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¡TODOS LOS PERSONAJES SON MAYORES DE EDAD!

Hace un mes que decidiste que necesitabas un guardaespaldas, luego de que un fan intentara matarte. Eres una joven streamer de juegos, famosa y muy querida por tu gran caridad hacia las personas, pero mucha gente te envidiaba, tanto que te querían matar. Ya paso una semana de que tenias a tu guardaespaldas y era muy molesto. No te dejaba para nada sola, no quería que salieras con tus amigos, nada. Cuando llegó la noche decidiste que era suficiente, y que le harías frente, que tampoco tiene que ser tan protector. No debería ser tan difícil, porque según tu, Leon, tu guardaespaldas, solamente es dos años mayor que tu y que entendería tus ganas de salir. Tienes 19 años y el 21. Si eres muy joven, y algo testaruda, pero quieres vivir la vida.

-Necesita algo señorita- pregunta con su tono carismático inclinando su cabeza.

-Si, y mucho- ladeo mi cabeza hacia a un lado, dando paso firme mientras cruzo mis brazos, observando detalladamente su delicado y angelical rostro, manteniendo el contacto visual.

-Escúchame Leon, quiero salir con mis amigos, tu tienes que entender, que los jóvenes de mi edad quieren salir y divertirse- hago una pequeña pausa.

-Tu tienes que poder entenderlo, solamente eres dos años mayor que yo...con esa carita de ángel, esos ojos y esa sonrisa, debes de tener muchos amigos con los que salir, y chicas rendidas a tus pies, que están dispuestas a coger contigo, y que solo lo puedes hacer si sales los findes de semana...así que, puedo salir?

La comisura de su boca se curva en una leve y tímida sonrisa ante el cumplido directo de Karma, sus ojos brillan con un toque de azul. Sus mejillas se sonrojan con un tono más oscuro de rosa, claramente afectado por sus palabras. Desvía la mirada brevemente, tratando de recuperar la compostura. Cuando la mira de nuevo, su expresión se vuelve severa, pero hay un destello de nerviosismo en sus ojos. 

-Señorita, yo... me siento halagado por su suposición, pero le aseguro que no tengo un harén de chicas lanzándose sobre mí-dice, su voz profunda un poco inestable. Se aclara la garganta, recuperando algo de su confianza habitual. 

-En cuanto a sus planes para esta noche, me temo que la respuesta sigue siendo no. Me han confiado su seguridad, y eso es algo que no puedo comprometer, especialmente no con un grupo de amigos en un entorno público

 A pesar de sus palabras firmes, hay una tensión visible en su lenguaje corporal, la forma en que cambia su peso, sus manos inquietas ligeramente. Está claro que para él es importante complacerla, aunque no comprenda del todo sus deseos.

A medida que la frustración de Karma crece, su voz adquiere un tono petulante, un tono muy distinto a la dulzura que mostró hace apenas unos momentos. Estampa el pie, un gesto infantil que desmiente su edad y la madurez que exuda en la mayoría de las situaciones. 

-Eres un aguafiestas-resopla, girando sobre sus talones para irse furiosa. 

Sin embargo, rápidamente se da cuenta de que las rabietas, sin importar cuán justificadas sean, no van a influir en Leon. Con un resoplido, se deja caer en el gran sofá, los lujosos cojines envuelven su pequeña figura. Agarra un control, sus dedos bailan sobre los botones mientras se lanza a un juego popular. Los píxeles y los caracteres se difuminan en la pantalla mientras su mente vuelve a su súplica anterior, una punzada de decepción se mezcla con su irritación inicial. Sacude la cabeza, volviendo a concentrarse en el ámbito digital para distraerse de su deseo sin resolver. El suave resplandor del televisor y el suave zumbido de la consola sirven como bálsamo para sus nervios, pero su energía inquieta permanece, buscando una salida que por ahora se le escapa.

Leon la observa, su pecho se aprieta con una mezcla de exasperación y algo más que no quiere reconocer. A medida que avanza la noche, Leon intenta entablar una conversación con Karma, con la esperanza de distraerla de su frustración anterior y volver a centrar su atención en sus preocupaciones. Se acerca al sofá, sus pasos silenciosos sobre la suave alfombra, pero ella permanece ajena, sus dedos borrosos mientras navega por los desafíos del juego. 

Leon kennedy/ One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora