"Sim Jake, hijo menor del presidente de Corea del Sur, ha desaparecido de la casa azul. Alguno de los rumores que corren por la ciudad es sobre que el joven Sim ha sido secuestrado."
En una noche oscura y lluviosa, las luces parpadeantes de las patrullas destellaban en las calles mojadas de la ciudad de Seúl. La sirena de la policía se escuchaba a la distancia, mientras perseguían la camioneta en donde me encontraba.
La tensión en el aire era palpable, las patrullas se acercaban rápidamente.
El corazón me martillaba en el pecho.
Sentía que iba a vomitar mis órganos.
El miedo se apoderaba de mí.
La oscuridad del interior de la camioneta me envolvía como un abrazo gélido, y mi mente estaba llena de pensamientos tumultuosos.
Me habían secuestrado, me arrancaron de mi vida cotidiana y me arrojaron a una pesadilla en la que no parecía haber escapatoria.Mi pulso se aceleró cuando escuché las sirenas a lo lejos, el sonido distante de la policía persiguiendo el vehículo en el que estaba atrapado sólo hacía que mi ansiedad y miedo aumentara cada vez más.
El tiempo parecía haberse detenido. Sólo observada entre lágrimas cómo mi secuestrador maniobraba a través del tráfico, en un intento desesperado de escapar.La ansiedad me atenazaba, y la sensación de impotencia era abrumadora.
No sabía qué hacer.
De repente, un estruendo atronador resonó en el techo de la camioneta. Mi corazón saltó en mi pecho cuando la camioneta se tambaleó intensamente, sentí como si estuviera en una montaña rusa infernal.
Un escalofrío recorrió mi espalda cuando me di cuenta de que algo desconocido había entrado en la escena, algo que estaba fuera de mi comprensión.Un rasgado agudo se escuchó por toda la calle y, de repente, el techo de la camioneta se abrió como si fuera de papel.
Oh Dios...
La luz de la luna y los destellos de las luces de las sirenas entraron en el interior del vehículo, iluminando la figura oscura que se cernía sobre mí.
Mi cerebro luchaba por procesar lo que veía: era una criatura monstruosa, algo sacado de mis más grandes pesadillas.Venom.
Me encontraba cara a cara con él, una criatura asombrosa que parecía haber surgido de las pesadillas más oscuras. Su piel negra como la noche estaba salpicada de brillantes líneas azules, irradiando un aura de poder y misterio. Sus ojos, intensos y penetrantes, me observaban con una mezcla de curiosidad y ferocidad, como si él pudiera ver directamente en mi alma.
Al fin y al cabo, él era una entidad alienígena que se había fusionado con un ser humano; sin embargo, en ese preciso momento, su apariencia aterradora no me importaba.
Sus ojos blancos y amenazantes me miraron, y aunque el miedo seguía latente en mi interior, también sentí un atisbo de esperanza. Si Venom estaba aquí, tal vez había una posibilidad de que pudiera escapar.
Venom extendió un tentáculo hacia el conductor y lo enrolló alrededor del cuello del individuo, haciendo que el joven pierda el equilibrio del volante. La camioneta ahora iba en zigzag, recibiendo uno que otro golpe en los laterales.
Me sacudía de un lado a otro, trataba de mantener el equilibrio, pero me era imposible, la camioneta se movía intensamente, aunque Venom no parecía ni inmutarse ante el movimiento, al contrario, él estaba firme en lo que restaba del techo y completamente concentrado en matar al conductor.
Pero los cristales se empezaban a agrietar.
El frío aire circulaba con facilidad por toda la camioneta y hacia que mi -ahora- desordenado cabello se moviera.