Infumable | juelienzo au

9

Le cuesta un poco procesar la situación, sobre todo con la presencia del otro tan de cerca, y él estando afectado por el alcohol.

—¿Qué te importa? —la tonada se le patina un poco, lo que ocasiona una sonrisa en la cara de Enzo.

—Te vengo a preguntar bien y vos ya queres pelear.

—No te estoy peleando. Te conteste bien, no te interesa.

—¿Eso es contestar bien para vos? además si pregunto es por algo ¿no?

—¿Y de dónde sale este repentino interés? —inquiere con un tono que roza lo despectivo, no puede evitarlo. El chico no le agradaba y no lo iba a disimular.

—Uh' con vos no se puede hablar —Enzo le responde de forma cansina.

—Y no lo hagas, así de fácil es nene—le sonríe petulantemente, sabe que es muy probable que termine provocando al otro, pero culpa a la bebida por nublarle el juicio y hacer que sea incapaz de controlar lo que suelta su boca.

—Mira que vine con la mejor de las ondas a tratar de que nos llevemos mejor pero con vos no se puede.

—¿Ahora te queres llevar mejor conmigo? Dale, contame otro cuento. Si queres venir a joder ahórratelo que ahora estoy tranquilo.

—¿No te cansas de estar tan a la defensiva? Posta te pregunto.

Julián finge pensarlo ante un Enzo expectante, solo para volver a su actitud sobradora y contestarle:

—La verdad que no.

—Que odioso que sos, pendejito.

—Y vos un insoportable, pero eso no es novedad. ¿Ya te lo había dicho no?

Enzo endurece la mandíbula y suelta una risa sin gracia. Lentamente acorta la poca distancia entre ambos, logrando que Julián se sienta pequeño al sentirse acorralado.

—¿Qu-é haces? -coloca su mano libre sobre el pecho del morocho, tratando de impedir que se le acerque.

La situación le resulta paralela a aquel día que terminaron a los golpes, empero había una connotación bastante diferente esta vez, y eso hace que los nervios le aceleren las pulsaciones.

—¿Qué pasa, te pongo nervioso ahora?

—¿Vo-s? ¿Qué dec-is, gil? —se odia internamente por haber tartamudeado.

El morocho hace caso omiso a sus palabras, y se le acerca cada vez más, al punto que Julián puede sentir su perfume mezclado con un poco de olor a cigarro.

—Enzo... —sus respiraciones se mezclan de a poco y le es inevitable no mirar a los labios del chico, la aproximación entre ambos le confunde y le pone alerta de igual forma, nunca sabe qué esperar del otro.

Enzo parece notar su acción y le imita de igual forma.

—Sos más lindo de cerca —le escucha murmurar por lo bajo, luego lo toma por las mejillas con una fuerza moderada para apoderarse de sus labios con ímpetu.

No es gentil, ni mucho menos coordinado, los labios contrarios le saben a vino y algo más a lo que no le encuentra nombre. Le cuesta al inicio reaccionar y seguirle el ritmo, aún le descoloca el accionar contrario. Sin embargo, una vez superada la sorpresa, y contrario a lo que su parte racional le grita que haga, se sume también en aquel beso.

Luchan por quien lleva el control, ninguno dispuesto a ceder.

Julián muerde con fuerza el labio inferior contrario sacandole una pequeña queja, lo que lo hace sonreír en medio de aquel beso. Se separan solo unos milímetros, ambos jadeantes y con las respiraciones aceleradas. Enzo relame sus labios con la mirada del castaño siguiendo dicha acción, luego la sube hasta sus ojos, y solo eso basta para que ambos vuelvan a juntar sus belfos.