「 Capítulo 6 」

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Capítulo VI
«El jefe vs el pirata ¡El juego se complica!»

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Nami y Usopp volvieron al punto inicial de La sede, su sorpresa fue inmensa y nada grata, no en su mayoría. Cuando estaban a punto de ir en auxilio de Sanji, resultó que este terminó más lesionado que antes y junto a un Luffy despierto y saltarín, haciéndole cara a Jac. ¿Cuándo hubo este cambio de planes? Muchas vueltas y ellos bastante mareados con los últimos acontecimientos.

Si de por sí la noche había comenzado agitada, ver al capitán como si nada peleando, los dejó con los ojos saliendo de sus cuencas.

—¡Aah! ¡Sanji estás muriendo! ¡¿Por qué pareces un queso!? —El tirador se llevó las manos a la cabeza viendo aquel reguero de sangre goteando de su amigo.

—Pues que Nami tenía razón. Esos tontos me dejaron en pésimas condiciones —respondió el rubio terminando su vendaje improvisado de la pierna, usando un pañuelo sin gracia.

—¡Nunca me hacen caso! —Los dos cobardes imitaron la pintura de El grito con tantas locuras y principalmente al ver que Luffy no tenía indicios de cansancio.— ¿¡Y qué hace ese aquí!?

—Me hice la misma pregunta... ¡Al suelo!

Sanji, a pesar de sus dolencias, consiguió proteger a Nami de una patada estirada del estúpido del capitán que no veía por dónde lanzaba sus ataques. Usopp se agachó despavorido al igual que ellos y al levantarse, se percató que los dos luchadores tenían esta calle hecha añicos, como si no fuese un espacio parte de la ciudad más costosa del mar del este.

—¡Luffy! ¿¡Nos quieres volar la cabeza!?

—¡Ah, hola Usopp! ¡Y Nami! ¿Dónde está Zoro? —Preguntó él esquivando confiadamente una embestida del furioso Jac, retomando su atención al rival de forma más seria.

—¡No lo sabemos!... Aunque, qué buena suerte que nos hayamos encontrado a un doctor tan profesional que dejó a Luffy intacto. —El tirador comentó desde su desconocimiento de los verdaderos hechos, parpadeando incrédulo e impactado por la agilidad inhumana de su amigo gomoso.

—¡Pistola Goma Goma! —Aquel golpe terminó derrumbando la entrada de un establecimiento por error.— ¡Ah, qué escurridizo!

—¡Tú lanzas ataques como idiota!

Jac le dio la razón a la navegante pero no tenía tiempo de lidiar con ese mocoso ni con sus aliados, debía ir al grano antes de que, por todo este festival de tonterías y el humo trepando por los aires, llamaran a los isleños despiertos. Fundió sus manos en un puño al darse cuenta que Celia ni Chase dieron señales de vida cerca, porque si la pelirroja y el narizotas salieron ilesos era un punto en contra de ellos. ¿Él era quien quedaba de pie? Lamentable, el peso de su grupo le cayó tal que cascada helada.

Maniobrando en zigzag, llegó hasta el líder rasgando su mejilla en tres distintos cortes, con un ataque potente hacia arriba. Luffy trastabilló llevando su mano hasta la zona afectada, su palma se cubrió de sangre caliente.

—Cuchillas de piedra de mar. —Presumió el bandido mostrándole su reflejo en sus garras pintadas en desagradables tonos de rojo.

—¡¿Pero por qué son tan odiosos con sus armas que sí me lastiman?! —El chico, inmune ante sus amenazas, volvió a abalanzarse preparando el siguiente movimiento, girando el brazo.

—Sanji, esta vez sí debemos llevarte con el doctor. Deja esto en manos de Luffy y Zoro... No podemos quedarnos a estorbar. —Nami no esperó respuesta e hizo que este se recostara sobre ella, con el brazo alrededor de su hombro.

☠️ | One Piece: La sexta tripulanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora