Capítulo 2: Retaliación

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Capítulo 2

Harry se sintió flotando en la oscuridad. El vacío que había descendido sobre él cuando sus asaltantes habían lanzado su maldición, estaba cambiando. En lugar de la nada, descubrió que la oscuridad tenía un peso. Se sentía como si estuviera sofocándose, siendo aplastado por esta negrura interminable que se extendía sobre cada parte de su cuerpo.

Gritó, pero no salió ningún sonido. Fue mientras gritaba, que otro ruido le atrapó en los oídos. No había nada más que silencio, pero cuando Harry gritó, era casi como si sintiera a alguien más gritando con él. Sin embargo, no escuchó ninguna voz, ya que descendió más y más profundamente en la negrura.

De repente, sintió un dolor abrasador en todo su cuerpo. Gritó de nuevo, esta vez con ruido.

La oscuridad comenzó a arder, cada color imaginable llenando su vista. Sintió una lamida mágica en su piel, mientras lo tiraban en diferentes direcciones. Sintió que su cuerpo estaba desgarrado, arañado, mientras alguna fuerza invisible intentaba atraerlo en múltiples direcciones.

Sintió como si lo destrozaran, su cuerpo destrozado.

No duró más que un momento en que, de repente, y sin previo aviso, sintió que algo lo lavaba. Una frialdad, que parecía detener la sensación de tracción. Algo aún más fuerte que estas fuerzas invisibles lo mantenía unido, su presencia, su voluntad, aparentemente deteniendo el ataque a su cuerpo.

Podía detectar las voluntades de muchas cosas a su alrededor. Era como si estuviera sentado ante cuatro grandes entidades, cada una un conjunto puro de emociones, tan claras y tan concretas, que no podía darles forma ni forma. Eran simplemente magia en sí misma, coloreada por esta emoción.

A su alrededor, sintió una quinta entidad, algo que lo protegía, casi posesivamente. Podía sentir las miradas invisibles de las cuatro entidades circundantes sobre él, estudiándolo, analizándolo. A pesar de la pureza de sus emociones, podía sentir algo más que se compartía entre los cuatro. Algo que brilló incluso a través de su colosal peso emocional que individualmente podría ahogar la mente de Harry si les otorgaba más que un momento de pensamiento.

Este sentimiento que compartían era un gran respeto, o tal vez era miedo, por lo que lo mantenía en su alcance.

Lo que lo sostuvo, lo hizo casi reconfortantemente, como si una madre abrazara a su hijo. Estas entidades a su alrededor eran malvadas, su oscuridad inimaginable, y sin embargo, cada una tenía un gran respeto por la quinta, de la que casi no sentía ninguna emoción, aparte de un deseo de protegerlo y protegerlo del daño.

A pesar de sí mismo, se hundió en la comodidad de este ser. Hacía frío, hacía tanto frío que casi dolía físicamente y, sin embargo, era gentil y amoroso. Quería este consuelo, lo necesitaba después de todo lo que había pasado. Sintió una afluencia de magia a su alrededor, lavándolo por todos lados. Cuatro magias distintas, que cada una tenía un tremendo poder. Sintió que sin la quinta entidad aquí para protegerlo, solo una de esas magias podría haberlo aplastado como un insecto.

A pesar del poder que sentía, las magias extranjeras no parecían querer atacar. Era casi como si la magia que sentía fuera alguna forma de comunicación, como si estuvieran hablando con la quinta entidad.

Lo que se estaba discutiendo, Harry no podía comprender, todo lo que podía pensar era escapar de su dolor y encontrar consuelo en este abrazo frío, que ahora estaba empezando a recordarle la muerte.

De repente, lo sintió, como una lanza a través de su cuerpo. Sintió cuatro manos puestas sobre él. Una mano de metal que era poderosa y dominante, un mango de carne hinchada, que era suave y casi reconfortante, una mano de dedos fríos y huesudos, que crujía de magia, y una mano pequeña, casi femenina en contacto, que hacía que su piel se hormigueara y vibrara con una sensación agradable.

Nacido del Caos: destino deshechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora