prevalece, un hombre cometió un error que arrastró hasta el último de sus días.

En medio de la guerra con la mafia rusa, Orlando Bianchi trajo a este mundo a su primera criatura. Una pequeña destinada a vivir una vida de mentiras durante toda su vida, negada al amor y a la felicidad de su familia.

___Es solo una niña, Orlando no hagas esto, no lo permitas, porfavor, te lo ruego.

Esa chiquilla de ojos verdes, a la que él solo habia visto sonreír en todo momento, ahora estaba rota, con las lágrimas estancadas en esas dos esmeraldas.

___La decisión está tomada Dalila, tú provocaste esto y ahora tienes que lidiar con las consecuencias.

Orlando era conocido por ser un hombre sin emociones, si bien alguna vez amó a la mujer que ahora le estaba suplicando de rodillas, en este momento nada podría detenerle, porque él estaba más que decidido en proteger a su pequeña de todo y de todos . Y con solo dar la orden, se sentó en la terraza de su balcón, viendo cómo la camioneta negra se llevaba a su pequeña y desaparecía de su centro de visión.

«Es lo correcto »

Eso es lo que él se repetía una y otra vez, tratando de calmar sus demonios internos, esos que por cada día que pasaba le reclamaban de su decisión; pero el italiano, desde pequeño aprendió una regla: lo hecho, hecho está y no hay vuelta atrás.  Aprendió que en esta vida no hay segundas oportunidades, porque nadie nace por segunda vez.

___La llevaste, te... llevaste a mi hija-le señala con el dedo- Уверяю вас, что вы пожалеете об этом до конца своей жизни.

Una amenaza directa.

Una sola mirada del italiano hizo que la pelirroja cerrase la boca de inmediato, porque ella ya conocía esa mirada, y es por eso que avanzó hasta el regazo de su marido.

____Non tollererò il rispetto del rispetto, la decisione è presa, va bene?

(No voy a tolerar faltas de respeto, la decisión está tomada, ¿está bien?)

___Ma Osvaldo, è mia figlia, è solo una bambina, non merita questo e lo sai, perché fai questo, eh, mi stai facendo male, ¿Perché non lo capisci?

Las lágrimas amenazaban con salir de nuevo por parte de la rusa y eso Orlando lo sabía bien, es por eso que la atrajo hacia él y dejó que se consolara en su pecho, que llorara todo lo que quisiera y que se relajara. El italiano la envolvió con sus fuertes brazos, esos que su amada siempre adoró y se mantuvo quieto besando la coronilla del amor de su vida. Ella era su tesoro.

___Я очень люблю тебя, сокровища, ты моя жизнь и все, но ты должен понимать, что я делаю это для твоего блага.

(Te amo mucho, tesoro, eres mi vida, pero debes entender que esto lo hago por su bien)

Con esas palabras sacadas desde el fondo de su corazón, Orlando solo quería que su chiquilla parase de llorar, pero eso no se hizo. El llanto de Dalila seguía siendo más insistente,( tanto que incluso por un micro segundo el italiano pensó en regresar a su hija), pero Dalila no solo lloraba por la pequeña criatura, lo hacía, porque de verdad amaba a ese hombre, lo quería con toda locura, tanto que traicionó a su mafia, a su familia y solo por él.

Definitivamente, Osvaldo y Dalila eran el vivo ejemplo de un amor por encima de todo y de todos.

Pero por más fuerte que fuese su amor, la vida nunca se convertiría en un camino de rosas y mariposas, y la decisión que ellos tomaron, muy pronto esta vida se la devolvería con creces.

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