Piel de venado: Soy la extra de una novela romántica.

༼Capítulo 1: Una nueva vida con sabor tristeza.༽

Abrió los ojos, la luz la cegó por algunos segundos para después parpadear varias veces y mirar a su alrededor, solo cuando se dio cuenta de que estaba en el suelo acostada, movió su brazo hacia arriba para bloquear la luz, se sorprendió de la pequeña mano que tenía, eran las manos de un bebé, intentó hablar pero solo podía balbucear, una gran mano apareció y agarro la pequeña mano, la bebé miró hacia un lado buscando el responsable y vio a una hermosa mujer de ojos color azul aguamarina con uno difuminado amarillo en la parte de abajo del iris, y un hermoso cabello color naranja brillante, en su cabeza yacía una cabeza de venado con un cuerno roto, sonreía cansada pero feliz, de sus hermosos ojos de la nada salieron lágrimas, se rió entre sollozos y suspiro.

—"Lo... lo logre.... estás a salvo... mi pequeña cervatillo".

La mujer volteó su cabeza para un lado mientras tosía sangre, la bebé miro aterrada las notables e incontables flechas clavadas en la espalda de la mujer, le dio un escalofrío, se hizo las siguientes preguntas: ¿que había pasado? ¿Quien era esta mujer? ¿Quien la atacó? Y ¿porque tiene la cabeza de un venado en su cabeza?.

—"Mi hermosa y pequeña cría..."

"¿Cría...?" -repitió la bebé en su mente.

—"Lamentablemente no podré cuidarte como se debe, mi vida en este mundo está llegando a su fin, perdóname..." -suspiro con dificultad- "perdóname por no poder estar en tu vida y por no poder haber sido una buena madre en tu pocos momentos de vida..."-

—"No le digas eso, hiciste lo mejor que pudiste para protegerla..." -una voz femenina intervino, la dueña de aquella voz era de una cierva.

—"Es verdad, no te desprecies de ese modo Carima" -hablo otra cierva.

—"Nos haz protegido a todos y sobretodo a tu pequeña" -hablo un ciervo con una herida parecida a un zarpazo sobre su ojo izquierdo.

La mujer de hermosos ojos sonrió levemente.

—"Les agradezco por sus palabras..." -soltó un quejido, su cabeza golpeó el piso y sus ojos se cerraron, no sin antes decir en susurro- "Te quiero mucho mi hermosa Dryad... vive bien y cuídate..."

La mujer dejó de respirar, su vida en este cruel mundo se apago, se podían oír los sollozos de lo ciervas, los ciervos solo inclinaron su cabeza en señal de despedida y de respeto hacia aquella mujer que los salvo.

"¿M-murió?" -la pequeña bebé tenia un lío en su mente, no podía creerlo- "Mi 'madre' ha muerto... ni siquiera pude conocerla bien..." -de sus pequeños ojos salieron incontables lágrimas de tristeza- "¡Acababa de renacer!... ¿como pudo pasar esto?... ¿porqué?" -rompió en llanto, sus sollozos se oían desgarradores, hasta toda la manada de ciervos sentían su dolor a través de ese desgarrante llanto.

Solo pasaron unos minutos, la bebé seguía llorando, los ciervos no sabían que hacer para calmarla, solo podían oírla llorar y observar.

De la nada una diminuta y pequeña luz color verde se poso en la pequeña nariz de la bebé la cual dejó de llorar para observar a la pequeñita luz, miro con atención y se dio cuenta de que era una diminuta personita con alas verdes, de ojos de ese mismo color y la ropa parecían pequeñitas hojas que cubrían su cuerpo, su pelo corto rubio, con una voz dulce y calmada ella dijo.

—"No llores pequeña bebé, todo va estar bien, te lo prometo..."

La bebé asintió confundida, aún tratando de procesar lo que había sucedido. La pequeña hada sonrió al obtener una respuesta y voló hacia el cuerpo de la mujer. Al mismo tiempo, un enjambre de diminutas luces coloridas, como hadas diminutas, rodearon el cuerpo para sostenerlo y llevarlo hacia un árbol que se erguía a unos metros de distancia.
El árbol, pequeño y frágil, con ramas delgadas y débiles, parecía incapaz de sostener el peso de la mujer. Sin embargo, cuando las hadas depositaron suavemente el cuerpo en el suelo, el árbol cobró vida. Incontables ramas se extendieron desde su tronco, como brazos naturales, y rodearon el cuerpo de la mujer.

La bebé observaba con asombro cómo el árbol parecía acunar a la mujer. Las ramas se entrelazaron, formando una red protectora alrededor de ella. Luego, el árbol comenzó a brillar con una luz suave y cálida.
Sin emitir un sonido, el árbol absorbió el cuerpo de la mujer. Su tronco se iluminó desde dentro, y la luz se esparció por las ramas. La bebé vio cómo la forma de la mujer se desvanecía, fusionándose con la esencia del árbol.
La pequeña hada regresó junto a la bebé, sonriendo tristemente.

—"Tu madre ahora es parte del árbol" -dijo- "y siempre estará contigo."

La hada suspiro con una profunda tristeza al ver la mirada de dolor y confusión de la bebé, deseaba poder ayudarla pero los guardianes no se lo permitirían, fue ya demasiado cuando la mujer pidió desesperadamente entrar al bosque para salvar a la manada y a su hija, sumándole que tenían que enterrarla* con el árbol.

Nota*: (uniéndose con el árbol, una tradición que tienen las criaturas mágicas, más cuando son del bosque o de la naturaleza [si lo se, es lo mismo pero se entiende]).

La hada voló hacia el bosque mirando de vez en cuando atrás, las demás hadas la siguieron para volver a su labor como vigilantes del bosque y para asegurarse de que nadie entrará al bosque.

De repente, un gorila majestuoso emergió de la densa vegetación. Su pelaje era grueso y oscuro, y sus ojos brillaban con una inteligencia inesperada. Sobre su lomo, un águila impresionante se aferraba con sus garras, como si fuera un compañero leal.

—"A partir de ahora y en el futuro, tu destino depende de nosotros, los guardianes del Bosque Lythari...." -dice el águila con una profunda seriedad.

—"Bienvenida al bosque, Dryad Diente de León, pequeña princesa de la tribu de los venados marrones" -agrega el gorila de manera amistosa.

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NOTA: Se que no tiene sentido explicarlo pero lo haré.
El título tiene "venado" ¿no?, en la historia me pareció más fácil colocar "ciervo/a" porque pues... literalmente es lo mismo ¿ven? No tenia ningún sentido explicarlo pero lo hice por hacer.
Bye~

-Dani♡