#01: Bocadillos y el inicio.

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Las mañanas de verano son sus favoritas siempre, sentir el viento fresco cuando la temperatura suele ser alta y seca

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Las mañanas de verano son sus favoritas siempre, sentir el viento fresco cuando la temperatura suele ser alta y seca.

Cocinar era su pasión y más si la comida era para él, se esmera el doble por mejorar cada día, cuando siente esos brazos fuertes en su cintura lo relaja y se olvida del mundo a su alrededor, está agradecido de volver, ya lo extrañaba.

Las olas mecen al Sunny como uno más de sus hijos, como una cuna enorme que relaja el cuerpo e invita a los aventureros que se duerman una siesta bajo el reflejo del imponente sol amable.

Las manos de Sanji pasan por su flequillo, peinándose por el sudor de su frente, le daba tanto calor.

— Shishi. — rió el chico en su espalda, sintió su barbilla deslizar por su hombro hasta alcanzar su mejilla para regalar un beso — Sanji está muy sudado, ¿te molestó?

— ¿Eh? No, perdón, es que hace mucho calor y dejó de soplar viento, pero quédate ahí, no me tardo. — respondió, sujetó sus mejillas entre dedos y acercó ambos par de labios.

Fue un beso tan suave, de esos que te dejan temblando de éxtasis de lo suave que pueden ser y con un sabor a miel. Los mejores para Luffy, se aflojó de su agarre y beso su sien, olfateó su cabello, siempre con olor a lima y manzana.

Sanji revolvió el guiso, entregándose a los brazos más fornidos. Tenía tantos deseos encontrados que se trataban de él y su amante en una canoa, en un paseo nocturno con las estrellas diciendo cuánto se aman.

También se destaca, nunca baja la guardia, menos con su poderosísima cuchara de madera, son de las que más le duelen a Monkey cuando le pega con ella siempre que hurta la olla con su pan de bolsillo.

— ¡AHIA! ¡SANJI! ¿Por qué?|||

Sacudió de un lado al otro su mano afectada, una pobre víctima más de su cuchara, soltó su tira de pan y la levantó rápido antes de recibir otro golpe por “jugar con la comida”. Mientras levantaba la mirada con ya en mente lo que vería, empezaron a funcionar sus neuronas.

— ¿Qué te dije de meter el pan en la salsa? — resaltó sus palabras con grave modulación de voz que provocaba en él un temblor que recorría su espalda.

— Eh… shishiˎˊ-, lo siento Sanji, pero tu salsa de guiso es la mejor del mundo, ¡por favor… — aplaudieron sus manos, listas para una súplica más — déjame comer solo un pedacito!

— No. — demandó, honestamente no fue sencillo con el amor y su cara relajaban su ánimo, pero hoy no, hoy se ve que el sol se levantó re caliente — No sería justo para los demás encontrar migajas en el guiso.

— ¡Vamos Sanji, dame comida! Todos estos dos años que no pasamos juntos, ¡no comí nada que no sea preparado por tus manos! (Pero la carne siempre es una exposición).

— ¡Yo… !.......

— … ¿Sanji? ¿Amor?-

— *¡GASP!* ¡NO PUEDE SER!

ᏪWeek LuSanˎˊ-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora