Continuación......
La risa que se me había escapado se convirtió en una pequeña chispa que encendió algo en mi interior. Había algo en su actitud despreocupada que me intrigaba, a pesar de que todavía me molestaba haber perdido aquel momento con la ardilla.
—Entonces, ¿eres de aquí o solo estás de paso? —.pregunté, tratando de mantener la seriedad mientras lo miraba. Su sonrisa burlona seguía intacta.
—Soy de aquí, acabo de mudarme con mi familia. —.Se encogió de hombros, como si eso no fuera gran cosa. —No sabía que la vecina tenía una conexión tan fuerte con los animales.
—Y tú no sabes que hay ciertas reglas no escritas en el vecindario. ¡No asustar a las ardillas es una de ellas! —.le respondí, cruzando los brazos con un gesto de desafío.
Él se echó a reír, una risa contagiosa que hizo que, a pesar de mí misma, me sintiera más relajada. —.Lo tendré en cuenta. Pero vamos, no te pongas así. ¿No es divertido un poco de acción? —.su mirada chispeante me retó, y no pude evitar preguntarme qué tipo de acción tenía en mente.
—No necesito acción, tengo suficiente con mis momentos tranquilos. A veces, solo quiero disfrutar del silencio y la calma —.le contesté, aunque en el fondo sabía que ese tipo de aventura era algo que rara vez encontraba.
Pablo se inclinó un poco más cerca, como si compartiera un secreto. —.¿Y si te digo que el silencio a veces puede ser aburrido? ¿Qué tal si hacemos algo divertido?
—¿Divertido? ¿Y qué tienes en mente? —.le respondí, arqueando una ceja. La curiosidad comenzaba a ganar terreno, y aunque intentaba mantener mi actitud desafiante, la verdad era que me sentía intrigada.
—Podríamos ir al bosque que está detrás de tu casa. He oído que hay un arroyo. Me encantaría ver si tiene peces o algo.
Mis pensamientos se agolpaban. Esa idea sonaba emocionante, pero también un poco arriesgada. A pesar de todo, había algo en su entusiasmo que era contagioso.
—¿Y qué tal si hay serpientes? —.pregunté, intentando sonar seria, pero ya comenzaba a sonreír.
—¡Serpientes! ¡Eso es lo que lo hace emocionante! Además, puedo protegerte —.dijo, exagerando un gesto de héroe, pero no pude evitar alzar una ceja.
—Pablo, me puedo proteger sola. Y, además, no confío en chicos que asustan ardillas —.le respondí, sintiendo que mi desafío había subido de nivel.
—¿Qué tal si te lo demuestro? —.respondió, su tono desafiante volviendo a aparecer. Me estaba retando, y me daba cuenta de que a pesar de mis reservas, quería aceptarlo.
—Está bien, pero si asustas a un solo animal, te vuelves a casa —.le advertí, sintiéndome un poco más segura al establecer mis reglas.
—Trato hecho, Marizza. Pero si encontramos algo realmente emocionante, ¡no me digas que no querrás volver! —.dijo, mientras comenzaba a alejarse de la ventana, señalando el jardín.
Sentí que mi corazón latía un poco más rápido. No estaba segura de lo que me esperaba, pero, de alguna manera, esa nueva conexión con Pablo prometía ser la aventura que necesitaba.
—Vamos, entonces —dije, sintiendo cómo la adrenalina comenzaba a fluir—. Pero no quiero que se te suba el ego eh
Él sonrió ampliamente, con sus ojos celestes brillantes. —No prometo nada. Vamos a ver el bosque!
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"A veces, una chispa de intriga puede encender una aventura inesperada, desafiando la calma y revelando nuevas conexiones en el camino."
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Conocernos - Pablizza
FanfictionEn un vecindario donde la rutina se mezcla con lo inesperado, Marizza es una niña de siete años con una personalidad impulsiva y alegre, pero no exenta de frustraciones y momentos de tristeza. Su vida da un giro inesperado con la llegada de Pablo, u...