De nuevo jueves. Un jueves muy aburrido, con muy poca gente en la cafetería. Harry miraba el reloj con anticipación, luego la puerta, como si esperara que ese jueves algo o alguien en específico entrara por la puerta. Ese jueves era demasiado lento, se sentía como si algo faltara. Definitivamente era su jueves menos favorito en mucho tiempo. ¿Ya mencionó que era jueves?
Niall estaba ahí, sentado en la silla del mostrador. Girando en ella y deslizándose. Su cabello rubio estaba ligeramente despeinado, pero no se miraba tan mal. Luego de un rato paro de girar y miro el reloj junto a Harry. Alcanzó la taza de café que su amigo le había preparado hace un rato y le dio un sorbo.
—¿A quién esperamos?—preguntó Niall, después de cinco minutos en silencio. Nuevo récord.
—A nadie—respondió Harry, aún concentrado en la puerta, estaba detrás del mostrador, apoyado contra él.
Los codos de Harry estaban recargados en el mostrador y sus manos sostenían su rostro. La anticipación de Harry era evidente. Su cuerpo estaba inclinado hacia el frente, mientras se balanceaba ligeramente con sus rizos sacudiendose al son de sus movimientos.
Sintió como Niall le daba unas palmadas en la espalda, como si intentara calmar su creciente ansiedad. Pero Harry no desvió la mirada de enfrente.
Y eso fue todo. Niall no volvió a hablar. A Harry empezaba a parecerle extraño tanto silencio, volteó a verlo de reojo con curiosidad y un poco de preocupación.
Niall era la clase de persona que podría hablar durante horas y horas de un mismo tema, sin detenerse más que para respirar, sin darse cuenta de si a alguien le molestaba—y si se daba cuenta, poco le importaba—. Entonces era bastante extraño verlo tan callado. Finalmente, cuando decidió que el muchacho castaño de ojos azules había entendido el mensaje y no volvería, volteo dándole toda su atención a Niall. Quien paro de moverse sobre la silla y volteo a verlo.
—¿Qué pasó?—preguntó Harry con tono serio.
El rubio, cuyo cabello era teñido, desvió la mirada e hizo una mueca. Harry suspiro pesadamente, tomó el periódico que descansaba en el mostrador y lo envolvió. Luego, con el mismo periódico, comenzó a darle a Niall varios golpecitos en la cabeza. Uno tras otro.
—Dime, dime, dime, dime...—repitió hasta el cansancio, sin dejar de darle golpecitos en la cabeza. Cada vez más rápidos y fuertes.
—¡Ya, para!—ordenó Niall, frustrado. Quitándole el periódico de la mano. Luego lo miró durante un rato. Dejó el periódico en su lugar y suspiro—Mis padres, eso pasa.
Y con eso fue suficiente para que Harry entendiera todo, aún sin entender nada. El muchacho suspiro pesadamente, se acercó a Niall y lo sujeto del hombro. El rubio alzó la mirada, viendo a su amigo con algo de pena. Claramente Harry quería que continuará, bufo un poco, pero su tono era más de rendición que de molestia.
Harry se sentó en el mostrador, era momento de la terapia—aunque no sabía cuál de los dos cual de los dos la necesitaba más—. Se cruzo de brazos y observo a Niall, suavizando su mirada.
Luego de vacilar un poco, se rasco la nuca.
—Mi visitaron hace unos días—comenzó, un poco incómodo. Luego suspiro—. Sé dieron cuenta de que les mentí, que no tengo casa propia. Mi roomie llegó sin avisar y... bueno, todo explotó.
No pareció querer explicar más, tampoco era necesario. Con esa explicación, Harry era capaz de armarse toda la escena en su cabeza. Pobre de Shawn, el roomie de Niall, que tuvo que ver toda esa escena. Las peleas entre Niall y sus padres nunca eran agradables de ver.
