CACHORRO MALO

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—No voy a usar eso.

Draco siseó, casi cayéndose de la cama mientras trataba de alejarse de Harry y del objeto ofensivo que estaba extendido en su mano.

Harry lo miró entrecerrando los ojos, la molestia en su mirada envió un escalofrío por la columna de Draco. Todo en él le decía que simplemente lo aceptara y que hiciera lo que Harry quería que hiciera, pero viéndolo... Draco simplemente no podía. Era demasiado.

—No lo haré. Es degradante.

Harry se rió ante eso, pero no había humor en el sonido en absoluto. Era cruel.

—¿De todas las cosas? Bueno, discúlpeme, Su Alteza, pero teníamos un acuerdo, usted y yo.

Harry se burló, acercándose mientras Draco se alejaba, el pecho de Draco subía y bajaba mientras su respiración se aceleraba.

—Tres reglas. ¡Acepté esas y ninguno de ellos mencionó eso!

Draco gritó, tratando de retroceder más, pero Harry extendió la mano, agarró el brazo de Draco con fuerza y ​​lo tiró hacia adelante con brusquedad. Estaba esperando que Harry lo atacara, lo golpeara o lo inmovilizara y lo brutalizara en alguna retorcida muestra de castigo como lo había hecho en el pasado...

No lo hizo. En cambio, extendió la otra mano y agarró la barbilla de Draco, obligándolo a mirarlo a los ojos. Parecía enojado, y Draco no pudo evitar encogerse sobre sí mismo ante esa mirada.

"En caso de que no haya quedado claro, Draco, debes escuchar y obedecer todo lo que te pida. Si te dijera que te pusieras de rodillas y besaras mis pies, esperaría que lo hicieras con una maldita sonrisa en tu rostro, ¿entiendes?"

Draco hizo una mueca cuando los dedos de Harry apretaron su barbilla, las uñas clavándose en su piel. Harry se inclinó hacia él, su aliento caliente rozando su oído mientras hablaba.

—Lo llevarás puesto, Draco, de una forma u otra.

La amenaza era clara y Draco cerró los ojos, hundiendo los dientes en su labio inferior mientras sentía que sus ojos empezaban a lagrimear.

Como si no hubiera sufrido suficiente humillación, ¿ahora tenía que degradarse de esta manera?

Todo había ido bien también, antes de esto.

Curiosamente, había sido más fácil de lo que Draco pensaba seguir las nuevas reglas. Las mamadas se volvían un poco más fáciles cuanto más las hacía y las pequeñas recompensas que Harry le había dado a lo largo del camino habían sido agradables...

Por ejemplo, en múltiples ocasiones a Draco se le había permitido elegir la película que veían, lo que había sido el momento más destacado de sus días. Harry también una vez le había dejado bañarse solo sin interrupciones, lo que parecía una decadencia considerando que cada vez que Harry se duchaba con él, lo follaba contra la pared.

Harry incluso le había dejado dormir hasta tarde una mañana y también le había eximido de la mamada matutina habitual.

Había sido... bueno.

Pero lo que Harry le estaba pidiendo que hiciera ahora era ir más allá. Draco le había chupado la polla todas las mañanas, lo había besado como le había ordenado, había jugado al participante dispuesto mientras Harry lo follaba... ¿no era eso suficiente?

Aparentemente no.

Draco inhaló con dificultad y finalmente asintió con tristeza, el gesto era más difícil de hacer con Harry agarrando su barbilla con tanta fuerza.

LAS NOCHES DE AZKABAN IIHARCOIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora