#06: Después de la guerra.

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La guerra al fin terminó, Wano volvió a ser libre por su capitán luego de años de opresión y deliberado orden impuesto por el pirata Kaido

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La guerra al fin terminó, Wano volvió a ser libre por su capitán luego de años de opresión y deliberado orden impuesto por el pirata Kaido.

Los habitantes brincaban alabando a Sombrero de Paja, su nuevo salvador de chancletas, Monkey D. Luffy fue tan valeroso guerrero de la libertad que le robaron, parecía un aficionado cuando llegó el primer día, causando problemas y metiéndose donde no era llamado, entonces Otama —como le decían— se dió cuenta de dos cosas, si era el hermano del hombre que un día fue su amigo, Puño de Fuego, —claro, ella no sabía su apodo— y que ambos emanan la misma esencia de unos héroes.

No fue fácil llegar hasta aquí después de 20 años de opresión a un régimen sumado a un día y medio de combate por el fin de este. Pero lo malo ya pasó, Kaido fue derrotado como su ejército por una minoría juzgada, subestimada.

Es cuando llegó el final y todos los habitantes de la gran isla se ayudaban entre sí, los guerreros se volvieron a reunir, tanto para contribuir más entre ellos o al pueblo. Entonces Robin se reencuentro con sus compañeros Nami, Usopp, Franky y Chopper.

— ¡Robin, Brook! ¿¡Están bien!? — preguntó alarmado un francotirador narizón.

A un vistazo rápido, no estaban tan mal, no se presentó más que lesiones superficiales y uno que otro hematoma en el cuerpo o sangrado leve. Franky se apresuró a ayudar a su mujer, aunque Nami y Brook —por su experiencia— hubo cierta molestia por envidia del huesudo como gratitud; por protegerla y ayudarla en lugar suyo. Pero sobre todo le agradeció por el súper trabajo.

— No sé preocupen, hemos salido de peores. — consoló Robin.

— Oh, por un momento creí que moriría, ¡PERO LUEGO RECORDÉ QUE YA ESTABA MUERTO! Yojojojojo.

Carismática eran esas bromas que los devuelve a un presente ya tranquilo, lo mejor de la guerra siempre era el final, impulsados aparte de la ira, el pensamiento más mágico les daba el empujón necesario.

Lo más lindo es el reencuentro de nakamas, pero él pasó de largo por primera vez de ellas; Usopp gritó el nombre de su cocinero que se aproximaba a todo turbo, pero en su expresión hubo en lugar de alegría terror, ¿no se acabó ya? ¿Siguen en peligro?

Nami le quiso preguntar el motivo de su carrera, pero el shock verdadero fue el acto que cometió que lo delata como un verdadero amor: corrió y chocó su hombro herido.

Todos se veían impacientes, Sanji no se detuvo, lo describen como alguien que persigue algo que cree no alcanzar, como si algo se quisiera ir de sus manos.

Ahí es cuando entra la pequeña Tama junto a Kozuki Momonosuke con su capitán en brazos, corriendo a quién sabe dónde, Sanji quería ir con ellos, con su capitán y sostener su mano, pero los escombros por los que corría eran grandes, los cascotes le lastimaban sus pies hasta que uno saboteó su equilibrio y lo hizo caer.

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