El consejo más fácil sería "no hables más con tus padres", de hecho, Harry ya le ha dado ese consejo cientos de veces en el pasado. Y Niall lo seguía, pero solo había un mes o dos de calma. Luego el caos se desataba de nuevo. Harry finalmente comprendió que Niall no se dejaría ayudar, que lo único que podía hacer era callarse y escuchar a su amigo debatirse en su dolor. Si Niall no se ayudaba a si mismo, nadie más lo haría. Él no podía salvarlo, así que todo estaba en sus manos. Claro, si Niall lo necesitaba, él estaría ahí.
Harry simplemente extendió los brazos y con una sola sonrisa le ofreció un abrazo. Niall asintió de inmediato, sujetándolo con fuerza.
** ¡Otto dice hola! Saluden a Otto. ¿Cuál es su canción favorita de One Direction?
Iba caminando a prisas, casi corriendo, sujetaba con fuerza su mochila mientras miraba al frente. Se le hacía tarde para su cita con Olivia, todo era culpa de de Zayn, ¡ese imbécil rompió un escritorio y los obligaron a limpiar toda la jodida facultad! Dios... va a reprocharle eso durante años. ¡Y, de todas formas, había que pagar el maldito escritorio! No entendía, ¿porqué obligarlos a limpiar si de todas formas tendrían que pagar?
Bufó, acelerando el paso. Se fijo en la hora, faltaban diez minutos. Si corría alcanzaba a llegar a tiempo, estaba seguro—por lo menos quería creer eso—. Conforme se acercaba a la cafetería para enfermos mentales, se disponía a entrar rápidamente, dejar un par de billetes en la primera mesa que viera e irse para dejar saldada su cuenta.
Aunque, cuando pasó por enfrente de la ventana del lugar, se detuvo y volteo adentro.Ahí estaba el enfermo de los rizos con un sujeto de cabello rubio, claramente teñido... esperaba que hubiera demandado a quien sea que le haya pintado el cabello porque eso definitivamente era un crimen de odio. Observó la escena un momento, con atención, talvez demasiada atención. Estaba... ¿impactado? No sabía ni que sentía, pero no era agradable. Se estaban abrazando con demasiado cariño. Dos pensamientos llegaron a su cabeza al mismo tiempo.
El primero: ¿Ese era su novio? Maricon y con gustos horribles, Dios sí castiga dos veces.
El segundo: Que puto asco.
Al sentirse observado Harry alzó la mirada por un momento. Topándose con unos ojos azules que ya conocía bien, se vieron a los ojos durante un momento.
La reacción inmediata de Louis al notar que el enfermo de los rizos lo miraba fue fingir arcadas. Como si realmente estuviera apunto de vomitar gracias a aquella desagradable escena. Al notar que el rizado solo se río, sintió una sensación molesta en el estómago, apretó los nudillos y lo vio con molestia. ¡Esa claramente no era la reacción que él quería! Le dio una patada al piso, con clara frustración y luego le mostró el dedo medio.
Niall se separo de Harry y lo vio riéndose solo, volteó hacia la dirección donde Harry miraba, solo para ver como un muchacho se iba corriendo. Regreso su atención a Harry, quien simplemente sonreía como chango con retraso, entrecerró los ojos. Alzó una ceja.
—¿Y ese quien era?
Harry simplemente hizo un ademán con la mano, restandole importancia, aunque seguía manteniendo una sonrisa divertida. Se ató el cabello en una coleta alta, dejando caer un par de rizos a los costados de su rostro, y simplemente se puso a limpiar mesas.
Ese chico era extraño, pero era graciosa la manera en la que se comportaba... como un niño berrinchudo. Claro, en definitiva era desagradable. Pero no pensaba gastar demasiadas energías molestandose cuando podía simplemente reír un poco.
Extrañaba escribir este fic, por fin podré volver a escribir y leer los insultos de Louis hacia Niall (icónicos).
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Gay Cafe [Larry Stylinson]
FanfictionLouis es homofobico. Harry tiene su propia cafetería gay. (Resubido luego de un par de años)