dieci.

123 27 2
                                    

Los días que siguieron al encuentro con Jungkook fueron un torbellino de emociones confusas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los días que siguieron al encuentro con Jungkook fueron un torbellino de emociones confusas. Me había convencido a mí misma de que lo había arreglado, de que había aceptado mi lugar en su vida como la amante. "Solo eso soy," me repetía constantemente, intentando endurecerme contra el dolor que su indiferencia me provocaba. Después de todo, si era su amante, no podía esperar más. No tenía derecho a pedir nada. No podía permitirme sentirme ofendida si no me respondía de inmediato, si me dejaba en silencio durante días o si su atención estaba dividida entre mí y su esposa. Eso era lo que había aceptado al involucrarme en esto, ¿no?

Me obligué a sonreír cuando él me enviaba mensajes cortos, a no sentirme herida cuando sus palabras carecían de la ternura que alguna vez tuvieron. Fingía que todo estaba bien, que me había adaptado a este papel, que no me dolía verlo más atento a su esposa últimamente, porque no debía importarme. "Ya lo arreglamos," me decía a mí misma.

"Soy la buena mujer que él quiere. Soy la mujer que espera en las sombras, la que siempre estará ahí para él, incluso cuando su vida siga adelante sin mí."

Pero había algo que no podía ignorar. Algo que me carcomía por dentro, aunque intentaba empujarlo fuera de mi mente. Jungkook había estado más cercano a su esposa últimamente. Lo notaba en sus silencios más largos, en la forma en que no se quedaba tanto tiempo conmigo después de nuestros encuentros, en los pequeños detalles que no podía evitar captar. Cada vez que mencionaba a su esposa, lo hacía con una indiferencia que me dolía, pero también con una especie de obligación, como si su vida con ella fuera inevitable, mientras que yo solo era una pausa en ese mundo que compartían.

Y, aun así, seguía volviendo a él.

Esa noche no fue diferente. Jungkook vino a verme, como siempre lo hacía cuando necesitaba un escape. El momento en que sus manos se encontraron con mi piel, mi corazón se aceleró como si fuera la primera vez, a pesar de que cada encuentro nos llevaba por los mismos caminos. Nuestros cuerpos se encontraron en un baile conocido, y por un momento, olvidé todo lo que me dolía. Solo estábamos él y yo, como si el resto del mundo no existiera.

Pero incluso en los momentos más íntimos, no podía sacudir esa sensación de distancia. Cuando finalmente se dejó caer sobre la cama, agotado y satisfecho, lo atraje hacia mí, deseando sentir su calor, su proximidad. Mis dedos se deslizaron por su cabello mientras él apoyaba su cabeza en mi pecho, y un silencio cómodo se asentó entre nosotros.

Aún así, no podía ignorar la pregunta que llevaba días ardiendo en mi mente. La voz salió más suave de lo que esperaba, apenas un susurro, temerosa de romper el delicado equilibrio que habíamos construido.

ㅡ¿Todo está bien con... tu esposa?ㅡ pregunté, sabiendo que tal vez no debía, pero sintiendo que necesitaba saber.

Lo sentí moverse levemente, su cuerpo tensándose por un segundo antes de relajarse nuevamente. Abrió los ojos y, con voz adormilada, respondió sin pensarlo mucho.

ㅡ Sí... está bienㅡ murmuró.

ㅡ Ha estado sintiéndose algo mareada últimamente. Enferma. Por eso he estado cuidando de ella.

Esas palabras, aunque dichas con aparente despreocupación, cayeron sobre mí como una tonelada de ladrillos. Sabía que era algo natural, que él tenía responsabilidades con su esposa, pero el peso de esa realidad me golpeó con fuerza. Había algo profundamente íntimo en lo que acababa de decir, en la forma en que estaba cuidando de ella, en cómo su vida seguía entrelazándose con la de su esposa mientras yo seguía siendo la sombra, la intrusa.

ㅡ No te preocupes por eso, ㅡ añadió, como si intentara calmar cualquier tormenta que pudiera estar formándose en mi mente. ㅡSolo está enferma. Es normal.ㅡ

ㅡ Normal... ㅡ repetí en un murmullo, más para mí que para él.

Me quedé en silencio, tratando de empujar esos pensamientos lejos de mí, de volver a ser la mujer que él quería que fuera: paciente, comprensiva, sin exigencias. Pero no sabía cómo hacerlo. No sabía cómo dejar de lado la punzada de dolor que sentía cada vez que mencionaba a su esposa, cada vez que lo veía distanciarse, cada vez que notaba que, por mucho que lo amara, nunca sería suficiente.

Él comenzó a quedarse dormido en mis brazos, y yo lo miré, sintiendo una mezcla de amor y desolación. Quería ser fuerte, quería convencerme de que podía con esto, de que mi amor por él era suficiente para soportar lo que fuera. Pero mientras lo observaba, su respiración volviéndose cada vez más profunda y su cuerpo relajado contra el mío, sentí como si estuviera perdiendo una parte de mí misma. Como si cada vez que lo dejaba entrar en mi vida, me desvanecía un poco más.

ㅡ No tengo derecho a preguntar más. ㅡ me dije, aunque mi corazón gritaba lo contrario. Sabía que cualquier otra pregunta solo lo alejaría más. Sabía que debía aceptar las migajas de amor que me daba, que debía estar agradecida por los momentos que pasábamos juntos, aunque fueran fugaces y llenos de una distancia que nunca desaparecería.

Pero también sabía que me estaba destruyendo. Cada día que pasaba, cada vez que él se iba, sentía cómo algo dentro de mí se rompía un poco más. Y, sin embargo, no podía detenerme. Lo amaba demasiado como para dejarlo ir, incluso si eso significaba perderme a mí misma en el proceso.

Con lágrimas silenciosas que rodaban por mis mejillas, lo abracé más fuerte, buscando consuelo en su presencia, aunque sabía que no lo encontraría. Porque al final del día, solo me quedaba este amor que me consumía por dentro, este amor que me estaba destruyendo poco a poco, y no había nada que pudiera hacer para detenerlo.

Todo lo que podía hacer era seguir siendo la mujer que él quería que fuera, aunque me costara todo lo que tenía.

Todo lo que podía hacer era seguir siendo la mujer que él quería que fuera, aunque me costara todo lo que tenía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝗧𝗵𝗲 𝗢𝘁𝗵𝗲𝗿 𝗪𝗼𝗺𝗮𝗻 あ 𝗝𝗲𝗼𝗻 𝗝𝘂𝗻𝗴𝗸𝗼𝗼𝗸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora