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El quilombo en el curso era el típico que se produce cuando un profesor no está presente. Desde sus compañeras grabando TikToks y contando hasta el chisme más escandaloso del que tuvieran información, pasaba a sus amigos poniendo música a más no poder mientras se preparaban para un partido de truco al que había sido invitado pero se había negado a participar.
Se arrepiente un poco, porque estaba demasiado aburrido. Su celular pasó a ser su fuente de entretenimiento más interesante, pero en algún punto se cansa de contestar a las chicas que le hablaban por ahí, la fama de gato le precedía.
Cambia de Instagram a Twitter, su atención captada inmediatamente por el tweet de aquel cordobés, que estaba a sólo unos cuantos bancos delante del suyo, con su propio grupo de amigos. Una sonrisa con cierto tinte de maldad aparece en su rostro cuando una idea le llega a la mente al verlo tan relajado.
Y la lleva a cabo, en cuestión de segundos desarma una lapicera dejando solo el tubito, forma pequeñas pelotitas de papel de algún pedazo de hoja que roba de la carpeta de Cristian y las coloca en su pequeño proyectil improvisado.
Son dos intentos hasta que logra darle en la nuca a Julián y la reacción es inmediata, por acto reflejo esconde las evidencias de su maldad y mira hacia otro lado, haciéndose el boludo, era lo que mejor le salía después de todo.
—¿Te pensas que no te vi, pelotudo?
O quizás no tan bien como pensaba.
Julián se había levantado de su asiento con la mirada desconcertada de sus amigos ante esto, yendo directamente hacia donde Enzo estaba.
—¿A quién venís a insultar vos?
—No te insulte, te describí. ¿No te parece que estás grandecito ya cómo para hacer estas boludeces? —para enfatizar la situación le muestra la pelotita que había alcanzado a tocarlo.
—No sos tan importante como para que te de mi atención, pa'. Vola de acá haceme el favor.
—Tenes el tubito en la mano, deforestado mental—mierda.
—Bueh, tanto te va a joder un papelito entonces, deja de ser tan nena, ¿querés?
—Posta que no das más de infumable chabon, no sé cómo te bancan tus amigos.
—Anda bajándome el tonito, que no sos nadie para hablarme así.
A este punto él ya se había parado también y la atención de las personas en el aula estaba sobre ellos, pero menos les podía importar en ese momento.
—¿Qué? ¿Te lastima que te digan la verdad? Si todos saben que no sos más que un fantasma de mierda que hace de todo con tal de que le den atención, seguro están con vos porque les das lástima. —Enzo no sabe qué lo jode más, si lo que le dice, la forma en la que lo hace o la expresión de su cara al hacerlo. Hay algo en el cómo le levanta la cejas con soberbia y la burla en su voz lo que lo empuja lentamente al límite.
—No me provoques, pendejito, porque no sabes de lo que soy capaz.
Puede sentir tanto las voces de sus amigos como los de Julián diciéndoles que la corten y dejen de joder, pero las ignora.
—Qué vas a hacer si sos puro verso, gil.
Y bien, quizás debería haber tratado de controlarse un poco más pero estarían pidiendo demasiado, uno de sus más grandes defectos es la poca tolerancia ante las provocaciones y él no iba a quedar como un cagón cuando tenía a tantas personas viéndolo.
Por eso, sin pensarlo, lanza la primera piña que impacta contra el labio de Julián. El dolor en sus nudillos es lo único que registra en ese momento, hasta que una sensación de vacío en el estómago lo deja sin aire. Se la había devuelto, sabía que el castaño no tardaría en reaccionar pero no pensó que lo haría tan rápido.
Es solo cosa de segundos para que ambos terminen golpeándose mutuamente por unos minutos hasta que sus amigos logran separarlos, aún así siguen soltando gritos e insultos al aire en medio de toda la situación.
No se calman sino hasta que la preceptora aparece, quien probablemente fue buscada por algún compañero, y la cosa termina en Julián con el labio reventado, Enzo con un corte en la ceja y ambos siendo llevados a dirección.
Que hermosa forma de empezar la semana.
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Infumable | juelienzo au
FanfictionCuando Julián aceptó salir de joda con sus amigos jamás imaginó que esto lo llevaría a terminar con el cuello chuponeado y en la cama del turro al que tanto juraba odiar.