「 Capítulo 16 」: Segundo arco

180 25 5
                                    

Capítulo XVI

«Problemas en el teatro, ¿Quién está detrás del telón?»

—————

Luffy sacudió la cabeza. De regreso a su actualidad, la fiesta aun era eterna y al parecer la ciudad no dormía. Por ahí escuchó, de bocas que soltaban más humo que palabras, que Jade Fortune era La ciudad que no duerme ¿Podía sacar más conclusiones del sitio gracias a eso? Se lo dejó de tarea, por los momentos vio a sus compañeros disfrutar de bebidas y charlas, dispuestos a seguir incluso con la intermitente tarea que, en el correr de las manecillas del reloj, se volvía una urgencia.

Confiaba en que nadie, demasiado estúpido, atacase al pobre Thousand Sunny, o a su vez, que la propia naturaleza de la playa y los riscos lo cubrieran hasta el regreso del grupo. De otro modo, se iba a enojar y no le apetecía perder la paciencia justo cuando habían hallado a su compañera.

¡Ah! Su amiga, BonBon.

La buscó nuevamente, detrás de las caras que proclamaban ser importantes y las risas de dientes perfectos de la gente de alto estatus. Ninguno le importaba lo suficiente y sabía que ellos pensaban lo mismo de él; se preguntó por qué a BonBon ahora le gustaba convivir con gente tan refinada. Tal vez no sería un problema pero comenzaba a reconocer las miradas punzocortantes de las mismas personas, a su equipo, a él.

¿Ninguno sabe aquí que ella es una pirata también?

Pasó de largo estas cuestiones hasta que su mano jaló dos veces el vestido de su florista. Había tantísimos invitados y clientes que alzar la voz era inútil, y ya lo regañaron por gritar.

La chica, girando el cuerpo un tanto confundida, se encontró con la presencia de Luffy, mirándola sonriente como si no la hubiera visto en mucho tiempo. Y quizás así era, estaba tan cambiada que se cuestionó si acaso no era su hermana gemela, o algo así, porque ahora ella lo recibió de la misma forma. La plática junto a Sanji permanecía tal que un pedazo de vidrio sobre la piel.

Sus labios carmesí formaron en su rostro un gesto merecedor de alguna pintura.

—Querido Monkey —le saludó encantada de tenerlo cerca.— ¿Disfrutando la estadía?

—Sí —asintió convencido de su respuesta, dado a que los manjares del teatro lo hacían muy feliz, y un ambiente donde sus amigos estuvieran bien le agradaba.— Quería preguntarte algo —debajo de esa frazada calmada, su impaciencia se lo comían vivo.

Camelia aceptó sin perder esa sonrisa. Tuvo que despedirse de las personas que atendía para poder darle el tiempo que se merecía su capitán. Lo guió a una zona menos abarrotada.

—Si alguien pregunta por mí, responde que estaré con Sombrero de paja hablando en privado. Que nadie nos moleste, si no es demasiado pedir —indicó la mujer a una de las gemelas, que acató la orden como si fuese una ley escrita. Volteó a Luffy asegurándose que la seguía.— ¿Eso te parece bien?

—No había necesidad de dejar la fiesta, te estabas divirtiendo allá.

—¡Para nada! Mi intuición dice que se trata de algo de importancia, ¿O me equivoco?

—¡Qué lista! —el pirata, con sus manos detrás de la cabeza, se rió de aquella perspicacia que BonBon desarrolló.

Unos minutos fuera del ojo público le venía genial, tanto ruido no le ayudaría a razonar de mejor forma. Todos esos individuos hablando de cosas que no entendía, preguntándole sobre el materialismo y asuntos que no sabía manejar lo aturdieron. Él era un pirata libre, contar dinero le dejaba tostado el cerebro.

☠️ | One Piece: La sexta tripulanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora