Capítulo 2

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Nunca creí encontrarme ante una
situación como aquella, mi mente no estaba programada para los imprevistos. Entonces fluyó una energía extraña dentro de mí, algo muy malo se estaba apoderando de mí, uno de los dos debía correr y ese sería él.
Los árboles crepitaban, los truenos iban en aumento, ramas de árboles se rompían a nuestro alrededor, la tormenta estaba llegando a su punto álgido.

_Vete de aquí, ¿Te gustaría morir?

Le grité. El desconocido entonces se levantó. Vi lo imponente de su cuerpo, todo vestido de negro su rostro cubierto por la capucha. Una voz profunda chocó contra mí.

_ ¿ Por qué habría de morir ?

Me dijo aquel chico que se mostraba impacible ante la situación.

_ No es una noche para deambular por el bosque, puedes salir lastimado.

_ Creo que a nadie le importa... y a ti mucho menos.

Sentí deseos de darle una lección a su boca, amarrarlo en aquel árbol que estaba detrás de él, hacer pequeños cortes en su piel y probar su sangre para ver de qué estaba hecho. Lo imaginé tendido en la hierba mojada y dándome festín como la dominante que era. Otro sonido ajeno a su conocimiento me hizo salir de mi estupor y decirle.

_ Fortuna sit tecum.

Los que tienen un ego grande nunca escuchan consejos, no se permiten jamás que se les contradiga y parece que estaba frente a uno.
Porque vi como se acercaba paso a paso hacia mí.

_ No te acerques más.

_ ¿ Qué me vas a hacer ?

Me desafió, seguía avanzando. Para su sorpresa yo era más rápida, más astuta y parece que inteligente. Lo tenía de rodillas con sus manos atadas detrás de la espalda, mi daga retozaba por su cuello mientras le decía.

_ Jamás desafíe a una mujer del bosque en medio de una tormenta.

Me alejé de allí corriendo, estaba inestable y el era inocente. Corrí a toda velocidad mientras escuchaba el eco de su voz

_ ¡ Desátame ! Vuelve aquí.

Fortuna Sit Tecum.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora